Capítulo LXVIII
El Valor de Jungkook
Moon se encontraba ardiendo entre los brazos de Taehyung. El Alfa la besaba como sí no hubiera un mañana y la aprestaba contra su cuerpo para que sintiera lo mucho que la necesitaba. Ella sonrió entre el beso y empujó al hombre a la cama mientras ella se quedaba de pie para quitarse el incómodo vestido y la ropa interior.
Taehyung se mordía el labio, disfrutando de la visita. Y estuvo más que feliz cuando Moon se sentó a horcadas sobre él. La recibió con gusto, volviendo a unir sus labios y dejando que sus manos recorrieran cada centímetro de su cuerpo.
Aun no podía creer que se habían escapado de la fiesta para tener sexo, pero la verdad es que en las bodas las hormonas se volvían locas y no era nada extraño que hasta los padrinos terminaran revolcándose. Afortunadamente, los padrinos en cuestión estaban más que involucrados sentimentalmente y se encontraban celebrando no solo la reciente unión de Jungkook, sino también la reciente revelación que acababa de darles Kim Namjoon.
—¡Ajam! —Moon apuntó sonriendo en grande hacia el Beta que tanto había buscado esa noche—. ¡A ti era a quién quería ver!
Namjoon se atragantó y miró a su espalda, donde la chica venía arrastrando a Taehyung con ella. Sonrió nervioso y la saludó.
—Vaya, veo que ya estás completamente recuperada...
—Lo estoy, de hecho, me siento muy bien. —afirmó llegando a su lado y evitando que el Beta se escapara—. ¿Quiere explicarme el por qué aún tengo esto... —señaló la mordida en su cuello—.Y el por qué Taehyung se está comportando tan así conmigo?
—¡Oye! —El Alfa la miró ofendido, pero Moon le lanzó un beso para que no de enojara.
—No es que me desagrade, Tae. Es solo que es raro...
—¿Cómo que raro?
El Beta suspiró cansado al verlos. En toda la noche, el científico había estado evitando a la Pseudo-Alfa. Su compañero le había advertido durante la ceremonia, que Moon comenzaba a hacer preguntas sobre su condición, y sinceramente, Namjoon no se sentía con las ganas de explicarle todo a detalle.
Así que, se mantuvo deambulando por la fiesta, hablando con unos cuantos amigos que no veía en mucho tiempo y que lo acusaron de ser un ermitaño y no salir de su laboratorio, también bailó un poco (obligado por Miyoung), y sobre todo, se mantuvo muy cerca de la mesa de postres. Asaltándola cada vez que pasaba junto a ella.
—Es el comportamiento natural de un Alfa con su Omega... —dijo finalmente, interrumpiendo la pequeña discusión de la pareja—. No sé porque te sorprendes.
—Taehyung y yo somos Alfas, eso no explica porque está como pegoste conmigo.
—¿No le dijiste del sello? —interrogó cansado el Beta y Taehyung negó con una sonrisa.
—No supe cómo explicarle esa parte, utilizaste muchas palabras técnicas y lo único que entendí fue que Moon ahora es una Omega.
—¿¡Qué yo soy qué!?
Ahora Moon estaba más perdida que antes. Miró seria a su compañero y al profesor Kim, y ambos hombres intercambiaron una mirada como preguntándose entre ellos quién procedía a explicarle. Taehyung sonrió y le concedió la palabra al mayor con un ademán, a lo cual Namjoon puso los ojos en blanco.
El Beta sabía que Moon no lo dejaría en paz hasta que obtuviera respuestas, así que dejó su plato de bocadillos en la mesa y acercó dos sillas para que la pareja se sentara.
—Bien, les explicaré con manzanas para que ambos entiendan y no me vengan a molestar después con lo mismo —dijo mientras hacía a un lado un par de decoraciones en la pared y luego, colocó un pequeño proyector en la mesa frente a ellos.
Namjoon encendió el proyector, y en la pared se visualizó un pequeño cuadro con unas figuras humanoides identificadas como: Alfas, Betas, Omegas y Pseudos.
—Primero, aquí está el orden jerárquico que todos conocemos —Comenzó su exposición el profesor—: Alfas, Betas, Omegas y el subgénero de los Pseudos. Desde un principio, se estableció que los Pseudos son una anomalía que no logró definirse en su totalidad. Dime algo, Moon; cuando te presentaste, inicialmente ¿Qué síntomas presentaste?
—Pues... —Moon buscó en su memoria la noche de su presentación—. Recuerdo que estaba inquieta y muy nerviosa. Taehyung había estado conmigo y luego, creo que me desmayé. Mi mamá entró a mi habitación y me encontró ardiendo en fiebre. Luego...
—¿Luego que? —La invitó a seguir el Beta.
—Pues... Tuve la sensación de que me había orinado, pero mi madre dijo que ese trataba de mi presentación Omega.
Namjoon sonrió y aplaudió pasando otra imagen en el proyector. Esta vez mostraba las diferencias entre un Omega y un Pseudo-Alfa.
—Te habías definido como una Omega, pero tú genética como Lobo Blanco se manifestó al mismo tiempo, y por desgracia, no había ningún Alfa de Lobo Blanco para que ayudara a controlar tus feromonas.
—¿Por eso terminé siendo una Pseudo?
—Exacto. Tú realmente no eres muy diferente a un verdadero Omega, sin embargo... Tú cuerpo no sabe a dónde inclinar la balanza —Namjoon elevó sus dos manos y las balanceo como ejemplo—. ¿Eres un Alfa? ¿Eres una Omega? Nadie te ayudó en su momento, y para cuando Miyoung te llevó con Seokjin, ya habías cambiado dos veces a tú forma animal. No había ya forma de corregir el daño.
—Ahora explícale como yo arreglé todo eso... —habló con autosuficiencia Tae cruzando una pierna y colocando un brazo sobre los hombros de su chica.
—Tú cállate, que ni siquiera sabías lo que hacías... —Le regaño Namjoon y cambió la imagen.
Esta vez se mostraba una imagen de un Alfa mordiendo a un Omega.
—» En tú caso, Moon. Cuando el tonto a tú lado te marcó... —Tae se quejó en voz baja—. Te encontrabas en un estado muy vulnerable. Tus defensas estaban bajas y por lo tanto, te encontrabas en su lado Omega. Al morderte, el veneno Alfa actuó en ti como un antígeno que anulaba tus propias células Alfa.
—¿Ah?
—Sí, esta es la parte en la que yo también me perdí. —le susurró Taehyung.
—¡Resumire! —Al mirar la hora en su reloj se dió cuenta de que ya se hacía demasiado tarde—. Mira, Moon... Tú eras una Omega, antes de que tu sistema se confundiera y te convirtiera en una Pseudo. Cuando Taehyung te mordió, esa anomalía desapareció porque te selló en la forma en la que se encontrabas en ese momento, una Omega. Y según todos los exámenes que te he practicado en los últimos, tu estado no ha cambiado... Ahora eres una Omega.
Y dicho eso, el Beta se largó de allí, guardando el proyector dentro de su saco y metiendose entre la multitud de fiesta.
Moon se quedó sentada con la boca abierta, procesando todo aquello. Taehyung se rió por su cara tuvo que elevar su mano y cerrársela.
—Veo que te quedaste sin habla, mi amor. Eso es nuevo.
—N-No puedo creerlo...
—Se nota... —rió y se inclinó hacia su oreja—. Tengo una idea, ¿Por qué no nos vamos ya de aquí y celebramos la noticia?
Moon se le quedó viendo con una ceja alzada, pero luego entendió sus intenciones y sonrió coqueta para luego tomarlo de su corbata y acercarlo hacia ella.
Era de madrugada cuando Jungkook se despertó.
Por un momento se sintió desorientado, pero al mirar hacia abajo, sonrió al ver a Nina dormir tranquilamente sobre su pecho. Aún no podía creer que esa hermosa mujer fuera su esposa y besó su frente, prometiéndose internamente que la amaría todos los días de su vida.
Jamás había disfrutado tanto el sexo como aquella noche. ¿Así de bien se sentía estar haciendo el amor con tu pareja Destinada? De haberlo sabido, Jungkook hubiera hecho el esfuerzo de encontrar a Nina mucho antes. Se arrepentía de haberle huido tanto al amor de su vida y lamentaba haberla hecho esperar.
Cuando Jungkook la marcó, fue la sensación más gratificante que pudo haber experimentado. Nina lo abrazaba con fuerza mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios al alcanzar juntos su orgasmo. Ni siquiera sintió cuando Jungkook la mordió en la base de su cuello, solo percibía una pequeña molestia y los besos y lamidas que su Alfa repartía para aliviar la zona.
—Te amo... —dijo ella peinando sus cabellos y besando sus mejillas.
—Pero yo te amo mucho más. —replicó uniendo nuevamente sus labios en un beso cargado del más puro sentimiento.
Esa noche quedaría grabada para siempre como una de las favoritas del Alfa.
Espero que podamos tener más noches como estas.
¿Te refieres a hacerlo otra vez con nuestra esposa?
... Aparte de eso.
Esta fue la primera vez que hemos dormido sin preocupaciones.
Cierto, ahora era que Jungkook se daba cuenta de ese hecho. Por mucho tiempo, el castaño había estado sufriendo pesadillas o terrores nocturnos que simplemente le ahuyentaban el sueño.
Pero esa vez... Se sentía en paz.
No lo entiendo, ¿Por qué estoy despierto entonces?
Nyx quiere vernos. Tiene algo importante que decir.
Jungkook frunció el ceño, no entendiendo porque el líder Cambiaformas querría verlo. Aún así, salió de la cama teniendo cuidado de no despertar a Nina, y se vistió para luego salir de la cabaña.
Hacia un frío infernal ahí afuera y Jungkook no quería alejarse mucho de la cama por lo que se quedó en el pequeño porche de madera junto a la baranda. Él odiaba el clima de la montaña, era demasiado para su pobre cuerpo que estaba acostumbrado a los climas cálidos de su manada.
No veía la hora para volver a su hogar, pero primero debía encargarse del problema de su padre.
—¿La noche de bodas acabó tan rápido? —fue lo primero que Seokjin le dijo al llegar.
—Lo necesario, de todas formas tengo toda una vida para disfrutar de mi esposa.
—Entiendo —Seokjin asintió—. Eso mismo me decía yo los primeros años.
El mayor se apoyó en la baranda junto a Jungkook y ahí se quedaron, mirando hacia el mar de árboles.
Para el menor era algo extraño estar al lado del hombre que lo había atemorizado por años. Desde que era pequeño, se le dijo que debía tener cuidado con entrar al Bosque Prohibido, que el Señor de los Lobos era ser malvado y que los lobos blancos era una amenaza que debía ser aniquilada.
Sin embargo, parecía que todo en lo que creía era una gran mentira.
Su cuerpo no temblaba de miedo al tenerlo cerca, tampoco le pareciera un mal hombre e incluso su madre, una de las mujeres más importantes en su vida, había visto algo bueno en él. Lo había elegido como su compañero, y eso era algo que a él le costaba asimilar.
—Anoche me enlace con tu mamá.
Jungkook abrió los ojos y giró lentamente su cabeza hacia el hombre.
—¿Usted la...?
—Sí. —dijo simplemente.
Jungkook sintió que su boca se secaba y siguió mirando al frente. Sus manos se cerraban alrededor de la baranda, en un intento de contener sus confundidos sentimientos.
—Eso significa que ella decidió quedarse aquí.
—Tuvimos que hacerlo, tú padre estaba utilizando la marca para dañarla —sus palabras lo sorprendieron—. Pretendía matarla del dolor sino volvía a su lado.
—Pero ahora ella debe estar débil, rompió la conexión con su compañero —Jungkook frunció el ceño y lo miró con recelo—. Usted debe saber que los Omegas sufren cuando se les arrebata su marca. Cuando otro Alfa los marca tardan meses en asimilar la nueva unión, si es que sobreviven a la primero a la pérdida.
Seokjin sonrió ligeramente. Jungkook aún no lo comprendía.
—Miyoung no sentirá la ruptura con tu padre. La marca entre ellos nunca fue de verdad, no eran Destinados.
—Pero ustedes dos sí... —murmuró frustrado.
Jungkook sabía que sus padres no se amaban, por mucho tiempo lo había sabido, pero creyó que al menos algo de la conexión de Destinados que compartían seguiría intacta. Que su padre algún día se daría cuenta de su error y llegaría a casa arrastrándose a los pies de su madre, rogando su perdón.
Pero ahora, caía en la realidad de que nunca existió tal conexión. Sus padres nunca fueron una pareja real, y por ende, Jungkook era un cachorro no deseado.
Desde que se enteró de la verdad había estado con ese pensamiento rodando en su cabeza, y se imaginaba la gran depresión que debió haber sufrido su madre al enterarse que estaba embarazada de él.
Por lo general, los omegas que quedaban en cinta de Alfas que no deseaban, que no eran sus parejas o que eran violados, entraban en un estado de profunda tristeza y terminaban rechazando al cachorro. No era de extrañar que al poco tiempo de dar a luz los abandonaran o los asesinaran.
Jungkook estaba agradecido porque su madre no hizo nada de eso.
Ella fue la mujer más amorosa y cariñosa del mundo, lo protegía todo el tiempo e incluso de adulto se aseguraba de que el estuviera bien. Sin embargo... Ahora tenía esa desagradable sensación de que era alguien no grato.
Él era diferente a Moon.
Ella si había sido una niña deseada, era hija de su pareja destinada. Jungkook notaba un brillo diferencia en los ojos de Miyoung cuando la miraba, desde niño lo notó, pero lo atribuía a que Moon era la niña, la princesa de la casa... Ahora él verdad, sabía que ese brillo se trata de verdadero amor. Al ver a Moon, su madre veía al hombre que ella realmente amaba, y ese hombre no era su padre.
Era el Cambiaformas a su lado.
—Creo... Que ahora debes estar teniendo un choque muy fuerte en tu interior —Seokjin se atrevió a colocar una mano en su hombro y el menor se encogió agachando la mirada—. Tal vez ahora mismo estés cuestionando tu origen y sí fuiste una carga para tu madre-...
—¿Cómo lo-...? —Jungkook se quedó sin habla, no entendía como ese hombre sabía cómo se sentía en ese momento, pero Seokjin solo sonrió.
—¿Qué como lo sé? Soy el Señor de los Lobos, puedo comunicarme con cualquier lobo salvaje, y eso incluye los lobos interiores —señaló a su corazón—. Se leer muy bien los sentimientos de las personas por medio de sus lobos. Ahora mismo, Ji tiene un profundo sentimiento de tristeza. Está confundido, odia a tu padre, a pesar de que tú no puedes del todo. No sabe si odiarme a mí y sobre todo, está muy preocupado por Miyoung.
El menor se sentía desnudo ante el Cambiaformas. Así era exactamente como se sentía, todo un torbellino se emociones sin control.
—¿Y usted acaso no me odia? —preguntó mirándolo—. Se supone que los Alfas odian que sus Omegas tengan cachorros de otros, por eso papá odia a Moon. ¿Usted no quiere matarme también?
—¿Por qué lo haría? —se carcajeó sumamente divertido—. Eres el hijo de Miyoung, y hermano de mi cachorra. No puedo odiarte ni tengo sentimientos asesinos hacia ti. Déjame contarte algo que espero que te ayude...—Seokjin tomó una pausa—. Cuando Miyoung se enteró que estaba embarazada de ti, lloró. Lloró mucho y vino corriendo hacia mí. Ella estaba demasiado aflijida y asustada, creía que yo la iba a rechazar y me pedía perdón a cada momento. Como Omega, sentía que estaba cometiendo una gran falta al quedar en cinta de otro hombre e incluso... Estaba pensando en la idea de terminar con el embarazo.
—¿Qué?
—No te espantes que obviamente eso no ocurrió —Lo tranquilizó el mayor—. Tampoco juzgues a tu madre duramente por tener sus dudas. Debes comprender que fue obligada a casarse muy joven, a vivir junto a alguien que ella odiaba y estar alejada de su verdadero compañero.
—Lo sé... Es solo-...
—¿Es shockeante? Imagínate como me encontraba yo —Jin suspiró y elevó su vista al cielo que ya comenzaba a aclarar—. Tenía a Miyoung entre mis brazos, intentando darle consuelo, pero incluso yo no sabía que decirle. Estaba un poco decepcionado por no ser yo el padre de su primer cachorro, pero era algo que no se podía evitar. Hasta que se me ocurrió lo mismo que te voy a decir ahora: "No es culpa del cachorro que su padre sea un desgraciado, lo importante es que nunca será él" Yo siempre te vi como el hijo de ella, jamás te relacioné con ese hombre, y Miyoung también hizo lo mismo desde entonces. Ella empezó a verte con otros ojos, y te puedo asegurar que luego de nuestra conversación, te espero con anhelo. Yo me mantuve a una distancia prudente durante su embarazo y la verdad me alegré mucho cuando naciste. Más aún cuando te cargue por primera vez...
Seokjin no sabía el efecto que tenían sus palabras sobre el menor. Poco a poco calmaba su agitado corazón y le generan una nueva sensación de serenidad.
Jungkook estaba anonadado por lo que oía y se encontraba en trance imaginádose al Alfa cargándolo de bebé.
—¿En serio ya me conocía desde antes?
Seokjin asintió y buscó en sus bolsillos hasta encontrar un elegante anillo y un cadena plateada de eslabones delgados. De ella colgaba una gran piedra preciosa de color violeta que brillaba bajo los escasos rayos del sol.
—Estas son las joyas de la manada Jeon... —Le explicó el Cambiaformas—. Tú madre las escondió aquí para entregártelas cuando fuera el momento.
—Las joyas se suponían que estaban resguardadas en la cámara del Gran Consejo —comentó Jungkook a lo que Seokjin puso los ojos en blanco—. Me las darían cuando fuera la ceremonia de traspaso.
—El Gran Consejo —Se burló—. Esos lobos no saben ni lo que tienen en ese lugar. No saben que las joyas no están ya en su posesión. Miyoung quería que yo te las diera, así que...
Seokjin le entregó las piezas en sus manos y Jungkook sintió el gran peso de estas. No solo por ser joyas tan importantes, sino porque de ellas dependía la conexión del líder con su Clan.
Una vez puestas, el líder desarrollaba una unión completa con su gente. Podría sentir a cada una de las personas en su manada, el rugir de sus tierras y el gran espíritu lobuno que los conectaba a todos.
Jungkook se sentía algo intimidado por la gran responsabilidad que cargaba en sus manos, pero sabía que había nacido para algún día tomar el liderazgo.
—Jungkook... —el nombrado levantó la mirada ante el llamado—. Nunca vuelvas a pensar que fuiste un error. Tú madre no te ve así, tú hermana tampoco, ni Taehyung, ni tu esposa, ni yo... Vales más de lo que piensas, eres importante para todos nosotros. Así que no pienses que eres menos.
Jungkook asintió lentamente, agradeciendo de todo corazón que le haya mostrado la verdad.