La visita de Jen duró toda la semana y aunque fue escaso el tiempo, me ayudó a sobrellevar el aburrimiento que tenía hasta en el trabajo. Khaled Inc tenía una de las principales sedes en Miami y había viajado para allá la mitad de la producción, ya que artistas latinos trabajan con ellos y tenían que producir, Ihan debía grabar canciones y trabajar un poco con la prensa, lo que me permitió saber de él casi todo el tiempo porque recibí todas las entrevistas y conferencias que hizo, además de la edición de una revista que lo tuvo como nota de tapa.
No hablamos durante toda la semana y aunque debía ser un alivio para mí, me preocupaba que nuestra relación se echara perder, era buena para el trabajo y a pesar de haber aprendido mucho de él, tenerlo como resguardo por cualquier cosa era importante. Solamente sabía que volvían el viernes, del horario no tenía ni idea, sin embargo mi descanso mental se terminó cuando vi a través del vidrio de mi oficina a Kendal acercarse saludando energéticamente, para entrar a sentarse frente a mí.
—Cuánto te he extrañado Juli, estoy ansioso por salir contigo, ¿cuándo será?
—Hola Kendal, la verdad es que con una vez basta ¿no?—dije intentando sonar amigable. Antes que respondiera, Ihan entró a la oficina y mi alma cayó al suelo, no hubo tiempo para arreglar lo que había pasado antes que se fuera, pero tampoco era necesario y por más que verlo me causara miles de sensaciones, las cosas tenían que seguir como estaban para no perjudicar nuestra relación laboral.
—Hablamos después de eso, los dejo así hacen el vídeo que está retrasado. —me dijo Kendal levantándose, chocó los puños con su amigo y se fue dejándonos solos. Ihan se sentó tranquilamente enfrente de mí y apoyó sus manos en el escritorio.
—Hola Juli.
—Ahora soy Juli. —mascullé mirando la computadora para mantener una actitud indiferente, demostrarle mi ansiedad por volver a verlo no era precisamente correcto. —Hola Ihan.
—Ya no estoy enojado con vos, podés despreocuparte.
—No estoy preocupada.
— ¿Me extrañaste?
—Enseguida voy.
— ¿Qué te pasa?
—Nada.
— ¿Seguís enojada? —preguntó levantando una ceja, yo lo miré incrédula. —Pará ¿por qué se supone que te enojaste vos?
—Ahora voy a tu oficina, termino esto y hacemos nuestro trabajo.
—Primero decime qué te pasa y por qué te enojaste.
—No estoy enojada, dije que ahora voy a ir a...
—La verdad que no entiendo, debería ser yo el ofendido pero lo dejo pasar porque...
— ¿Vos? —me reí sarcástica. —Sos un cara dura, me invitas a una fiesta, te digo que no, me remplazas de inmediato, te enojas sin razón, arruinas mi almuerzo y encima pretendes seguir jugando a conquistarme, Ihan yo no soy tu fan, no me convences con tus sonrisas eh.
Me miró con los ojos entrecerrados, había una cierta pizca de enojo en sus ojos y podía notarlo, pero no me importaba tanto, las cartas ya estaban sobre la mesa, sólo quería que él elijara, sin embargo su opción fue levantarse y negar levemente con la cabeza.
—Evidentemente seguís sin entender nada, pero ese es tu problema ya, si estás mala onda, andá a que te consuele Kendal. —dijo sin sentido, levanté una ceja y amagó a caminar hacia la puerta, pero retrocedió.—pero primero, yo no te remplacé porque ella es mi amiga e iba a ir por más que vos hubieses ido, segundo vos lo haces más a propósito que yo, porque tu almuerzo fue con mi amigo y fue patética tu acción, tercero yo no estoy jugando nada, me gustas y hago lo que me dicte hacer, y por ultimo Julieta, no te quiero convencer de nada, definitivamente uno no puede tener un buen día en este lugar.
— ¡¿Qué haces acá?! —gritó Renato del otro lado de la puerta sobresaltándome, la abrió e Ihan se tapó la cara con las manos frustrado. — ¡Te vas ya Ihan, bajas, sonreís y socializas!, ¿me escuchas?
— ¡Quiero dormir Renato, estoy cansado y no quiero fingir!, ¿podés entender eso?—bufó, Renato lo agarró bruscamente del brazo desprevenido y lo empujó fuera de mi oficina, yo me quedé anonada. — ¡Soltame!
—Mirá Pendejo, bajás antes que te baje de un tirón, hacés lo que te digo o hacés lo que te digo. —le dijo entre dientes apretando la mandíbula en control de la ira, Ihan se soltó bruscamente.
—No me toques. —dijo asqueado y se fue por el pasillo. Me indigné por la situación que había visto con tanta agresividad, pero tuve que enderezarme cuando Renato terminó de entrar a mi oficina.
—Antes de las siete quiero el vídeo, y mañana venís a trabajar, hay mucho que hacer para la gira. —mandó dejándome una libreta en la mesa que agarré rápidamente antes que se fuera. — Y decile al estúpido de Kendal que no te invite nunca más a salir, ¿me escuchaste?
—Sí, eh...
—No me interesa, no quiero conflictos acá Julieta.

EST?S LEYENDO
No soy tu fan!
Teen FictionPROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACI?N. HISTORIA REGISTRADA. No porque él sea una reconocida figura mundial del espectáculo, tenga dinero, fama y una deslumbrante sonrisa en la cara, las personas deberían alabarlo, después de todo era una persona normal...