~Extasis de ángel~

Jonathan entró a la oficina de Robert mirando sobre su hombro.
Era la noche perfecta. Todos los Lightwood estaban fuera. Luke y su familia estaban fuera. No había nadie en el hotel que pudiera detenerlo. Se sentó en la silla de Robert, sonríendo para si mismo. La computadora estaba apagada. Los cajones tenían llave. Jonathan sacó la llave de su bolsillo.
Buscó en los cajones, cuidadoso y cauteloso. Leyó todo, sin dejarse un solo papel. Su telefono sonó y el nombre de su padre apareció en la pantalla.
-¿Hay algo?-preguntó Valentine.
-De todo. Será más fácil de lo que pensamos, padre.
-No dejes nada sin fotocopiar-ordenó Valentine y colgó.

~~

Los nervios de Alec se definian como los peores nervios que había vivido. Su corazón latía tan rápido que la sangre bombeada tapaba sus oídos. En una parte apartada del loft, estaban Ragnor y Catarina. Ambos miraban a Alec con una ceja enarcada y los brazos cruzados sobre su pecho.
-No te asustes-dijo Magnus cuando sus amigos pudieron escucharlo también-, su pose de soy-un-chico-malo es solo pose.
-De hecho es mi pose de soy-una-chica-mala -sonrió Catarina- ¡ahora vete!
Magnus le lanzó a Catarina una mirada de "se amable" y se dio alejó. Alec lo miró horrorizado. ¿En verdad lo iba a dejar ahí solo con ellos dos? Ragnor empezó a reírse. Alec lo miró frunciendo el ceño.
-Miralo, Blue. Está asustado-se burló.
-¿Qué te ha dicho Magnus de nosotros?-sonrió Catarina- Lo que sea, no es verdad. El travieso siempre fue él.
-¿Sabes? Es la primera vez que accedemos a conocer a alguien que salga con Magnus-dice Ragnor y Catarina le da un golpe en el brazo- ¡¿Qué?! ¡Es verdad! ¡Siempre los odiamos! Solo hace falta recordar a Camille o a Woolsey, ¡O a Eta!
Alec no sabía que decir. Su boca estaba seca, su garganta cerrada. No sabía que hacer con las manos ni a donde mirar, y se preguntaba quién era Woolsey y quién era Eta. Pero por el tono de voz usado en sus nombres, podía decir que a Ragnor no le agradaban. ¿Habían lastimado a Magnus o simplemente no le agradaban como personas?
-¡No le hablas al actual de los exs!-lo reprendió Catarina.
-¡Pero él no es mi actual!-exclamó Ragnor.
-Hum, ¿por qué no te agradaban?-preguntó Alec, decidido a entablar una conversacion con ellos.
Ragnor lo miro evidentemente encantado del interés. La música era fuerte, la canción era suave. Las voces llegaban por todos lados.
-No fueron más que personas rompiendole el corazón.
Aunque lo dijo con una sonrisa burlona, Alec detecto la tristeza y el enojo en su voz. Había una palpable preocupación de Ragnor hacia Magnus.
-¿Alguna vez te ha contado como nos conocimos?-preguntó Catarina.
-Um, no en realidad. Me dijo que estuvieron juntos en un orfanato.
Catarina le pidió que esperara y salió corriendo. En menos de un minuto ya estaba de vuelta. Con un libro entre las manos.
-Magnus deliberadamente ocultó algunas, pero aquí hay fotos de ese día-le dijo- ¿quieres verlas?
Resultó ser fácil hablar con ellos. Sobre todo porque se dedicaron a contar las historias tras cada fotografía. Travesuras lideradas por Magnus. Misiones de rescate de animales, lideradas por Catarina. Conquistas lideradas por Ragnor. Pronto Alec estaba riendo, enterandose de las cosas más triviales sobre ambos; el origen del apodo Blue, por qué Ragnor usaba su diadema de cuernos (al parecer de niño se había obsesionado con los minitauros). Y pudo leer en ambos que eran un trio unido. Catarina era como la mamá que siempre los mantenía centrados pero también era la pequeña, la hermanita adoptiva a la que cuidaban y a veces sobreprotegían. Ragnor era el conquistador, el que siempre buscaba como divertirse, sin sobrepasarse como Magnus. Y Alec se preguntó en que momento habían madurado, si cuando habían quedado huerfanos o con el paso del tiempo.

Magnus se dirigió a la puerta. Palideció completo al ver a Robert y Maryse frente a él. El resto de los Lightwood estaban en el loft pero Magnus no pensó que ellos asistieran. Recobrando la compostura, se hizo a un lado y los dejó pasar. Estaba convencido de que ninguno de los dos había estado en una fiesta así antes. El bullicio de la música con el sonido de las voces, las risas y el ruido de las calles inundaba la habitación. La luz roja daba un ambiente de calidez y alegría. Las bebidas se repartían, todos comían bocadillos, la piñata colgaba esperando ser destruida. Pero Magnus solo ve a Alec, riendose con Ragnor y Catarina. Realmente se veían bien los tres juntos. Magnus pensó que no habría problema si un día salían juntos. La idea le encantaba.
Cuando distinguió el albúm de fotos sobre la meseta de la cocina, agradeció haber escondido las fotos que aún no quería mostrarle al mundo. Ni por todo el oro del mundo.