抖阴社区

XVI

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Me levanté sin hacer mucho ruido cuando empezó a salir el sol.

Cogí mi bikini y me lo puse para después mirarme al espejo.

Limpié las lágrimas que resbalaban por mis mejillas y bajé a la piscina.

El agua estaba en calma. Algo que yo no compartía en aquel momento.

Me senté en el bordillo y dejé que mis pies se acostumbrasen a la temperatura del agua.

Después me metí sin pensarlo.

El agua estaba tan fría, que por un momento dejé de pensar en todo.

Hasta que el aire se me agotó y me vi en la obligación de subir a buscarlo.

Saqué la cabeza del agua y vi a Gavi sentado en el bordillo, justo frente a mí.

– ¿Por qué no me has avisado de que ibas a bañarte? Habría aceptado.

– Estabas dormido y no quería molestar.– dije en un tono seco.

Nos miramos a los ojos y entonces aparté la vista.

No estaba preparada para verle a la cara.

No después de habernos acostado y después pirarse de fiesta y haber vuelto con una puta mancha de pintalabios en el cuello.

Me sentía usada.

Y enfadada.

Salí de la piscina a toda velocidad y cogí la toalla.

Él se levantó y se acercó a mí.

– No te muevas.– dije levantando una mano.

Él se paró a mitad del camino y me miró fijamente.

– No quiero tenerte cerca.

– Olivia, ¿qué te pasa?

– No sé, dímelo tú. Anoche llegaste a casa con una jodida mancha de pintalabios en el cuello. ¿Quieres que encima me venga a Barcelona contigo para hacerme esto? Eres un jodido capullo.– espeté tirándole la toalla a la cara y saliendo de allí.

– Olivia, espera.– dijo siguiéndome.

No le hice caso y subí las escaleras para después encerrarme en la habitación.

Después, volví a echarme a llorar tras aquella noche.

No quería verle, ni mirarle.

Había pensado que era diferente.

Que lo que había vivido con Fran no volvería a pasar.

Pero ilusa y tonta fui yo, por pensar que sería posible.

Gavi no se tomaba nada en serio. Nunca.

Ni siquiera cuando éramos pequeños.

10 años antes

– Olivia, te he dicho muchas veces que no puedes meterte por tierras que no sabemos si están en buen estado.– murmuró mi padre quitando la venda que había en mi pie.

Gavi y yo habíamos decidido ser unos aventureros y nos habíamos metido en algo de campo algo descuidado.

Yo me había quitado mis chanclas para así no perderlas, así que cuando me clavé el cristal en la planta del pie, lloré.

Gavi sin embargo no para de mirarme, sin mover ni un dedo.

– Gavi, llama a mamá, por favor.– supliqué llorando.

Entonces despertó del trance y salió a correr en busca de ayuda.

Cuando llegamos al hospital tuvieron que ponerme puntos.

???? ??? ???? +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora