抖阴社区

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MÚSICA
🎵 Father and Son - Markus John Peasano 🎵

Connor se dirigió a la dirección de Barbara Anderson. No sabía donde vivía porque ella nunca se lo había comentado, y cuando busco su dirección en la base de datos y se enteró que vivía en unos lindos y bien cuidados complejo de duplex en una zona verde, Connor se sorprendió. Conociendo a Barbara por el momento, a ella y al resto de sus manías, jamás la imaginó viviendo en un lugar como aquel, tan limpio, verde, y perfecto.

Pero Connor no era un androide que juzgaba a las personas por sus apariencias, así que no lo haría con ella. Solo se pidió un taxi y se dirigió a la dirección que marcaba bajo su nombre completo.

Connor no tardó mucho en llegar al complejo. El taxi entró en la calle y lo dejó en la puerta de la casa de Barbara. Era idéntica a las demás a su alrededor, pegada a otra igual a su lado y dejando un espacio a su derecha donde seguramente se podía proceder al jardin.

—Ha llegado a su destino. Gracias por viajar con Taxis Detroit —le dijo la computadora del taxi que le abría las puerta para que bajase—. Esperamos volver a verlo muy pronto.

Connor bajó del taxi que por donde llegó se fue en la misma dirección. Inspeccionó la casa de pies a cabeza, le agradaba. Connor se encontró con su coche aparcado en el garaje para dos autos, compartido con el duplex pegado a su izquierda, así que Barbara estaba en casa.

Connor llamó a la puerta y esperó unos segundos. Luego de un tiempo no recibió respuesta, algo preocupado se asomó por la ventana al lado de la puerta, pero la cortina obstruía su visión. Connor volvió a llamar, nada... su preocupación aumentaba, tal vez Barbara simplemente estaba jugándole una broma haciéndolo esperar bajo la lluvia, pero Connor no lo creía así, por lo que se alejó de la puerta y rodeó el duplex por su único lado viable. Por el pequeño pasillo de jardin a su derecha Connor buscó una ventana o alguna puerta. Llegó hasta la de la cocina y se asomó por ella.

Por suerte no había cortina que obstruyera su vista, así que se asomó y vio junto a la mesa del comedor junto a la cocina a Barbara tirada en el suelo, estaba inconsciente. Connor se alarmo.

—¡Teniente Anderson! —claro no respondió al grito de Connor.

Y en un rápido movimiento, Connor rompió con su codo la ventana de la cocina haciendo mas ruido de lo que esperaba. Retrocedió un poco, unos cuantos pasos y con rapidez se lanzó por la ventana golpeándose con la mesada y cayendo al suelo de la cocina.

Sumo quien había oido todo se dirigió del sillón a la cocina donde se paró frente a Connor y le ladró.

Connor se apoyó sobre sus codos sobre el suelo a causa de los pedazos de vidrio para no cortarse, tenía al perro entre sus piernas viéndolo y no sabía si era amistoso.

—¡Ah! Tranquilo... —le dijo Connor con suavidad, no quería hacer ningún movimiento brusco por si el perro era agresivo que sabiendo que Barbara era su dueña, no lo dudaba ni un segundo.—. Sumo...

Sumo se acercó a él mientras Connor ponía una mano frente a su rostro en un intento de calmarlo.

—Soy tu amigo, ¿lo ves? —le sonrió Connor amistoso, Sumo solamente lo observó—. Me se tu nombre. Vengo a salvar a tu dueña.

Sumo movió la cabeza hacia un lado y luego le dio un lengüetazo a Connor en su mano haciéndolo reír, ¿había sentido cosquillas? Eso era algo nuevo. Sumo retrocedió y como si aquello fuese de lo mas normal fue en búsqueda de agua dejando a Connor en libertar.

Connor despacio se levantó del suelo entre el vidrio. Se dirigió a comprobar como se encontraba Barbara. Entonces fue cuando vio junto a su mano una botella de licor y un arma, aquello no era para nada bueno y Connor lo sabía.

Connor se agachó a su lado y la observó para analizarla.

Sobre su pecho vio su corazón, tenía una arritmia leve sin ningún indicio de trauma. En sus labios descubrió trazas de alcohol, algo obvio la verdad, era un whisky escocés, 40% alcohol. Cerca de su mano se encontraba la botella de Black Lamb y algunos que otros charcos de restos, y junto a ella un revolver con una sola bala en el cargador. Y por último, Connor reviso el brazo derecho que sostenía anteriormente ambas cosas, Connor no pudo evitar escanearlo y descifrar por fin sus dudas, Barbara tenía desde su antebrazo hasta su mano un brazo robótico camuflado con su piel original, como Connor ocultaba también su rostro.

Aquello le sorprendió muchísimo, ahora quería saber la historia detrás de ello, de alguna manera había perdido su mano y su antebrazo. Pero no podía hacer esas preguntas a Barbara, se había inducido a un posible coma etílico.

—¿Teniente? —no obtuvo respuesta—. ¡Barbara!

Connor la sacudió un poco, pero lo único que hizo ella fue moverse. Entonces le dio unas leves palmadas en su mejilla, a lo que Barbara abrió los ojos pero seguía un poco perdida.

—¡Despierte teniente! —pero Barbara seguía sin despabilar, entonces Connor le dio una cachetada que se escucho mas fuerte de lo que realmente fue.

Barbara se despertó por fin y de muy mal humor.

—¡Que carajos haces idiota! —se quejó ella y al verlo volvió a cerrar sus ojos.

—Soy yo, Connor —la saludo a pesar de acabar de darle una buena en la mejilla.

Barbara no volvió a abrir los ojos, pero por lo menso ahora estaba despierta. Connor vio su brazo y lo tomó para ayudar a levantarla. Colocó su brazo alrededor de su cuello y levantándola solo un poco del suelo como para despegar su espalda del suelo, la rodeó con su brazo y luego debajo de sus rodillas para levantarla.

—Por su bien, haré que vuelva a estar sobria —le dijo Connor mientras ella se quejaba.

Connor notó que Barbara no era pesada a pesar de su altura, entonces no le fue difícil pegarla a su pecho y hacer fuerza con sus rodillas para levantarla en sus brazos.

—Se lo advierto, será poco agradable...

Barbara abrió sus ojos y tambaleó su cuello en un intento de sostener su cabeza firme. Observó a Connor mas que molesta y le gruño.

—¡No! ¡Déjame en paz, puto androide! —se quejó ella pataleando con debilidad—. ¡Sal de mi casa maldita sea!

—Lo siento teniente, pero la necesito —Connor terminó por levantarse y ponerse de pie con ella en brazos—. Le agradezco de antemano su colaboración.

—Lárgate de aquí, ¡mierda! —se quejaba Barbara en un tono no muy comprensible de su voz.

Barbara inclinó su cabeza hacia atrás y Connor tuvo que levantarla. Ella lo miró y gimió quejosa.

—¡Sumo! —llamó al perro—. ¡Ataca!

Connor se detuvo y Sumo observo a ambos, simplemente ladro pero ni siquiera había sido agresivo, su cola se movía rápidamente lado a lado amistosamente.

—Buen chico... —rió Barbara apoyando su cabeza contra el pecho de Connor.

—Necesito que me diga donde esta el baño, teniente —le pidió Connor a Barbara quien parecía volver a dormirse.

—Para ti no hay... baño... —vaciló ella entre risas y molesta.

—Supongo que lo tendré que buscar —dijo Connor observando todo la casa—. Muchas gracias por la ayuda, teniente.

—Te odio...

?????? | ??????? ?????? ????? ??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora