Delfi
—delfi bebita— me llamó valentín desde el salón.
—¿qué querés?
—vení— pidió.
fui hasta el salón y me senté en el sofá.
—¿qué?
—¿venís a la bresh?— negué con la cabeza y él hizo puchero.
—no hagas eso.
—¿que no haga lo qué?— pronunció más el puchero.
—valen tengo que trabajar— suspiré.
—¿a qué hora salís?— preguntó.
—a las doce.
—a las doce paso por vos— afirmó.
—estaré re cansada.
—vamos, nos sentamos en los silloncitos y cuando tengas fuerzas bailamos, ¿sí?
—no.
—dale no seas ortiva solo quiero que estés— agarró mi mano.
—bueno.
—bien— celebró —¿a qué hora tenés que ir a trabajar?
—a las cinco— resoplé.
con valen estábamos en mi departamento, dijo que quería venir a comer conmigo y no me negué por supuesto.
—¿qué vamos a comer mi amor?— preguntó y cuando oí "mi amor" me ruboricé al instante. en un movimiento me sentó a horcajadas sobre él.
—no sé, ¿qué te apetece?— pregunté tímida porque su cercanía me hacía poner así.
—tu boquita— sonrió haciéndome morir de amor.
—bueno a mi también— dije y puso sus manos en mis rojas mejillas —pero digo de comer.
—a parte de tu boquita me re apetecen fideos, ¿qué decís?— paso sus manos por mi espalda metiéndolas por dentro de la remera y haciendo que me de un escalofrío.
—bueno.
—chiquita— me abrazó.
—trolo— dije y mordió el cuello haciendo que yo me queje —valentín la re concha de la puta que te parió— solté haciendo que suelte una carcajada.
después de estar un rato a los besos y a las risas decimos comer. terminamos pidiendo porque somos unos pajeros y después de eso fuimos a mi pieza a dormir un poco.
—valentín— me volteé quedando frente a frente.
—¿sí?— sonrió levemente.
—¿por qué sos tan lindo? ahre.
—no sé man pero yo me re daba— me reí.
—boe mirá ese ego— se rió —. igual lo digo enserio, soy re intensa pero te vi y perdí el calibre— canté haciendo que se ría.
—esas canciones son para vos, ¿lo sabés?— confesó haciendo que por un momento se me pare el corazón.
—¿posta?— se me iluminaron los ojos.
—ysi, ¿para quien pensabas que eran?— posó su mano en mi mejilla.
—no sé, no quise imaginar que eran para mí porque capaz estuviste con otras minas mientras yo no estaba— él negó.
—obvio que en dos años tuve algo con minas pero nada serio, y ninguna como vos— dijo haciéndose el cursi —. ai se puso rojita— se rió.
—basta— me escondí en su pecho.
(...)
Salí de trabajar deseando que el ojiazul estuviera en la puerta esperando, pero no fue así.
—¿Y el cangurito?— preguntó mi compañero saliendo del local.
—Y no vino— di una sonrisa triste.
—Que boludo— dijo después de unos segundos Bruno.
—Ya sé, pero más boluda soy yo que cuando venga con excusas caeré— negué con la cabeza.
—¿No te envío algún mensaje?— preguntó.
—Ni idea— saqué el celular del bolso para mirar —nada— dije saliendo del chat de Valentín.
—¿Querés que te acompañe a casa?— preguntó el morocho.
—No quiero molestar.
—Y yo no quiero que te pase algo malo Delfi— insistió.
—Bueno— me hundí de hombros.
Conozco a Bruno hace poco, tres semanas como mucho, pero mi tía dice que trabaja en su bar desde que tiene 16. Dice que es re buen pibe y se nota.
—¿Cómo es España?— me miró.
—La gente es piola y el lugar también pero yo no fui en mi mejor momento y no supe disfrutarlo— respondí.
—¿Hace cuánto conocés al pendejito ese?— preguntó.
—Hace tres años o así maso— miré al piso —igual no quería ir a la joda eh— le miré.
—Imagino, toda la tarde laburando, debes estar cansada.
—Bueno y vos también, seguro llevas ahí todo el día.
—Y si pero necesito pagarme los estudios con algo— hundió sus hombros y yo asentí.
—Same, igual a mí, mi vida me ayuda un poco pero tengo que buscarme la vida— él asintió —. ¿Y aparte que más haces en tu tiempo libre?
—Soy percusionista— sonrió —el papá de tu novio me daba clases de más chico, ¿sabes?
—Piola, pero no es mi novio— dije —. Llegamos, ¿querés agua o algo?— pregunté.
—No, gracias— dio un beso en mi cachete —. Buenas noches.
Entré a casa y me tiré en el sofá, estaba decepcionada y cansada. En estos momentos me daban ganas de ser una nena y vivir con mi mamá. A pesar de estar cansada, no tenía sueño. Calenté la pizza que sobró y prendí la televisión. Puse una película y comí, sintiéndome, después de mucho tiempo, culpable. Pero no me preocupó ese sentimiento.
Seguro Valentin se olvidó de mi porque se estará chapando a Angela, o tal cogiendo. No me extraña, es re buena onda y re linda, quien pudiera tener ese cuerpazo. Yo siempre andaba re crota.
Después de bastante rato miré el celular, eran las cinco, lpm andá a dormir delfina. En la barra de notificaciones aparecieron los mensajes de Valentin.
valen 💘
perdón beba
me olvidé de que tenía que ir por vos
querés que vaya a tu casa?Los mensajes eran de hacía diez minutos y por un momento sentí el impulso de contestar, pero no lo hice.
•••
