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En las profundidades de la ciudad, donde las luces de neón apenas iluminaban las sombras de callejones repletos de peligro, reinaba una figura que todos conocían pero pocos habían visto realmente. Sadie Jackson, "La Reina Carmesí", había tomado el control de los barrios bajos y los distritos más lucrativos antes siquiera de cumplir veinte años. Su ascenso fue imparable, una avalancha de inteligencia, ferocidad y sangre que aplastó a quienes intentaron interponerse en su camino.

Sadie no nació en el poder. Su infancia fue un mosaico de violencia, hambre y desesperación, pero de esas mismas cenizas surgió su fortaleza. Desde temprana edad, aprendió que la lealtad era una moneda que podía comprarse, y la traición era inevitable si no controlabas cada movimiento de quienes te rodeaban. Fue en esas calles que su apodo surgió: "La Reina Carmesí". El rojo no solo representaba el color vibrante de su cabello, sino también la sangre que había derramado para llegar a la cima.

Su imperio no era simplemente un conjunto de territorios; era una red cuidadosamente tejida. Controlaba las rutas de contrabando, los negocios clandestinos y el tráfico de información. Nadie movía un dedo en la ciudad sin que Sadie lo supiera. Pero no era solo su mente estratégica lo que imponía respeto, sino su habilidad para el combate. En una reunión, su simple presencia podía helar la sangre de los hombres más peligrosos.

La Reina Carmesí no gobernaba con indulgencia. Cada error tenía consecuencias, cada traición era castigada sin piedad. Su reinado era firme, pero no por ello caótico. Sadie sabía equilibrar el miedo con el pragmatismo, ganándose la lealtad de quienes entendían que, bajo su mando, había orden en el caos. Sin embargo, esa estabilidad estaba siempre bajo amenaza. La mafia era una bestia que nunca dejaba de crecer, y nuevos enemigos surgían con cada victoria que ella obtenía.

La ciudad era un tablero de ajedrez, y Sadie era una jugadora brillante. Sin embargo, incluso las mejores estrategias podían fallar ante lo inesperado, y pronto, algo —o alguien— llegaría para poner a prueba su reinado.

Aquella noche, el aire estaba cargado de tensión. Las pandillas rivales se habían unido en un intento desesperado por destronar a Sadie. En el corazón de este conflicto, mientras sus hombres caían y el caos se desataba, una figura emergió entre las sombras: Tau, una joven con una reputación que apenas comenzaba a tomar forma.

Sadie todavía no lo sabía, pero la llegada de Tau cambiaría no solo el curso de la guerra, sino el destino de su reinado. Lo que empezó como una rivalidad sería el inicio de algo mucho más profundo, algo que ni la Reina Carmesí podría prever.

La batalla aquella noche había sido intensa. Sadie observaba desde el corazón del conflicto, calculando cada movimiento, sus ojos destellando con la intensidad carmesí que la había hecho famosa. Sus hombres combatían ferozmente, pero había algo distinto en el aire, un desequilibrio que no terminaba de comprender.

Entre el ruido de disparos y gritos, una figura se movía con una precisión casi inhumana. A primera vista, parecía solo otro rival más, pero cuando esa joven alzó la cabeza, Sadie supo que no era así. La forma en que esquivaba las balas, su postura segura y su sonrisa, medio burla y medio amenaza, delataban que no estaba ahí por casualidad. Era Tau, una emergente en el mundo de la mafia, una sombra que comenzaba a reclamar su lugar.

Tau no era como los otros. Su presencia no buscaba solo poder, sino control. Con movimientos calculados, desmontaba la ventaja de los hombres de Sadie, saboteando sus tácticas y sembrando el caos. Pero lo que realmente irritó a la Reina Carmesí no fue su habilidad, sino la forma en que Tau la miró directamente a los ojos desde la distancia, como si fuera una invitación.

Por un momento, los ruidos a su alrededor se desvanecieron. Sadie, siempre fría y calculadora, sintió una punzada de rabia y curiosidad. Había enfrentado a cientos de enemigos, pero ninguno se atrevía a desafiarla de esa forma, como si fueran iguales. Ese instante bastó para que Tau desapareciera entre las sombras, llevándose consigo la victoria simbólica de esa noche.

Cuando el polvo se asentó y el eco de los disparos se desvaneció, Sadie sabía que esta no sería la última vez que se cruzarían. Tau no solo era una amenaza para su territorio, sino una espina en su orgullo.

En los días siguientes, Tau siguió mostrándose como una rival diferente. No atacaba de frente; en cambio, se movía en las sombras, tomando pequeños pedazos del imperio de Sadie y desapareciendo antes de que ella pudiera reaccionar. Era una guerra de desgaste, pero más que eso, era un juego. Tau dejaba pistas intencionales, como si quisiera que Sadie la siguiera, como si deseara ese enfrentamiento directo.

Sadie, furiosa y fascinada a partes iguales, comenzó a tomar sus propios riesgos. Sus hombres la veían diferente, más inquieta, más dispuesta a ensuciarse las manos. Cada paso que daba en esta nueva guerra no era solo para proteger su poder, sino para descubrir quién era realmente Tau.

Finalmente, una noche, en un callejón oscuro de la ciudad, ambas se encontraron nuevamente, esta vez cara a cara. Tau estaba esperándola, su postura relajada pero lista, con una sonrisa ladeada que provocaba tanto ira como intriga. Sadie sintió la tensión en el aire, esa mezcla de rivalidad, desafío y algo que no quería nombrar.

Eran dos fuerzas opuestas, el carmesí y la sombra, enfrentadas en un juego que estaba a punto de volverse más peligroso de lo que cualquiera de ellas había imaginado.

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NUEVA HISTORIA

Esta historia de mafia fue pedido de Taurozzi_Teamo_ <3 Ojalá te guste

Denle amor pipol ◉⁠‿⁠◉