"Ay no." susurró Ella para sí misma, Rose la miró y notó la mueca de miedo y de preocupación en su rostro.
"¿Qué pasa?" le dijo la rubia sentándose en la cama y tomando su hombro.
Ella le vio con la mirada llena de temor, llena de ansiedad y nerviosismo, de pronto sintió los ojos llenarse de lágrimas y comenzó a sentir sus manos heladas y su rostro caliente.
"Hace meses que no me llega el periodo..." susurró Ella, Rose alzó las cejas en sorpresa y formó con sus labios una pequeña o "no puedo estar embarazada" dijo Ella soltando las primeras lágrimas que resbalaron de sus ojos a sus mejillas.
El miedo fue recorriendo el cuerpo de Ella en partes hasta quedarse acumulado en su estómago, la desesperación y la angustia le hicieron tener náuseas y la visión se le nubló.
Sintió las manos de Rose enredarse en su torso mientras ella negaba con la cabeza.
No podía estar embarazada, sobre todo porque ya tenía suficientes problemas en la cabeza como para estarlo, Tim no estaba con ella y ciertamente Ella no sabía absolutamente nada sobre traer a alguien al mundo.
Ni siquiera podía cuidar de ella misma.
Ella no quería estar embarazada, no quería un bebé que le recordara todos los días lo miserable que era su vida, no quería algo que constantemente le trajera a la mente todo lo que vivió con Tim, no quería a alguien que fuese igual a él, no quería llevar a alguien dentro de ella por nueve meses.
Sabía que si sus sospechas eran ciertas su estancia en el colegio sería nada más que un recuerdo lejano y que no podría regresar a su casa, sabía que si estaba encinta iba a odiar a todos más de lo que ya lo hacía y que conociéndose a sí misma iba a hacer todo lo posible para deshacerse de lo que sea que estuviese dentro de ella.
"Ella..." le susurró Rose, sacándola de su trance, levantándose de la cama "ven, acompáñame" Ella se levantó también y con el dorso de su mano se limpió las lágrimas que llenaban su rostro por completo. Rose extendió su mano hacia ella y Ella la miró, deteniendo su paso. Rose abrió sus dedos y Ella enredo los suyos en un agarre que le transmitió una pequeña corriente eléctrica de paz.
La rubia se dirigió a la puerta y la abrió, miró a través del umbral y cuando se aseguró de que no había nadie en el pasillo salió y corrió jalando a Ella tras de ella.
"¿A dónde vamos?" preguntó Ella tratando de seguir su paso, Rose le susurró que callara y se detuvieron en una puerta negra. "¿En dónde estamos?" volvió a preguntar Ella, recibiendo la misma respuesta de parte de su amiga.
Rose soltó la mano de Ella que estaba rozada del contacto y tocó la madera negra con los nudillos.
En menos de un minuto la puerta se abrió y la hermana Shauna estaba detrás del umbral.
"Shauna..." susurró Rose, mirándola seria "necesitamos un favor.