América
Muevo mi botella semi vacía por la barra mirando a la gente que baila. Las luces me hacen doler la vista y la música tan alta me estalla la cabeza, pero es mejor sentir dolor a no sentir nada. Este bar fue mi segunda casa desde que llegue a Buenos Aires.
Se suponía que llegar a este lugar iba a ser mi salvación, llegue buscando una calma que huía constantemente de mí. Y esta vez no fue la excepción.
Una rubia de sonrisa encantadora con hoyuelos me sonríe desde la pista de baile donde esta con varias chicas y chicos más bailando. Le levanto una ceja sonriendo ligeramente de costado y ella se da vuelta sin dejar de sonreírme. Intento concentrarme en la cerveza frente a mí pero me es inevitable dejar de ver a la chica que no deja de darme sonrisitas por encima de su hombre.
Después de un rato decido levantarme para ir al baño, camino entre la masa de gente que no se queda quieta y me asfixia, pero logro llegar a mi destino e incluso volver a mi asiento. Me quedo parada unos segundos en mi lugar cuando veo que la chica de los hoyuelos esta parada justo al lado de donde yo estaba, pero decido volver a mi asiento igual.
Cuando me siento noto que ella que esta parada gira su cabeza hacia mí, pero no giro a verla a ella y en su lugar le hago una seña al barman para que me traiga otra cerveza. Este me la pasa casi instantáneamente más sin embargo no la abre, antes de que pueda hacer cualquier cosa, una mano de uñas color blanco agarra mi botella y la abre con un encendedor. Levanto mi vista a la chica que me tiende esta con una sonrisa en su cara.
—Paula— me sonríe y entiendo que se está presentando, agarro mi botella y le doy un trago dudando antes de responder, pero finalmente me resigno.
—América.
Paula (5 meses después)
—América, abrime la puta puerta— chillo golpeando esta con mis puños.
Suspiro apoyando la frente contra esta, la música esta tan alta que se escucha desde acá, pienso en todas mis posibilidades.
¿Llamar a su familia? Claramente no.
¿La policía? Menos
¿A la banda? América me mataría.
Mientras estoy pensando una luz se prende en mi mente, llevo mi mano a la manija de la puerta y la bajo, sorpresivamente la puerta se abre dejándome entrar al pequeño departamento. ¿Por qué mierda América no cierra la puerta? ¿No piensa en que puede pasarle algo?
Está muy drogada para pensar en eso.
Entro caminando despacio debido a la oscuridad que adorna la pequeña sala y me dirijo automáticamente a la habitación, pateo una lata tirada en el suelo mientras el tenue resplandor de la pantalla de la computadora me alumbra el lugar. Abro mi boca asombrada ante la imagen frente a mí, la habitación es un desastre, la computadora está conectada a unos parlantes que dejan sonar la música demasiado alto, y por último la chica moribunda que esta tirada en la cama.
Tiene la espalda apoyada contra la pared atrás de ella, el brazo extendido con una liga enganchada alrededor de su bícep, me acerco corriendo a ella, arrodillándome al lado suyo y sosteniendo su cara entre mis manos. Tiene el pelo lacio desordenado, los labios partidos y rojos a más no poder al igual que sus ojos, que me devuelven una mirada vacía. Las ojeras moradas la hacen ver como una muerta en vida.
—América, mírame— le ruego sosteniendo su cara entre mis manos todavía.
Ella levanta la vista enfocando ligeramente sus ojos en mí, pero luce completamente perdida.
Perdida en las drogas.
— ¿Qué tomaste?— vuelvo a intentar pero solamente me mira con la mirada vacía.
Supongo que ella tomo heroína por las jeringas tiradas en su mesa de luz, más sin embargo el terror de que algo le pase me invade. Pienso en todas las posibilidades con terror.
—Mírame— le exijo— te voy a ayudar, ¿Me escuchaste?— le pregunto cuando sus ojos se enfocan en los míos.
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—Tranquila— le susurro—es tu cuerpo desintoxicándose.
Estoy sentada en la cama sosteniendo la cabeza de América contra mi pecho mientras acaricio su pelo. Tiene la piel de un blanco amarillento insano. Y una capa de transpiración fría le cubre el cuerpo completo mientras tiembla. Ella llora en voz alta mientras que mis lágrimas también caen pero de forma silenciosa mientras intento que ella no note como lloro.
—Los odio— me dice entre lágrimas —los odio por hacerme esto— repite con la voz cargada de odio.
—Shh— le susurro porque sé que si hablo me voy a quebrar.
Jamás me imagine que la chica del bar estuviera tan rota y tan cargada de odio, y los odio tanto por lo que le hicieron. ¡Estoy enojada con el universo por hacerla vivir esto durante 18 años! América está destrozada hasta las entrañas. Y sé que en el intento por recomponerla voy a destrozar las mías.
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vistazo a América meses atrás.

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Desastre ?WOS?
Fanfiction"Mi chica es un ángel, un ángel de alas negras" En donde América no quiere engancharse con él chico que intenta acercarse a ella. En donde Valentin tiene novia y así y todo no puede dejar de pensar en la baterista de la banda de rock de su amigo. ?L...