~?Karma... mátame!~ Y el karma me diría: No me culpes de lo que te pasa por imbécil.
Mi madre siempre dice que todo lo que nos ocurre en la vida es por una razón, que es nuestro "destino"
??Si creo en el destino??
-?Y un cuerno ! -Eso es lo que pi...
El viernes 22 terminaré de subir el último capítulo que tendrá esta obra (aiiiiiiiiiii que nerviiiioooosssss)
Quedan 7 capitulitos a partir de éste flores! y van a pasar muchas cosas!
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Me separé lentamente de él para mirarle a los ojos, el silencio pareció eterno y cuando le observé a pesar de estar ambos completamente pringados con aquella crema de cacao, la seriedad en su mirada me incitó a creer que no me lo había imaginado, que había sido real, tanto que casi quise llorar de la emoción.
—¿Aquí? —exclamé—, ¿Contigo? —me atreví a añadir porque necesitaba asegurarme.
—Si —afirmó a secas—. A menos que...
—Quiero quedarme —contesté de pronto y vi como dibujaba una sonrisa en sus labios apretándome entonces con más fuerza para atraerme a su cuerpo.
—No sabes cuánto me alegra escuchar eso —dijo consiguiendo que unas pequeñas lágrimas de emoción saltaran de mis ojos y agradecí que estaba rezagada en su pecho.
Era tan feliz, iba a quedarme... me daba igual el cómo, el cuándo o el donde... Bohdan quería que me quedase y para mi eso era suficiente.
—Me gusta estar aquí... contigo —admití sin levantar la vista.
—Y a mi encontrarte en mi cama esperándome cada vez que vuelvo como esta noche —gimió sonriente y alcé la vista para verle—. Creo que me aseguraré de tener siempre un bote de esos bajo la cama —añadió divertido.
—En realidad hay nueve más como esos bajo la cama —contesté riéndome.
—¿Nueve? —exclamó—. Eso implica mucho más placer del que pensaba... —contestó alzándome en brazos y dirigiéndose hacia el baño para meternos a ambos en la ducha donde aseguraba que tardaríamos bastante en deshacernos de toda aquella pringue que teníamos encima.
«Que desperdicio... pero había merecido la pena» pensé mientras el agua y las esponjas se aseguraban de quitar todo el chocolate llevábamos pegado a la piel.
En cuanto nos deshicimos de la sábana bajera y la tiramos directamente a la basura del baño porque era mejor que ni el servicio de limpieza la viera o haría suposiciones de lo más raras... coloqué una nueva y volví a poner la ropa de cama que nos cubriera.
Podría acostumbrarme a eso, podría imaginarme pasando el resto de mi vida allí, en esa habitación incluso si con ello implicaba tenerle a mi lado como ahora, rodeándome la cintura y sintiendo su aliento en mi nuca. Desde luego que no solo podría acostumbrarme, sino que además era lo que más deseaba en aquel momento y aún no podía creerme que fuera a tenerlo.