Primer amor ❦ Kookmin

By AriaRun729

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Jimin y Jungkook se convierten en los mejores amigos de preparatoria, pronto irán descubriendo los sentimient... More

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La graduación
CAPÍTULO FINAL

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By AriaRun729

Jimin se encontraba frente al espejo de cuerpo entero en su habitación, acababa de terminar de vestirse y ya estaba listo para partir hacia la preparatoria.

Esta vez apenas se había puesto unos jeans cualquiera, una camiseta cualquiera y una bomber de color verde militar para cortar el frío; este era evidentemente uno de los muchos días en los que no saldría el sol, incluso parecía que iba a llover.

Tomó su mochila y salió de su habitación para bajar las escaleras.

  - ¿Estás listo? – preguntó la señora Park desde la cocina.

  - Sí, vamos – respondió Jimin tratando de verse animado como todos los días.

La señora Park le dio un último sorbo a su café y salió de la cocina, tomó su bolso del sofá de la sala y caminó hacia su hijo con una sonrisa. Ambos llegaron a la entrada y luego de cambiarse de zapatos tomaron sus llaves de un perchero que se ubicaba al lado de la puerta, abrieron la puerta principal y salieron de la casa.

Jimin fue a abrir el portón de rejas y la señora Park encendió su auto conduciéndolo y estacionando frente a su casa, el rubio volvió a cerrar las rejas con llave y luego ingresó en el asiento del copiloto.

Durante el camino hacia la preparatoria el rubio apenas respondió a las preguntas triviales de su mamá, estaba nervioso, una pesadilla estaba sucediendo en su cabeza y esto no lo dejaba ser él mismo, el mismo chico alegre y enérgico que siempre era con su mamá y los demás.

Respiró profundo y trató de pensar positivo, aún podía no decirle nada a su mamá si es que el tipo del video desistía de su "broma"; sí, en ese caso todo estaría bien y hoy solo tendría un ameno almuerzo en casa con su mamá, hace mucho que no hacían eso, solo comían juntos en la cafetería los fines de semana, cuando él tenía sus turnos como cajero en el negocio.

  - Llegamos Minnie – estacionó el auto frente a la entrada de la preparatoria.

  - S-si – respondió saliendo de sus pensamientos – si podrás llegar a casa para el almuerzo ¿verdad mamá?

  - Claro que sí mi bebé, solo estoy yendo a la cafetería para terminar de preparar el tiramisú de café y el cheesecake de maracuyá, son los postres que faltan para que puedan servirlos.

  - Ok – respondió inseguro pero intentando sonreír.

  - ¿Quieres que pase por ti a recogerte?

  - No, Jungkook me llevará.

  - De acuerdo, entonces volveré temprano a casa y te esperaré con el almuerzo listo – comentó con ánimo.

Jimin le sonrió y asintió, abrió la puerta del auto y salió para detenerse en la acera y volver a cerrar la puerta, se giró hacia el gran portón de la preparatoria y suspiró mientras escuchaba el auto de su mamá encenderse y ponerse en marcha.

Comenzó a moverse y cruzó la entrada a paso lento, justo cuando estaba ingresando otro chico de un año menor al suyo lo rebasó, sintió un escalofrío cuando por un segundo giró su rostro hacia él y durante el fugaz contacto visual pudo ver una expresión de burla en su mirada.

¿Podría ser este chico quien los había visto y grabado?

Negó con la cabeza en respuesta a sus pensamientos y sin detener su paso, debía mantenerse tranquilo y evitar cualquier momento psicótico.

Cuando levantó la mirada ya se encontraba a mitad del patio de la entrada y pudo ver a todos sus amigos de pie y reunidos al inicio del pasillo principal.

Hoseok, Jennie, Yoongi, Namjoon y Jin se encontraban formando un semicírculo que cubría gran parte de un Jungkook cabizbajo y recostado en la pared del pasillo; la imagen provocó un escalofrío en su cuerpo que anticipaba malas noticias.

  - ¡Jimin! – llamó Jennie al ver al rubio a unos metros de ellos, se despegó rápidamente del grupo y caminó hacia su amigo para rodearlo con un brazo y llevarlo hasta el grupo de amigos.

Jimin se dejó arrastrar a la vez que mantenía contacto visual con el pelinegro, podía ver la derrota en su mirada. El rubio se detuve frente a Jungkook siendo rodeado también por sus amigos.

  - ¿Qué sucedió? – preguntó directamente hacia su novio.

  - Jimin – tragó saliva frunciendo sus cejas con pena – todos vieron el video.

El rubio abrió los ojos como si un golpe inesperado hubiera impactado en su estómago, casi podía predecir esas palabras aunque deseó hasta el último segundo estar equivocado, acababa de escucharlo y aún deseaba que fuese un mal sueño, no tenía nada que decir por lo que decidió bajar la mirada y permanecer en silencio.

  - ¿Estás bien? – preguntó Namjoon poniendo una mano sobre el hombro del rubio para dar dos apretones suaves antes de soltarlo.

Jimin asintió apenas antes de comenzar a hablar.

  - ¿Cómo pasó? – susurró con voz débil.

  - Mi primo de primer año me lo envió cuando estaba desayunando, sabe que eres mi amigo así que decidió advertirme, me dijo que su mejor amigo también lo había recibido – respondió Jin con un tono de inusual seriedad.

  - ¿Qué harás Jimin? – preguntó Hoseok con evidente preocupación.

  - Jimin y yo ya lo hablamos – se adelantó Jungkook – Jimin se lo dirá a su mamá hoy antes de que se entere por alguien más y no le dé la oportunidad de explicarle cómo son las cosas... – se detuvo al ver el rostro del más pequeño, cabizbajo, rojo y con los ojos brillantes – no llores Jiminnie – dijo cariñosamente al entender que su novio estaba aguantando las lágrimas y posó sus dos manos sobre sus delicados hombros – ya te lo dije, todo estará bien, no te preocupes...

  - Vas a estar bien Jimin, nosotros no los dejaremos solos aquí y creo que si le explicas sobre tus sentimientos a tu mamá ella entenderá, aunque tome tiempo, todo estará bien – consoló Namjoon

El rubio asintió levantando la mirada y encontró algo de consuelo en el apoyo de su amor y de sus amigos.

  - Deberíamos ir a clase – recordó Yoongi sutilmente hacia el grupo.

Jungkook rodeó los hombros de Jimin con un brazo para comenzar a caminar hacia su primera clase del día, Jennie caminaba al lado de Jungkook y Hoseok al lado de Jimin, mientras que los tres chicos restantes iban detrás de la pareja a modo de respaldo.

Es así como llegaron al aula de clases, cruzándose apenas con algunos compañeros que iban con prisa a sus respectivas clases, cuando cruzaron el umbral del aula todas las miradas se posaron en ellos; cómo cada cosa en la vida, todos tenían un pensamiento diferente en sus mentes.

El grupo se dividió y se dirigió sin prisa hacia sus respectivos pupitres, ignorando los murmullos que ya se comenzaban a percibir; un minuto después el profesor ingresaba al aula saludando a toda a la clase y dejando su maletín sobre el escritorio.

Sus acciones eran comunes hasta que comenzó a llamar por la lista de asistencia, demoró un segundo más de lo normal cuando tuvo que mencionar el nombre de "Jeon Jungkook", el titubeo dio lugar a algunas risitas burlonas por parte de pocos compañeros, y fue el mismo profesor quién ordenó silencio para continuar llamando a todos sus estudiantes.

"Idiotas" murmuró Jungkook para sí mismo, un pensamiento que era compartido por Jimin, sus amigos e incluso algunos compañeros que no eran amigos suyos.

Cuando se trasladaron a su siguiente clase tuvieron que verse con muchos más compañeros de la preparatoria, algunos los miraban y cuchicheaban entre ellos con sonrisas burlonas o sin ellas, otros los saludaban nerviosos, otros tenían una actitud más amable de la habitual, y otros parecían haber decidido ignorar completamente el tema y hacer de este un día cualquiera.

Sin embargo, tres de todos aquellos encuentros tuvieron mayor relevancia para la pareja, la mirada y sutil sonrisa de comprensión que recibieron por parte de Lisa y también del profesor Kim, y la expresión de desaprobación que les dedicó Rosé cuando pasaron frente a ella en uno de los pasillos.

Tenían claro que tanto el profesor favorito de ambos como la ex de Jimin habían visto también el video, muchos lo habían recibido, quizás todos excepto ellos y sus amigos; estaban afectados, no podían evitar sentirse de esa forma, aunque sabían que no habían hecho nada para sentirse así.

Cuando el medio día llegó y las clases terminaron, todo el grupo se dirigió a la salida, donde se despidieron de la pareja, no sin antes darles algunos comentarios más de apoyo; Jungkook y Jimin se subieron al auto y Jackson los trasladó hasta la casa del rubio.

  - Si tú quieres, yo puedo entrar contigo y hablar también con la señora Park – se ofreció el pelinegro apretando más su mano sobre la más pequeña de su novio.

  - No Jungkookie, no te preocupes, esto iba a pasar en cualquier momento y es algo que debo hacer – respondió antes de suspirar profundamente.

  - Está bien, pero estaré atento a mi móvil todo el tiempo, háblame si necesitas cualquier cosa y por favor llámame cuando se lo hayas dicho, necesitaré saber cómo estás.

El rubio observó con cariño el rostro de su chico, se veía tan preocupado, él se sentía peor pero no quería demostrarlo, no quería preocuparlo más. Se acercó al rostro del pelinegro y dejó un beso en su mejilla.

  - Claro que te contaré cómo me fue Jungkookie – hizo una pausa – almorzaré con ella y luego se lo diré.

  - De acuerdo – se acercó para dejar un superficial y corto beso en sus labios – suerte.

Jimin sonrió levemente y asintió antes de salir del auto.

Como cualquier día, Jungkook observó a Jimin abrir y cruzar las rejas de su casa, cerrarlas con llave y luego caminar hacia la puerta principal para desaparecer de su vista de la misma manera. Rogó que todo saliera bien para su novio y dio el permiso a Jackson para llevarlos a casa.

Jimin cerró la puerta detrás de él y enganchó sus llaves en el perchero de la entrada, pudo percibir el olor a comida casera inundando ligeramente la casa.

  - ¡Cariño! ¿cómo te fue hoy? – preguntó la señora Park asomándose desde la cocina.

  - Todo bien – respondió el rubio dejando sus zapatos en la entrada y caminando hacia la sala de estar para dejar su mochila sobre uno de los sofás.

  - Me alegra Minnie, el almuerzo ya está listo, debes tener mucha hambre – dijo mientras salía de la cocina con dos platos hondos llenos de arroz en las manos y dejándolos luego sobre la mesa del comedor.

El rubio caminó detrás de su mamá hacia la cocina y tomó la fuente de verduras para llevarla al comedor, mientras su mamá llevaba otros dos platos que contenían panceta de cerdo.

  - Puedes tomar asiento cariño, solo traeré la bebida – dijo la señora Park y se dio media vuelta para ir a la cocina, regresó segundos después con una jarra de cristal llena de jugo de lima sostenida en una mano y dos vasos limpios en la otra mano – hay tarta de fresa en la nevera así que podemos comer postre si te queda espacio en esa pancita – comentó divertida mientras dejaba la jarra y los vasos sobre la mesa.

Jimin sonrió ante el comentario y desprendió sus palillos cuando su mamá se acomodó en su silla de la cabecera de la mesa.

Durante el almuerzo la señora Park comentó muy animada sobre su corto día en la cafetería e hizo diversas preguntas triviales sobre las clases de Jimin, quien trató de dar respuestas simples ya que no se encontraba del todo concentrado en la conversación, solo podía pensar en qué era lo que debía decir, aún no tenía idea ni de cómo iba a empezar.

Luego del almuerzo la señora Park sirvió dos porciones pequeñas de tarta de fresa en dos pequeños platos cuadrados de loza blanca, luego los llevó al comedor para que ella y el rubio puedan continuar con su charla.

Cuando terminaron con el postre permanecieron conversando durante varios minutos más, hasta que la señora Park fue a lavar las cosas sucias de comida y Jimin fue a lavar sus dientes luego de que su ayuda para limpiar la cocina haya sido rechazada.

Cuando terminó de lavar sus dientes salió del baño y se quedó de pie en el espacio libre de su habitación, su mente le decía que solo bajara y mostrara sus sentimientos, que quizás su mamá entendería si lograba ver su amor por Jungkook, su felicidad con el pelinegro; pero Jimin temía, estaba asustado por la incertidumbre, realmente no tenía idea de lo que pasaría cuando se confesara.

  - Mamá necesito hablar contigo – susurró para sí mismo en medio de la soledad de su habitación – yo siempre quise decirte esto... – negó con la cabeza – hay algo que debes saber, yo siempre... - volvió a negar con la cabeza – me enamoré de...

"Dios esto no va a funcionar" – pensó y se quedó aún de pie por largos minutos, observando la calle a través de la ventana, el día seguía tan nublado y gris que acompañaba bien lo que sentía ahora mismo por dentro.

Temeroso salió de su habitación y bajó las escaleras para ir a la sala de estar, al parecer su mamá había terminado de limpiar y estaba en su habitación, seguramente aseándose.

Se sentó en el sofá al lado de su mochila y sacó su celular, tenía ganas de llamar a Jungkook, quería escuchar su voz y saber de él, sin embargo, solo se quedó mirando la pantalla negra del táctil, observando el reflejo de su rostro decaído.

  - Y bien Minnie, ¿qué quieres que hagamos ahora? – dijo la señora Park entrando a la sala y logrando que el rubio se sobresaltara – podemos ver una película si no tienes deberes pendientes.

  - Mamá – llamó soltando su celular a un lado y poniéndose de pie – me gustaría hablar contigo de algo importante – soltó tembloroso.

  - Oh, claro cariño – cambió a un semblante serio y se aproximó hacia el sofá de al lado para sentarse en él – para ser honesta te he notado algo extraño desde ayer, pero quise esperar a que dijeras algo ¿ha pasado algo malo? – le hizo una señal para que sentara también.

  - N-no – susurró volviendo a sentarse – no es nada malo, es algo mío – dijo moviendo sus manitos suavemente hacia su pecho.

  - Y ¿qué es entonces? – preguntó con mayor curiosidad.

  - Y-yo... no quiero que te enojes conmigo – dijo comenzando a sentir su rostro calentarse y sus ojos picar.

  - ¿Por qué me enojaría contigo? – cuestionó ladeando la cabeza con confusión – si tú eres perfecto, eres un gran hijo Minnie, ¿puedes decirme lo que sucede?, no estoy molesta pero si preocupada.

  - Es que y-yo... - se detuvo un momento para tragar inútilmente el nudo que se había formado en su garganta – yo nunca he podido decirte algo importante sobre mí – dijo y no pudo evitar que un par lágrimas rodaran por sus mejillas.

  - Jimin me estas asustando ¿Qué pasa hijo? – insistió la señora Park con el ceño fruncido y aproximando su rostro hacia su hijo.

  - Me gustan los chicos – comenzó a sollozar – mamá, soy gay – las lágrimas nublaban sus ojos entrecerrados, pero aun así pudo ver que toda expresión abandonó el rostro de la señora Park.

La mujer su puso de pie bruscamente y miró hacia el frente para abandonar la imagen de su hijo.

  - ¿Qué estás diciendo Jimin? – reprendió en voz alta - ¿por qué estás haciendo esto?

  - No me hables así por favor – respondió sin parar de llorar - es lo que soy.

  - Ya basta Jimin, no digas más – se giró dándole la espalda y alejándose con un paso – no vuelvas a decir esas cosas o alguien podría escucharlo.

  - No es nada malo mamá – se puso de pie para acercarse a la espalda de la mujer mientras sorbía su nariz, aún sin controlar sus lágrimas – solo es amor y...

  - Cállate Jimin, detén esto ahora – gritó agitada y girándose para ver con dureza a su hijo.

  - Mamá tienes que saber – sollozó – yo amo a alguien... - enmudeció cuando el impacto de una fuerte bofetada impacto en su mejilla derecha, logrando que cerrara sus ojos y su rostro se girara hacia un lado por la fuerza.

Lo gritos en la casa se apagaron y todo lo que quedó fue el sonido de sus respiraciones pesadas en el aire.

El rubio abrió los ojos y con miedo y movimientos lentos volvió su mirada hacia el frente, la señora Park sostenía su mano agresora con la otra mano, tenía los ojos muy abiertos por la sorpresa que le causó su propia acción, una lágrima humedeció una de sus mejillas.

Ninguno de los dos podía leer lo que pasaba por la mente del otro, tan solo podían ver el dolor en los ojos del contrario; un repentino sonido agudo y fugaz descongeló sus cuerpos.

Jimin se giró despacio hacia su celular que descansaba aún en el sofá, como si una especie de salvación lo esperara en el pequeño aparato, sabía que era Jungkook; extendió su brazo para tomarlo y solo entonces notó que estaba temblando.

  - Mamá ¿qué haces? – chilló cuando la señora Park lo rebasó y tomó el celular primero.

  - ¡Es por tu bien!

Sin revisar el mensaje, la mujer tomó como pudo la mochila del sofá y la desabrochó para sacar la ligera laptop del rubio, se llevó la portátil bajo el brazo y el celular en la mano, caminó raudamente hacia la puerta de la entrada ignorando el llanto y el llamado de su hijo, antes de abrir la puerta tomó ambos llaveros y salió cerrando la puerta detrás de ella.

  - ¡Mamá! – sollozó el rubio contra la puerta cerrada y cayó de rodillas en el piso mientras escuchaba el sonido de la cerradura ser cerrada con llave, dio un par de golpes sin dejar de llorar y un momento después escuchó el sonido de las rejas abrirse y luego el carro de su madre fue encendido.

Un minuto después supo que se había quedado solo en casa y encerrado, con la sensación del golpe aun palpitando en su mejilla.

•˖

Jungkook caminaba de un lado a otro en su habitación, acababa de enviarle un mensaje a su novio para saber qué sucedió ya que este se estaba tardando en comunicarse con él.

No obtuvo ninguna respuesta dentro de los diez minutos posteriores al envío del mensaje, tampoco luego de media hora, por lo que decidió enviar otro mensaje, el cual se quedó también sin respuesta.

Pasó una hora y luego dos horas, cuando transcurrió la tercera hora no aguantó más y agarró su billetera para salir disparado de su habitación, tenía un mal presentimiento y necesitaba confirmar que estaba equivocado, bajó las escaleras con la misma velocidad y luego de cambiarse de zapatos salió de la casa, sin acordarse de Jackson, hizo detenerse al primer taxi que se le cruzó y pudo llegar en él a la casa de Jimin.

El taxi se detuvo en la acera de enfrente y el pelinegro bajó de él luego de pagar la carrera, antes de cruzar hacia la casa del rubio levantó la mirada y su corazón se arrugó cuando pudo ver a Jimin a través de la ventana de su habitación.

Debía estar sentado en su cama ya que Jungkook solo podía ver desde su pecho hasta el techo de la habitación, supo por lo que veía, que Jimin tenía una postura cabizbaja y que estaba llorando, podía verlo hipar y llevar sus manitos hacia sus ojos para limpiarse las lágrimas.

El pelinegro cruzó la calle sin esperar más y tocó el timbre de la casa tres veces seguidas, sin dejar de ver hacia la ventana de Jimin aunque ahora ya no podía ver la imagen de su novio.

Observó entonces la figura del rubio asomarse por la ventana de la habitación, cauteloso y aun secando sus ojos, pareció sorprenderse al verlo de pie en la acera y con sus manos aferradas a las rejas de la casa, la sorpresa solo duró unos segundos antes de que bajara la mirada y comenzara a llorar de nuevo.

El pelinegro volvió a tocar el timbre furiosamente mientras alternaba su mirada de la ventana del rubio a la puerta de la casa, esperaba que la señora Park abriera la puerta y no le importaría enfrentarla, solo quería estar con Jimin, necesitaba abrazarlo, consolarlo, necesitaba que su pequeño novio dejara de llorar.

Entonces notó que Jimin lo estaba mirando y negando con la cabeza.

No sabía lo que estaba pasando pero entendió que nadie abriría la puerta de la casa, y que por alguna razón Jimin no podía hacerlo.

  - ¡Jimin! – gritó el pelinegro para volver a llamar su atención, sin importarle que alguien llegue a reprenderlo por alterar el orden público.

El rubio claramente estaba tratando de calmarse, así que Jungkook sacó su celular y lo levantó para hacerlo visible, señalándolo como indicación para que revisara su celular, fue entonces que Jimin volvió a romper en llanto y se retiró de la ventana.

El pelinegro agitó con fuerza las rejas sintiéndose impotente, no sabía qué hacer, lo único que sabía era que si aquella reja no estuviese hecha de solo barras verticales ya la estaría escalando.

Volvió a cruzar la calle siendo alcanzado en el camino por las primeras gotas de lluvia que se desprendían de las nubes.

Una vez más tenía la imagen de Jimin cabizbajo y llorando sobre su cama.

El pelinegro mordía su labio inferior con frustración y miraba de un lado a otro sin encontrar nada que pueda ayudarlo, pronto cedió ante la presión en su pecho y la desesperación, comenzando a llorar también bajo la lluvia y en medio de la calle.

Se limpiaba el rostro y devolvía su mirada hacia el rubio, que parecía igual de triste aunque más calmado con el pasar de los minutos.

Las luces de los focos de la ciudad se encendieron y Jungkook supo que eran las seis de la tarde, se sentó en el borde de la vereda y permaneció ahí, mirando la imagen del rubio dentro de su habitación, sentado solo podía ver desde sus labios hacia arriba pero estaba bien, tan solo no quería alejarse, necesitaba estar cerca de Jimin y esto era lo más cerca que podía estar.

Las gotas de lluvia eran tan pequeñas que luego de media hora el pelinegro apenas pudo sentir la humedad en su ropa.

Luego de todo aquel rato, donde todo lo que tenía con su hermoso novio eran largos momentos de contacto visual, observó como este se ponía de pie y se volvía a acercar a la ventana, jungkook se puso de pie también, esperanzado y expectante, pero todo lo que vio fue a Jimin haciéndole una seña de negación con su mano, sabía lo que quería decir, quería que fuera a casa, pero él no lo haría, no pensaba abandonarlo así.

Jungkook pensaba esperar hasta que la señora Park abriera la puerta o regresara a casa si es que no se encontraba ahí, él no pensaba irse hasta saber que Jimin estuviese bien, así que volvió a sentarse sin dejar de mirar al rubio, este último se mordió el labio inferior mostrándose preocupado, estaba claro que no quería ver al pelinegro sentado debajo de la lluvia.

La figura del rubio volvió a retirarse de la ventana para regresar a posicionarse sobre su cama, Jungkook abrazó sus rodillas para menguar el frío que sentía y permaneció observando lo poco que podía ver de su novio.

La lluvia cesó poco después a la vez que el cielo comenzó a oscurecerse hasta volverse completamente negro, había pasado una hora en la que Jimin no había vuelto a asomarse a la ventana, es más, ahora mismo había decidido quitar su imagen por completo para que Jungkook se fuera a casa de una vez.

El no poder ver al rubio definitivamente desestabilizó al pelinegro, aun así, decidió continuar esperando.

Escasas personas y autos transitaban por aquella calle, por lo que Jungkook ahora solo se sentía acompañado por el silencio.

No pasó mucho hasta que vio el auto que conducía Jackson doblar por la esquina y acercarse a él con velocidad, Jackson bajó del vehículo raudo y determinado, además de agitado.

  - Joven Jeon – saludó tratando de regular su respiración – lo he estado buscando por todos lados, ¿por qué no me avisó que saldría de casa?

  - Lo siento, necesitaba hacer algo importante y me olvidé de ti.

  - ¿Y qué hace aquí?, en media calle, esta zona no es muy segura para estar usted solo.

  - Puedo cuidarme solo, y estoy esperando para ver a mi novio – respondió tranquilamente.

Jackson giró su rostro para ver la casa que solo tenía una luz encendida y luego se volvió hacia el pelinegro.

  - Puede esperar dentro del auto, por favor.

Jungkook observó el rostro del contrario analizando la propuesta y luego de un momento decidió aceptar, se subió en la parte trasera del auto y se acomodó al lado de la ventanilla para tener una vista completa de la ventana del rubio.

Jackson se subió también en el asiento del conductor y se mantuvo en silencio durante unos minutos hasta que decidió preguntar.

  - Si no es muy atrevido de mi parte, ¿Puedo saber por qué su novio no baja a saludarlo?

  - No puede – respondió sin desviar su mirada de la ventana

  - ¿por qué no puede?

  - No lo sé, pero no puede hacerlo.

  - ¿Entonces qué es lo que usted está esperando?

  - Espero a que su mamá abra la puerta, o regrese a casa, creo que no está aquí.

  - Ya veo ¿y cuánto tiempo cree que tarde eso?

  - Si quieres irte puedes hacerlo, yo me quedaré aquí hasta poder ver a Jimin.

  - Discúlpeme, no quise decir eso, me quedaré con usted todo el tiempo que desee.

Jungkook suspiró pesadamente, estaba cansado, todo lo que estaba sucediendo parecía una pesadilla, necesitaba sentir de cerca a su pequeño rubio para sentirse bien.

Pasó mucho rato hasta que el pelinegro volvió a ver a Jimin asomarse por la ventana, la expresión en el rostro del rubio le dio a entender que realmente no esperaba verlo aún afuera de su casa, sin embargo, un leve consuelo pasó por su interior cuando vio a Jimin esbozar una sonrisa y luego despedirse con su mano antes de volver a retirarse de la ventana, un minuto después la luz se apagó y la casa quedó en completa oscuridad.

Asumió que Jimin iría a dormir ya, ver por lo menos una pequeña sonrisa en su rostro fue reconfortante para él, aunque muchas preguntas aparecieran en su cabeza, se preguntó si Jimin de verdad estaría mejor o solo sonrió para que él se tranquilizara, se preguntó también si el rubio habrá comido algo antes de ir a dormir.

Jungkook bajó la cabeza dándose por vencido y pronto dio a Jackson el permiso de ir a casa. La imagen del rubio llorando no podía esfumarse de la cabeza del pelinegro.

No tenía idea de lo que había pasado, pero podía entender que no era bueno, sabía que Jimin estaba solo en casa y que no podía salir de ella, también sabía que no tenía su celular a la mano, seguramente se lo habían quitado, por lo que tendría que esperar hasta que su mamá regrese a casa y le devuelva el celular para saber de él.

Eran las once de la noche y Jimin aún no respondía ninguno de sus mensajes, el pelinegro se encontraba acostado en su cama y con las luces de su habitación encendida.

Se negaba a dormir hasta poder hablar con su chico bonito.

Agitando su celular en sus manos y con la desesperación volviendo a crecer en su pecho, decidió llamar al celular del rubio en un intento de saber de él.

Timbró una vez, dos veces, tres veces y luego una última vez hasta que se dio por vencido.

Mientras esperaba se fue quedando dormido, dejando esta realidad para sumirse en un sueño intranquilo donde todo lo que veía era a un inalcanzable Jimin con ojos llorosos.

Se despertó de un sobresalto y parpadeó para aclarar su vista, atrajo el celular que había quedado a un lado de él y encendió la pantalla, era casi la una de la mañana, decidió volver a llamar al número del rubio, necesitaba escuchar su voz para poder estar tranquilo, pero una vez más, nadie contestó.

Cuando menos se dio cuenta, volvió a quedarse dormido en unos cuantos minutos y la escena de un mal sueño lo despertó otra vez, eran pasadas las dos de la mañana, pero aun así intentó llamar a Jimin obteniendo la misma respuesta que las veces anteriores.

•˖

Escasos vehículos comenzaban a transitar por aquella avenida del centro de Seúl, eran casi las seis de la mañana y las luces del alumbrado público se mantenían aun encendidas y atravesando la pared de cristal de la cafetería.

La señora Park llevaba toda la noche recostada en uno de los sofás de cuero de las mesas de la cafetería, tenía la intención de dormir en aquel lugar, aunque no pudo cerrar los ojos en ningún momento de la noche, tan solo para pestañear.

Los pensamientos inundaban su mente y un frío en su interior le confirmaba que todo había cambiado de un segundo a otro, que otra tragedia había ocurrido en su familia; primero su hija, luego el amor de su vida y ahora... su pequeño Jimin.

¿Por qué tuvo que pasarles esto ahora? Ahora que estaban solos y apenas sobrellevando el dolor de las pérdidas en sus vidas.

Y ¿Qué significaba lo que Jimin le había dicho? Ella definitivamente había conocido de lejos a algunas familias que se enfrentaban a aquella misma tragedia, ¿acaso su pequeño estaba condenado a esa vida también?

"NO"

Ya no se trataba de que Jimin nunca tendría hijos y que su familia terminaría en él, se trataba del propio Jimin, ella no permitiría que su hijo viva siendo la burla de la sociedad, no podía aceptar que las personas lo llamaran un enfermo o degenerado, porque si esto era una enfermedad seguro que Jimin se podría curar.

Ella nunca dejaría a su suerte a su pequeño Minnie, no se sentaría a esperar a que un día la llamen para comunicarle que su hijo fue víctima de una agresión... nada de eso podía pasarle a Jimin.

"Cariño dime qué debo hacer" rogó a su compañero eterno, a quién aún podía sentir en su corazón, cerró los ojos con fuerza y tuvo que volver a abrirlos al recordar la imagen de Jimin recibiendo la bofetada que ella misma le propinó; otra de las muchas lágrimas que había soltado desde el día de ayer se desprendió por la comisura de sus ojos, definitivamente el padre de Jimin nunca lo habría lastimado, ella tampoco quiso hacerlo y ahora mismo era su mayor arrepentimiento.

El sonido del celular del rubio volvió a romper con el silencio del lugar y con sus pensamientos, la pantalla se volvió a iluminar por décima vez en toda la noche y la señora Park no se molestaría en ir a ver de quién se trataba.

Dejó de revisar después de la sexta vez... entendió que aquel chico podría ser la causa de la perdición de su hijo.

La señora Park se reincorporó con las pocas fuerzas que tuvo cuando el reloj marcó las siete y cincuenta de la mañana, sabía que pronto llegaría su ayudante de cocina y la cajera de turno, por lo que decidió ir al baño del local y lavarse la cara.

Cuando regresó al comedor de la cafetería vio a su ayudante entrar por la puerta sorprendiéndose al verla en el lugar.

  - Buenos días señora Park – saludo el hombre de algunos años menos que ella.

La señora Park hizo un débil gesto de saludo y luego se detuvo cuando estuvo a punto de hablar, ya que observó cómo la chica de caja también llegaba con prisa al lugar.

  - Señora Park – saludó la chica después de ingresar por la puerta, hizo un gesto con la cabeza que fue respondido de la misma forma por su jefa.

  - Por favor, por hoy solo sirvan los postres que tenemos guardados en la nevera – indicó hacia ambos empleados – no acepten pedidos para el día de mañana ya que no creo regresar por aquí en lo que resta del día.

  - Entendido – dijeron al mismo tiempo – disculpe, ¿se encuentra usted bien? – preguntó el hombre.

  - Estoy bien – respondió la señora Park ignorando el semblante que portaba esta mañana – debo ir a casa, que tengan buen día – se despidió dirigiéndose a la mesa que había ocupado para tomar su bolso y el celular de Jimin.

Ambos hicieron una ligera inclinación de cabeza para despedir a la mujer y esta comenzó a caminar hacia la puerta.

Cuando la señora Park levantó la mano para tomar el pomo de la puerta de cristal, su fuerza se agotó al punto en que sintió su cuerpo desvanecerse y sus ojos cerrarse.

Un dulce sueño con las imágenes de un Jimin bebé la acompañaron hasta que el implacable olor del alcohol penetró desde su nariz hasta su frente.

Abrió sus ojos con dificultad mientras volvía en sí, escuchando el llamado en las familiares voces de sus ayudantes de la cafetería.

Cuando el mareo cesó y la imagen se aclaró pudo ver a su ayudante sosteniendo una botella de alcohol enfrente de ella, y a la chica al lado suyo sosteniendo un trozo de algodón húmedo cerca de su rostro.

  - ¿Qué sucedió? – susurró reincorporándose del sofá en el que ahora estaba y siendo ayudada por la chica a su lado.

  - Se desmayó cuando estaba por salir de aquí – respondió el hombre – debería ir a casa a descansar, se ve agotada.

  - Yo la llevaré señora Park – se ofreció la chica – luego volveré aquí.

La señora Park asintió débilmente y se dejó guiar hasta su auto, ubicándose en el asiento del copiloto y dejando a la chica conducir su auto.

Por medio de indicaciones llegaron a la casa de los Park, la chica usó las llaves de la señora para abrir las rejas y luego volver al auto para estacionarlo en el espacio libre de la casa, ayudó a su jefa a salir del auto y sosteniendo su brazo la llevó hasta la puerta de la entrada.

Cuando abrió la puerta vio a Jimin bajar corriendo por las escaleras para recibir a su mamá.

  - Mamá – exclamó el rubio corriendo hacia ella para sostenerla el mismo - ¿Qué te pasó? ¿estás bien? – preguntó al borde del llanto.

  - Todo está bien Minnie – respondió la señora dando golpecitos débiles en la espalda de su hijo – no te preocupes, solo necesito descansar ¿desayunaste algo?

  - Sí lo hice – mintió sin despegarse de su mamá.

  - Yo me encargaré del portón y volveré a la cafetería, cuida a tu mamá Jimin – anunció la chica antes de despedirse con un gesto y darse media vuelta.

El rubio ayudó a su mamá a subir las escaleras y luego a llegar hasta su habitación, la sostuvo hasta que pudo recostarse cómodamente sobre su cama.

  - ¿Quieres que te traiga algo de comer? Pareces enferma – preguntó aguantando un sollozo.

  - Estoy bien hijo, no te preocupes, solo dormiré un momento.

Jimin miró a su mamá y su pecho se oprimió, no tenía que ver con la falta de sueño o de alimento, la mirada de su madre, la debilidad de su voz aguda y sus manos temblorosas; toda la fuerza imprevista que se apoderó de ella luego de la muerte de su padre parecía haberse evaporado, y en su lugar solo quedaba la sensible mujer que era golpeada por una inexorable depresión.

  - Minnie – susurró tratando se mantener los ojos abiertos.

  - ¿sí? – preguntó temeroso.

  - Lamento haberte golpeado – comenzó a llorar – por favor perdóname, nunca volveré a hacerlo, te lo prometo.

El rubio comenzó a llorar también hincándose al lado de la cama de su madre y abrazándola mientras posaba su cabeza en el vientre de la mujer.

  - Todo estará bien mi pequeño – trató de consolar la mujer acariciando el cabello de su hijo y suavizando apenas su propio llanto – estaremos bien, vamos a superar esto juntos como siempre, voy a cuidar de ti, te lo prometo... solo prométeme una cosa por favor.

El rubio asintió frotando con su rostro el vientre bajo él con la acción.

  - Promete que no volverás a acercarte a ese chico, prométeme que no volverás a hablar con Jungkook.

  - ¿q-qué?... 







゚・ ✰ ゚・ ✰ ゚・ ✰ ゚・ ✰ ゚・ ✰ ゚・ ✰ ゚・ ✰ ゚・ ✰ ゚・

Dolió escribir este capítulo, pero ya estaba pensado así.

La actitud de la señora Park no es maldad sino ignorancia, y es algo que se puede remediar cuando una persona tiene tanto amor como lo tiene ella por Jimin.

AVISO: quedan pocos capítulos para el final de la historia.

(cualquier error que encuentren me avisan porfa)

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