Primer amor ? Kookmin

JIMIN

A las personas les gustaba Jimin por ser un chico divertido, adorable, genuino y amigable; pero sobre todo por ser auténtico.

Sin embargo, había una cosa que solo el rubio conocía de sí mismo, y había otra cosa que también solo él sabía pero que no quería aceptar del todo.

Lo que el rubio conoce de sí mismo es que le gustan los chicos, más allá de solo eso, Jimin es gay y eso siempre fue así.

Jimin atesoraba un bosquejo de un recuerdo de su infancia, en el cual había conocido al niño más lindo del mundo según él, e incluso se había atrevido a darle un besito; para el pequeño Jimin de seis años ese hermoso niño fue su noviecito hasta que fue olvidando su rostro con el tiempo.

Cuando el rubio, en ese entonces pelinegro, tenía trece años uno de los niños más lindos de su secundaria lo besó en las gradas del colegio; a Jimin le había gustado aquel beso, aunque el chico no pasaba de un gusto superficial. Sin embargo, aquel momento quedó opacado cuando a su padre le diagnosticaron cáncer unos días después.

Luego de mudarse a la gran ciudad durante sus vacaciones de medio año, Jimin había ido a comprar algo de ropa nueva para de iniciar sus estudios en la preparatoria donde se acababa de matricular; en una de las tiendas de ropa Jimin había compartido algunas miradas coquetas con el atractivo chico de caja, el cual era aparentemente un chico de universidad.

De todos aquellos momentos donde Jimin pudo sentir con libertad, el más importante fue el día en que vio a Jungkook por primera vez.

Para el rubio nunca fue difícil ocultar su orientación sexual, y es que los problemas en su familia siempre sobrepasaban sus sentimientos personales, dejando en un último plano esa parte de su vida. La depresión de su madre cuando era pequeño, el vivir migrando, la enfermedad de su padre y su partida, el dolor luego de aquello; Jimin sintió que no había espacio para lo suyo.

El panorama cambió cuando llegó a Seúl a vivir en una casa propia y a establecer un negocio con su madre, aquello lo hizo sentir como si todo lo difícil y vertiginoso de su vida hubiese acabado, ya no tendría que vivir corriendo ni siendo arrastrado por situaciones; en ese lugar por fin podría establecer una vida, encontrarse a sí mismo, hacer amigos sin tener que despedirse luego, y quizás, enamorarse...

Aunque esto último tenía que ver con el único pendiente que Jimin aún tenía, y eso era salir del closet; la parte difícil para el rubio era su madre, ella era lo único que tenía y la conocía bien, no estaba seguro si su madre podría entenderlo y él no quería perderla, ni cambiar la gran relación que tenía con ella. Por eso Jimin había decido posponer el enamorarse hasta que sea mayor y esté listo para enfrentar a su madre.

Su plan se desplomó cuando vio a Jungkook en su primera clase de la nueva preparatoria, Jimin creyó ver al chico más guapo del país, o del mundo, todas las características del pelinegro le gustaron de inmediato.

Cuando se acercó por primera vez a él y vio su sonrisa, Jimin estuvo seguro de que se encontraba frente a su mayor platónico de la vida, a menos que por un milagro aquel chico fuese gay y además le correspondiese.

Jimin se avergonzó con él mismo cuando se comenzó a formar una gran amistad entre él y el pelinegro, quien por cierto no parecía gay por ningún lado. Jimin se conformó con ser amigo de aquel chico, y es que luego de poco tiempo, Jimin no solo adoraba el físico de Jungkook si no también su personalidad, su humor, su risa, su paciencia, y el trato que este tenía con él; el rubio tenía claro que no podía alejarse de todo eso.