Me costó mucho levantarme, pero más le costó a Jace. Tuve que llamarle dos veces y aun así, salió de la cama cuando yo ya estaba vestida.
-¿Tanta prisa tienes? - me recriminó levantándose despacio y frotándose la cara.
-Hoy vamos a buscarle - le avisé - me lo dijiste ayer.
- Ya, ya - fue al baño a asearse y salió poco después. Desayunamos rápidamente y podría decirse que le arrastré hacia afuera para que llamase un taxi. Por suerte, cogimos uno enseguida.
-¿Sabes dónde trabaja? - pregunté fijando mi vista en las calles.
-Me encargué de buscar información antes de venir - fue lo único que dijo. Tardamos casi tres cuartos de hora en llegar al gran edificio, y al hacerlo comencé a temblar. Jace apretó mi mano y me dijo que me tranquilizara, pero aun así yo no podía.
-¿Y si no está? - pregunté con un nudo en la garganta. Jace sonrió de lado y sin soltar mi mano, me arrastró hacia adentro. Tenía que ser consciente de mi respiración e intentar controlarla. Jace me soltó y se acercó a un mostrador donde había un hombre y le dijo algo que, obviamente, yo no entendí.
Me hizo un gesto con la cabeza y di unos pasitos para ponerme a su nivel mientras se acercaba al ascensor.Estaba moviendo el cuerpo entero y moviendo las manos. Jace me pasó un brazo por encima de los hombros y se rio.
-Estoy tan nerviosa que podría llorar - reconocí y él no respondió.
No os miento si digo que estuvimos dando vueltas durante unos diez minutos, para que al final un chico joven nos dijese que no estaba en ese momento.
-¿Por qué no le has dado un recado? - pregunté molesta.
-Porque no le llegaría, créeme, si todos nuestros secretarios tuviesen que pasarnos cada recado que les dan, no tendrían días suficientes en su vida - hice una mueca, desesperada.
-¿Y si averiguamos donde vive? - Jace hizo una mueca y se paró en seco, poniéndome frente a él.
-Relájate, ¿quieres?. Estará trabajando, para eso ha venido. Te aseguro que no nos iremos de aquí sin verle, así que quédate tranquila y espera el momento preciso.
Con resignación suspiré y asentí. Lo volveríamos a intentar tres días después, así que mientras tanto haríamos cosas para entretenernos, como viajar por la ciudad y visitar lugares turísticos.
Me lo pasé genial, para qué mentir. Fuimos a museos, a teatros, a estudios de cine, incluso vimos Jurassic Park. Sacamos más de quinientas fotos.
-Ahí, ahí - dije señalando una estatua a tamaño real de una especie de Indiana Jones. En ese momento estábamos en un parque de atracciones en el que había escenarios que se habían usado para grabar algunas películas.
Jace pidió a alguien que pasaba por ahí que nos sacara una foto y nos pusimos cada uno al lado de la estatua, sonrientes.
Cuando terminó ese día, estábamos agotados. Íbamos en el taxi de vuelta al hotel mirando las fotos de la cámara. Yo estaba apoyada sobre Jace y este tenía un brazo sobre mí y cogía la cámara a la vez que pasaba las imágenes.
-Esa - dije sonriente - esa es genial.
Jace asintió y así, mientras llegábamos, fuimos escogiendo las fotos que más nos gustaban. Nos dimos una ducha - por separado - y después de comer algo, nos acostamos.
-Jace - pregunté mientras miraba el techo oscuro.
-¿Sí? - él tampoco estaba durmiendo.
-¿Crees que lo veremos mañana? - tardó un poco en responder afirmativamente y eso mermó un poco mis ánimos - ¿Y si no está?

EST?S LEYENDO
Algo más que un compa?ero capullo
HumorMe levanté y vi a ese horroroso espécimen - por no llamarlo hombre - a los pies de mi cama, mirándome con esa sonrisa torcida tan odiosa. Un escalofrío me recorrió la espalda. ?Qué pasa ahora? ?l tenía una mano metida en el bolso y con la otra suj...