抖阴社区

?01?

2.5K 135 18
                                    


Valentin

—¿Acá?— pregunto mirando la calle y Joaquín, mi mejor amigo, asiente.

—Si, allá, el galpón— estaciono unos metros más atrás y bajamos del auto.

Miro el galpón sucio y descuidado que tenemos en frente y miro a Joaquín, ¿Realmente es acá? ¿Me esta jodiendo?

—Hola— giro y veo que mi amigo esta hablando por teléfono —Si, dale— corta la llamada y me mira —Ahí abren— ni bien termina de decir eso la puerta del lugar se abre.

Frunzo el ceño ante el horrible chillido que hace esta al abrirse. Cuando termina de hacerlo una chica casi rubia de pelo hasta los hombros nos sonríe.

—Hola, pasen— chilla y Joaquín se me adelanta.

Entro mirando el lugar, tan horrible por afuera, pero que por adentro es increíble. Las paredes están cubiertas de graffitis y hay varios lienzos en el suelo apoyados contra las paredes y amontonados, algunos terminados y otros no. En el medio del galpón están todos los instrumentos y los amplificadores de la banda ya colocados.

—Hola— saludo a la rubia y ella me sonríe.

—Soy Paula— se presenta —él que esta con el bajo es Santiago, y él que esta con la guitarra es Tomas— presenta a los dos chicos que parecen estar ensamblando para tocar.

Noto que claramente debe faltar un integrante porque tengo entendido que son 4.

—Están re piolas los graffitis— digo mirándolos y Paula sonríe orgullosa.

—Los hizo todos América, es nuestra baterista y ademas usa el lugar para pintar cuando no estamos ensayando— asiento y miro a Joaquín.

—Bueno— arranca este —Estaban buscando un segundo guitarrista, ¿No?— cuestiona y Paula asiente.

—Si, cuando llegue América podemos tocar algo para que te vayas soltando— mi amigo asiente y yo me paro a un costado mirando mejor los cuadros en el suelo.

Mi teléfono empieza a vibrar y noto que es una llamada de mi novia. Le digo a Joaquín que voy a salir 2 minutos hacia afuera con señas y este asiente.

—Hola ¿Emma?— digo atendiendo la llamada una vez afuera.

—Si, amor, ¿Me podes hacer un favor? ¿Me podes llevar hasta Palermo? Necesito buscar unas cosas— suspiro sabiendo la que se viene.

—Perdón linda, pero estoy ocupado ahora, no puedo— mientras hablo veo por el rabillo del ojo como llega una moto bastante rápido y se estaciona frente al galpón.

—Esta bien Valentin, hace lo que quieras, total nunca estas para mi— antes de que pueda hacer algún comentario ella corta, haciendo todavía más dramática su escena.

Suspiro como por quinta vez entrando a whatsapp para mandarle un mensaje que calme las aguas. Y me giro para entrar nuevamente al galpón.

Camino hasta Joaquín y este me señala con la cabeza a una chica que esta de espaldas agachada sacando algo de su mochila.

—América, mira, ellos son Joaquín y Valentin— le grita Paula cuando nota que miramos a la chica, y veo que aparentemente cuando llegó no saludo a mi amigo.

La chica se para mirándonos y nos hace un gesto de saludo levantando la cabeza y medio sonriéndonos. Analizo a la chica, jeans negros rotos, una camiseta de green day que esta cortada para que le quede abajo del ombligo y unas zapatillas fila blancas.

Tiene el pelo totalmente negro hasta la mitad de la espalda callendole perfectamente lacio, es pálida y tiene los ojos de un color café oscuros bastante abrumador. Lleva un septum y una argolla metálica plateada adorna el lado derecho de su labio inferior rojizo. Algunos tatuajes adornan sus brazos y su cuello haciendo contraste con su cara dulce.

—No es muy simpática— nos dice Paula en voz baja y los dos nos reímos.

—Joaquín, veni— le grita Tomas a mi amigo para que vaya a ver las guitarras y este asiente yendo hacia allá.

Camino acercándome un poco más a los instrumentos y veo a la pelinegra de cerca, esta camina hasta la batería que tambien es de color negro y se sienta en esta.

—¿Hace mucho tocas?— le pregunto acercándome a ella provocando que levante su vista y me mire.

Sus ojos oscuros me analizan unos segundos que parecen infinitos, no tiene expresión en la cara y por primera vez, me siento inferior ante una chica.

Estando así de cerca noto dos cosas, la primera, que tiene pasado un alfiler de gancho por la oreja como arito y que de una cadena delgada en su cuello cuelgan varias chapitas de latas de cerveza. Y la segunda, que es preciosa.

—Tres años— dice finalmente y yo le sonrió.

—Ah, no es mucho— comento y ella levanta una ceja.

—No, no es nada— dice fijando su vista nuevamente en el instrumento y dando claramente por finalizada nuestra charla.

Paula no mentía, claramente América es de todo menos simpática.

//

Que se yo, los primeros están re malardos

Desastre ?WOS?Where stories live. Discover now