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my sweet boy| Robby Keene

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El Sekai Taikai había más o menos terminado, pero las consecuencias aún estaban ahí. Robby lo sabía cada vez que intentaba moverse y sentía el peso del yeso en su pierna. Lo peor no era el dolor, sino la sensación de estar atrapado, de no poder hacer nada.

Marie, por otro lado, parecía decidida a que no moviera ni un dedo. Desde que llegaron a casa, se hizo cargo de todo.

-No tienes que quedarte pegada a mí todo el día -murmuró él, recostado en el sofá con una almohada estratégicamente colocada bajo su pierna.

Marie, que estaba acomodándole una manta sobre las piernas, ni siquiera lo miró.

-¿Y quién más va a hacerlo? ¿Johnny?

Robby bufó.

-Podría arreglármelas solo.

-Ajá -Marie se cruzó de brazos-. ¿Como cuando intentaste levantarte y casi te estrellas contra la mesa?

Él suspiró, derrotado. Sabía que discutir con ella no serviría de nada.

Marie se sentó a su lado y, sin decir nada, comenzó a pasar los dedos por su cabello con movimientos lentos. Robby cerró los ojos por instinto.

-Te gusta más de lo que quieres admitir -comentó ella con una sonrisa.

-No lo voy a negar.

Marie soltó una leve risa y continuó acariciándole el cabello en silencio. La casa estaba tranquila, la luz del atardecer entraba por la ventana, y por primera vez en todo el día, Robby sintió que podía relajarse.

(...)

-Te traje algo de comer -dijo ella después de un rato, levantándose para tomar un plato de la mesa.

-Dime que no es sopa de hospital.

-Es comida de verdad.

Robby la observó mientras ella le alcanzaba un tenedor y empezó a comer bajo su mirada atenta.

-No tienes que hacer todo esto -dijo después de un momento, sin mirarla.

Marie apoyó su cabeza en su hombro, abrazándolo suavemente de lado.

-No lo hago porque tenga que hacerlo. Lo hago porque quiero.

Robby dejó el tenedor sobre el plato y suspiró.

-Gracias.

-Descansa -susurró ella, volviendo a enredar los dedos en su cabello-. Estás en buenas manos.

Y por primera vez en todo el día, Robby dejó de resistirse y simplemente disfrutó.

(....)

El dojo estaba lleno de energía, gritos y emoción. Todos estaban allí para ver la pelea entre Johnny Lawrence y Wolf, el tipo que había intentado humillarlo en el Sekai Taikai. Pero Johnny no era alguien que se dejara pisotear, y en cuanto sonó la señal de inicio, demostró por qué seguía siendo una leyenda.

Cada golpe resonaba en el tatami, y cuando Johnny finalmente derribó a Wolf con un movimiento impecable, el lugar estalló en aplausos. Marie, que había estado conteniendo la respiración durante toda la pelea, gritó con emoción y corrió hacia Johnny, abrazándolo sin dudar.

-¡Eso fue increíble! -exclamó, riendo-. ¡Literalmente lo destruiste!

Johnny, aún recuperando el aliento, sonrió y le dio una palmadita en la espalda.

-Siempre supe que tenía fanáticos -bromeó.

Marie se apartó riendo y luego miró a Robby, que observaba la escena desde su asiento.

-¿Y tú qué? ¿No vas a felicitar a tu viejo?

Robby sonrió de lado y alzó el puño en dirección a su padre.

-Buen trabajo, Johnny.

Johnny asintió con orgullo antes de volver con Carmen y Laura, dejando que los demás celebraran.

(....)

De vuelta en casa, la emoción de la pelea aún estaba en el aire. Robby estaba recostado en su cama, con la pierna aún enyesada, mientras Marie se balanceaba suavemente con la pequeña Laura en brazos. Johnny le había pedido que la cuidara un momento mientras él y Carmen terminaban de organizar algunas cosas, y ella no dudó en hacerlo.

-Es tan tranquila -susurró Marie, observando a la bebé con ternura-. Nada que ver contigo cuando estás molesto.

Robby rodó los ojos, divertido.

-Gracias por la comparación.

Marie sonrió y, sin dejar de mecer a Laura, lo miró con curiosidad.

-¿Te imaginas teniendo una así en unos años?

Robby levantó una ceja, sorprendido por la pregunta.

-¿Teniendo qué? ¿Un yeso?

Marie soltó una carcajada y le dio un leve codazo.

-No, tonto. Un bebé.

Él se quedó en silencio por un momento, observando cómo ella acunaba a Laura con tanta naturalidad.

-No lo sé -admitió-. Supongo que si es contigo, no suena tan mal.

Marie sonrió con satisfacción.

-¿Eso significa que aceptarás que la llame "Roberta" si es niña?

-Definitivamente no.

-¿Y si es niño?

-Menos.

Marie fingió indignación y besó suavemente la frente de Laura.

-Está bien, entonces me quedaré con el derecho exclusivo de elegir nombres.

Robby entrecerró los ojos.

-Voy a arrepentirme de esta conversación, ¿cierto?

Marie sonrió traviesa y se inclinó hacia él, apoyando su frente contra la suya.

-Tal vez. Pero por ahora, solo quédate quieto y bésame.

Y sin discutir por primera vez en todo el día, Robby obedeció.

NOTE:

No podía evitar hacer uno de Robby. Lo amo, amigas.

??????????,  Cobra KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora