"Decían que el amor salva.
El nuestro... nos condenó."
"Mi Luna. Mi castigo."
"Mi verdugo. Mi amor."
Lisa y JungKook son dos almas unidas por un lazo irrompible desde siempre. Pero una sombra oscura, tan negra como el pecado más profundo, intenta s...
Están encerrados en el despacho desde hace una hora. JungKook no deja de buscar una manera de justificarse. Le ha revelado todo: sus sospechas sobre Lili Wang, incluso que ella había venido allí para vengar la muerte de Park Chaeyoung, y que habían sido compañeras en el orfanato. De todos modos, él ya lo sabía. Esa maldita zorra solo quería saber qué había pasado realmente aquella trágica noche. Había seducido a su hombre en el vil intento de desenmascararlo.
¿Por qué los fantasmas del pasado siguen persiguiéndolo?
Ella había llegado esa misma mañana, y cuando lo había visto —a su alfa, con la cara cansada, agobiado— había sentido un apretón en el corazón. Había querido correr a sus brazos, consolarlo... pero también estaba furioso. Fríamente le había dicho que quería dejarlo, que pensaba volver para siempre a Seúl con sus padres, aunque no era verdad. Solo quería asustarlo, provocar una reacción... incluso a riesgo de perderlo.
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"¿Estás loco, Tae? No puedes decirlo en serio… escúchame, bebé." Acuna su rostro entre las manos, sus ojos color chocolate están húmedos, llenos de confusión. Su tono es grave. "No puedes separarte de mí… estamos unidos por un lazo indisoluble. No podemos tirar por la borda todo lo que hemos construido juntos."
"¿Y te acuerdas ahora? ¿Mientras te revolcabas con esa puta en el bosque también lo pensaste?"
"Fue por el celo… estaba obnubilado, te lo juro. Fue su aroma, te lo he dicho mil veces… no sé por qué, pero tú y ella tienen el mismo olor."
Pero él sabe muy bien que no es una broma del destino. Sabe exactamente por qué comparten el mismo aroma. Desde el principio supo que esa atracción era insólita, porque JungKook no podía sentirse atraído por nadie más que él: su mate. Y cuando había ido a Seúl, su padre se lo había confirmado. Esa maldita humana seguía viva. Cómo logró sobrevivir a aquel incendio es un misterio. Por eso, cuando la vio por primera vez en el Jeon Ranch, su rostro le resultó familiar. Luego conectó los hilos: la había visto en las fotos de aquel viejo móvil antes de borrar todo, cuando JungKook lo sorprendió en la habitación de su niña. Y ahora esa sombra ha vuelto del más allá para arruinarle la vida.
"Solo fue esa semana, te lo juro. Nunca antes pensé en ella… simplemente la confundí contigo. Y cuando recuperé la cordura, ya era demasiado tarde. Yo te amo, ¡te lo juro!" dice con un hilo de voz.
Mentiroso, piensa amargamente. No es verdad que la deseó cegado por el celo. Olfatea esa asquerosa mentira con la que intenta ablandarlo. Él conoce el lazo que los une, aunque ellos aún no parezcan conscientes de ello. Y así debe seguir. Fingirá creerle. Lo tendrá en su puño con sus sentidos de culpabilidad.
"¿Te das cuenta de lo que me hiciste? ¡Yo estaba sufriendo por nuestra niña y tú estabas follando con alguien que no era yo! ¿Sabes el dolor que sentí? ¿La vergüenza cuando empecé a sufrir por la alteración de la marca? ¡Mierda, marcaste a otra persona, cabrón! No podía creerlo. Y lo peor es que mis padres también presenciaron ese horror. ¿Sabes cuánto orgullo sentía por nuestra relación? Desafié al mundo entero con tal de estar a tu lado. Nadie quería vernos juntos, mi familia decía que no me harías feliz y yo... yo estaba orgulloso de haberles demostrado lo contrario. Dejé todo para seguirte hasta aquí. Siempre fuiste mi primer pensamiento, JungKook. Sufrí para darte un hijo… y cuando por fin lo logré, el destino volvió a girar en mi contra. ¿Y tú qué hiciste? ¡No puedo aceptarlo!" grita, con los ojos bañados en lágrimas.