ProsciuttoXReader

Esperen un segundo ¿qué fue todo ese drama? Enserio después de todo este llanto las cosas iba a terminar así de cinicas ¿para qué fue todo esto?

Pesci se acercó a mi y comenzó a desatarme mientras que yo veía al mayor recargarse a una esquina del edifico abandonado muy despreocupado.

-No... No lo entiendo- dije aún estando un tanto temerosa.

-No entiendes qué- me contesta Risotto.

-Si son de passione y los rumores que he escuchado sobre ustedes son reales ¿por qué me dejas ir?... ya sé demasiado... ¿no?

Entonces aquel hombre sonrió ligeramente divertido ante mis palabras. Se burlaba en mi cara pero lo hacía... cómo lo diré. De forma educada y sin arrogancia.

Se acercó como si nada y me dio una pequeña palmada en el hombro. Claro sin perder el porte de hombre malo.

-Me agradas, niña.

Y sin más se fue dentre la oscuridad del edificio. Entonces sólo quedamos Pesci y yo, o eso creía.

-¡Lo-lo siento mucho!- me decía a lamentos Pesci.

Todo la situación fue extraña; pase del llanto a la confusión. Y ahora, consolaba los llantos de Pesci.

-Tranquilo, Pesci. No sé qué pasó exactamente pero creo que será mejor si ninguno de los dos dice nada de lo que acaba de pesar hoy... dime ¿mi vida sigue corrido peligro?

Trataba de ser gentil con él. Tal vez debí abofetearlo ya que esto fue literalmente un secuestro. Debía abofetearlo y correr por mi vida. Pero, ya no me sentía en peligro.

-No...- Pesci seca sus lágrimas- mi jefe sólo quiso probar qué tanto sabias. Parece alguien duro y malo pero, sabe cuando tener compasión.

Si todo eso era verdad quería decir que en lo que sea que Pesci estuviera metido no era  sano para mi. Aunque me había salido extrañamente librada de esta. Se confirmaba mis sospechas. Por alguna razón la señorita Fiorela estaba metida en esta mafia... y si ella estaba metida entonces lo que Mi Lady me había dicho sobre el señor Prosciutto...

-Pesci Pesci Pesci oh, deja de soltar tantas palabras sin pensar. No te basta con meterte en embrollos ¿también lo tienes que hacer con terceros?

Y de pronto una tercera voz proveniente de la esquina más oscura del lugar se acercó a nosotros. Más que familiar para mi.

-A- aniki... yo... lo siento- contesta Pesci bajando la cabeza y apartandose de mi.

-Pr-Prosciutto... tú...

-Pesci- me interrumpe el rubio- alcanza a Risotto y regresa a casa con él. Yo llevaré a (___) A su casa.

Sin titubear Pesci afirmó con la cabeza y se fue corriendo rumbo a donde se había ido Risotto. Y yo me quedé a solas con Prosciutto.

Apenas y lo podía ver a los ojos. No sé por qué pero, por alguna razón me sentía traicionada. Lo sé, él y yo no tenemos nada. Sin embargo, era como si hubiera violado la confianza que todas nosotras como bailarinas depositavamos en el Royal; un sitio prestigioso pero tal y como Mi Lady se expresaba. Ultrajado de lo más vil de Italia.

¿Así de fácil fue para Prosciutto secuestrarme y atarme?

-¿te quedarás todo el rato ahí sentada mirando el suelo o por fin nos marcharemos?

Aguantado mi enojo me paré sin verlo a los ojos y camine a la primera salida que vi. No esperaba ser llevada por él.

Escuche un "oye, mi auto esta por aquí ¿a dónde vas?" Pero me importó poco las palabras de él y continúe mi camino.