Bajamos a comer y un sentimiento extraño se instaló en mi pecho. Jace se sentía atraído por mí, pero tampoco me había dicho que yo le gustaba, aunque de cierta forma, casi que lo prefería.
Debo de reconocer que eso me duró poco, ¿la razón?: me enamoré. ¿Nunca os ha pasado?. Estáis tranquilamente pensando en vuestros problemas y alegrías y de repente alguien se cruza en tu camino y tu cabeza hace: PLOP. Tu pulso se acelera y sientes la necesidad de ir a sacarle conversación.
El camarero. El jodido camarero con los ojos más azules que vi en mi vida... y menudo cuerpo.... ¡Y su sonrisa! Ay, su sonrisa... Y claro, ahora pensaréis: "Bueno Jenny, es tu oportunidad para darle celos a Jace y hacer que confiese lo que siente por ti". Pero no, no pienso hacerlo, no voy a dejarme dominar por un estúpido enamoramiento que... ¡¿Que hace esa acercándose a él?! ¿Y por qué sonríe de esa manera?
Me levanté sin pensarlo, poniéndome tan nerviosa que casi tiro la silla. Jace la cogió al vuelo y me quedé mirándole. Él me miró sorprendido, sin entender qué hacía.
-Esto, voy a... allí - me giré enseguida y me marché, sin hacer caso a las miradas de curiosidad que se clavaron en mí.
La chica se fue y aproveché la oportunidad para pedirle un cacharro. Le saqué conversación mientras me lo preparaba.
-¿Como te llamas? - me sonrió y casi me derrito. Su sonrisa era preciosa.
Mira que te violo como me sigas mirando y sonriendo así.
-Michael - Dios, hasta su nombre era precioso.
-Soy Jenny, encantada - le tendí la mano y él me la apretó. Le habría dado dos besos pero había una estúpida, odiosa y fea barra interponiéndose entre nosotros.
-Y... ¿vienes con todos ellos, verdad? - dijo señalando hacia los demás mientras me servía el cacharro. Yo miré hacia atrás, intentando evitar las miradas fijas de Jace y Lola y volví a mirar al chico.
-Sí, pero no soy de su ambiente, ni rica, ni famosa - sonreí - no soy buen objetivo.
Él rio.
-Bueno, tal vez alguien se interese por ti aunque no tengas dinero - se encogió de hombros - ¿y cómo es que una chica como tú, ni rica, ni famosa, termina en un grupo así?
-Bueno, digamos que de acoplada.
No sigas sonriéndome que me abalanzo sobre ti y te violo detrás de la barra.
-¿Un novio tal vez?
-Um... no exactamente - Su cara cambió y la mía, aunque intenté disimularla, también. Escuché cómo le pedía otro cacharro al chico y me giré brusca hacia él. Jace.
¡¿Cómo te atreves?!
Me habría encantado gritarle eso; pero no, me controlé, sonreí falsamente y me despedí de los dos, yendo a la mesa.
-¿Uno, dos? - me preguntó Lola. Yo asentí, haciendo pucheros y Jace se sentó a mi lado justo en ese momento, mirándome con una ceja levantada. Giré la cabeza, sin quitar del todo mis pucheros.
-¿Qué es uno, dos? - preguntó Vlad curioso. Lola rió y miró a Jace antes de responder.
-Enamoramiento inminente. Un segundo en enamorarte, dos en atacar - y comenzó a reír junto a Vlad. Yo miré de refilón a Jace quien seguía mirándome como queriendo decir: ¿en serio?. Me encogí de hombros.
-No es mi culpa, mis hormonas me traicionan - intenté excusarme. Él miró al chico, que miraba disimuladamente en nuestra dirección. Apoyó la mano en mi respaldo y se acercó a mí, pegando su cara a la mía.

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Algo más que un compa?ero capullo
HumorMe levanté y vi a ese horroroso espécimen - por no llamarlo hombre - a los pies de mi cama, mirándome con esa sonrisa torcida tan odiosa. Un escalofrío me recorrió la espalda. ?Qué pasa ahora? ?l tenía una mano metida en el bolso y con la otra suj...