Like us (HARRY STYLES) [2temp. Ly]

Restriego el borde de mis ojos porque es muy temprano para estar despierta un sábado. La farmacia parece no estar tan llena y me apresuro al pasillo de higiene personal. Estoy prácticamente retorciéndome justo ahora y no puedo soportar más los dolores sobre mi abdomen bajo. Tomo el primer empaque y quiero irme rápidamente. Suspiro cuando me doy cuenta que he salido por la parte trasera de los pasillos y casi corro para llegar a la caja. Escucho un pequeño ruido chochar contra el suelo y se que he tumbado lo que sea que sea. Me devuelvo pero un pequeño niño ya ha recogido el juguete en el suelo. Entonces me doy cuenta de que he chocado con el ocasionando que su juguete se cayera.

—Lo siento. —Digo intentando simular una sonrisa.

—No hay problema. —Su estatura y su rostro me hacen dudar en la forma que habla—. ¿Cómo es tu nombre?

—Bueno… Soy Abigail. —sonrío y me estremezco un poco por el dolor.

—Yo soy John. —sonríe—. ¿Cuántos años tienes?

—19. —asiento.

—Yo tengo 3. —dice orgulloso.

Frunzo el ceño y sonrío. Me es imposible saber que tenga 3 años y sepa hablar tan bien. Le miro fijamente, su cabello castaño casi rubio es bastante lacio y sus ojos grises son preciosos. No puedo dejar de sonreír cuando los hoyuelos se marcan en su mejilla cuando vuelve a sonreírme.

— ¿Por qué estas solo aquí?

—Estoy con mi mamá y mi papá. —dice tranquilo.

— ¿Y ahora donde están ellos?

—Probablemente comprando bloqueador solar para mí. —dice riendo—. Iremos a la playa. Aprovecharemos que papá no está viajando.

— ¿John? ¿Qué estás haciendo? —miro sobre su espalda cuando una mujer de mediana edad se acerca a nosotros.

—Oye mami, está es Abigail. —me señala con una sonrisa.

—Hola. —Ella abre los ojos sorprendida—. Vámonos, John. Te he dicho que no puedes estar molestando a todos.

—No estaba molestando realmente. —le defiendo—. Fui yo quien moleste.

—No te preocupes. —la mujer sonríe a medias.

—Rose. —Frunzo el ceño—. Rose, vámonos ya.

Se me hela la sangre y por un momento creo dejar de respirar. La mujer en frente de mi abre los ojos sorprendida y al mismo tiempo un poco asustada.

—Papi ¿puedo llevar este? —John corre hacia atrás de su madre.

—Está bien. —dice—. Rose ¿Nos vamos?

Trago saliva sonoramente y me inclino a un lado. Mi labio inferior tiembla y lo muerdo casi sintiendo el sabor metálico. Suelto el empaque en mi mano y parezco reaccionar cuando la caja se estrella contra el piso.

—Oye Abigail. Este es mi papá. —John lo presenta. No hace falta conocerlo para saber de quién se trata porque compartimos la misma sangre, el mismo padre.