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Sofia Ferrara

Ignoro el quinto mensaje de Alessandro, no quiero hacerlo pero si mi Padre se entera que sigo hablando con el, va a desaparecerlo.

 Camino por los pasillos en donde veo a entrenar a cada soldado de esta organización, a lo lejos veo a Arnaldo, el segundo al mando de ver los entrenamientos de todos y un perro fiel a mi padre, veo como agarra una fusta y empieza a golpear a un niño que probablemente no pase de los 15 años. Me acerco y tomo la fusta evitando que lo golpee una cuarta vez.

- Perdio contra Gino, merece ser castigado.- Veo al niño, esta ojeroso y se nota que no ha estado comiendo.

-Vete, yo me encargo de el-. Se que se quedo con las ganas de golpearlo pero este niño no aguantara mas golpizas.- Sígueme niño.

Entramos a la mansión y lo guio hasta el salón para que tome asiento en uno de los sofás, se siente y solo mira al suelo, con miedo de que le haga algo.

- ¿Cuál es tu nombre?.- no responde y solo sigue con la cabeza agachada.- Te hice una pregunta.

- So.. soy Massimo

- ¿Cómo llegaste aquí Massimo?

- Mi madre me trajo hace una semana, dijo que estaría mejor aquí.- Con razón no lo recordaba, el es nuevo.

- ¿Cuántos años tienes?

- Voy a cumplir once en un mes.- aquí no aceptamos niños menores de 15, pero es alto y eso lo hace verse mayor. la maldita de su madre mintió en su edad.

- ¿Dónde vivías antes?

 -En un club, mi mama baila ahí.- Ya investigare mas de su vida después. 

-Bien, ven conmigo, Massimo.

Lo guio a la cocina y hago que se siente en una de las sillas mientras que yo saco sándwiches de la nevera y jugo. Busco un plato y le coloco un sándwich, le sirvo jugo y se los tiendo. El mira suspicazmente la comida, aunque veo la añoranza en su mirada de querer comer.

- Tranquilo, si quisiera matarte lo haría con mis manos y no poniendo veneno en la comida.

- ¿Por que me ayuda? Nadie de aquí me ha tratado bien y por lo que he escuchado dicen que usted es la encargada de supervisar todo, la catalogan como alguien cruel y despiadada.

- Veo potencial en ti, niño, puedes llegar a ser alguien en esta organización si te lo propones. Pero para poder llegar a ser alguien grande debes comer y fortalecerte. podre ser cruel y despiadada pero algo que no tolero es ver como alguien abusa de su fuerza para golpear a otro que apenas esta aprendiendo.

- Ese señor lo hace con la mayoría de chicos, los patea o golpea con ese palo.

- Es una fusta, y el ya no volverá a golpearte. Desde ahora tu solo entrenaras conmigo, si Arnaldo te pregunta por que no estas entrenando, le dices que yo te di la orden de que solo yo entrenare contigo, ¿Esta claro?

- Como usted diga.

-Ahora come, niño. 

Lo veo comer con muchas ganas, su rostro es tan pálido, puedo notar sus huesos, la ropa que trae le queda muy holgada debido a su falta de masa muscular. Ver a Arnaldo golpearlo me hizo recordar a como me torturaban a mi, la diferencia es que yo si puedo intervenir y cambiar ese futuro que le espera a el. Hay algo en este niño que me grita que lo ayude, que yo misma lo entrene y que cambie su futuro. Y es lo que hare

- Gracias, ¿ya puedo retirarme?

- Si, ahora iras a descansar porque mañana a primera hora iré a buscarte para entrenar, ¿Esta claro?

- Si.- se baja de la silla y lo acompaño al lugar donde descansara, todas las camas siguen vacías debido a que la mayoría aun no termina de entrenar. 

- Descansa, Massimo.

- Hasta mañana, gracias por la cena.

Alessandro Müller

La vuelvo a llamar y solo me manda al buzón, ¿por que esta ignorándome? ¿seguirá molesta por lo de Cecilia? no lo creo, ella y yo estábamos bien la noche anterior. Sigo cenando mientras que mis padres charlan muy animadamente, christa se les une y mi querido hermano solo come sin mirar a nadie.

- Alessandro, ¿Cómo va todo en la empresa?

-Bien papá, ya tenemos dos inversionistas más.

- Muy bien hijo, eres igual a mí, yo a tu edad hacia lo mismo con la empresa, la diferencia es que tu abuelo si era alguien difícil de impresionar.

- Era alguien complicado, papá, pero saber que el te amo al igual que a todos nosotros.- le sonrió y el hace lo mismo.

Después de cenar, mis papás van al jardín mientras que yo subo a mi antigua habitación, todo sigue igual tal y como lo deje.

De la nada Sofía vuelve a mi cabeza, ¿Por que me estas evitando, Schlange?. Apenas ha pasado un día y ya quiero volver a verla, extraño sentirla cerca de mí, extraño el aroma que ella desprende. Se ha vuelto tan necesaria que ahora ya no puedo sacarla de mi cabeza.

Bajo las escaleras buscando a christa, no está en el jardín así que debe estar leyendo en el estudio. Entro y la encuentro ahí, esta con audífonos y leyendo un libro nuevo. Le quito un audífono y me siento a su lado.

-¿Ahora que pasó? Sabes que odio que me interrumpan cuando estoy leyendo, Alessandro.

-Lo sé, pero te aviso que mañana yo te acompañaré a tu entrenamiento, ¿ok?

-Bien, ven a las 8, a esa hora salgo de aquí para la mansión de los ferrara.

- Mañana estaré aquí a las 7:30, hermanita.

Todo sea con tal de ver a Sofía, una vez le dije que no iba a librarse de mí y lo que para ella pudo ser una broma para mí fue una jodida sentencia. Mi dulce Schlange, me estas volviendo loco, totalmente loco.