抖阴社区

                                        

Claro que él era mi padre y siempre diría eso.

—Cuéntame de ella.

Esas simples palabras me desarmaron por completo. No tenía idea por donde empezar. ¿Qué podía decirle, si apenas la conocía?

Con dificultad, empecé por lo obvio. Por la forma en que sus ojos parecían leerme la mente, por las preguntas que me generaba cada vez que me miraba. Elise era un enigma que no podía descifrar.

—Esta mujer... ¿Hay algo más?

Si bien había salido del closet hacía apenas dos años, nunca había hablado con papá de mi relación con otras mujeres, si siquiera de mi relación con hombres, cuando salía con ellos. Siempre fui muy tímida para esas cosas.

—Está casada, pá. Tiene una hija. No es gay, si es lo que estás preguntando.

—No, no es eso lo que estoy preguntando.

Él quería saber si ella me gustaba. Pues jamás lo admitiría en voz alta.

—El problema no es ella. Soy yo, que no sé cómo relacionarme con ella. Todo lo que hago parece molestarle.

—Quizás estás tratando de agradarle demasiado.

Papá no me estaba diciendo nada que ya no supiera. Solo terminaba de confirmar mis sospechas. Me recliné en la silla en el porche de la casa, recibiendo los débiles rayos de inicios de finales de octubre que brillaban ya con poca fuerza.

—¿Tú crees que es muy obvio? —Dejé escapar un gruñido y me restregué el rostro.

—¿Cómo voy a saberlo?

—¡Pues no lo sé! ¡Eres mi padre, se supone que debes saber cosas! —Me reí.

Era inútil. Papá había estado casado con mamá por más de treinta años. La última vez que había coqueteado con una mujer, posiblemente había sido con ella. Era prehistórico.

—Solo cuídate, hija, ¿sí? —me recordó cuando las risas se apagaron—. Mereces a alguien que te ame tal cual eres.

—Lo sé. —Le creía y lo sabía. Solo que a veces era difícil tomarlo en serio cuando mi corazón había elegido a las mujeres equivocadas tantas veces.

Solo esperaba que Elise no se meta bajo mi piel lo suficiente como para afectarme.



Eventualmente, conocí al jefe de Elise.

El tan famoso Marcus.

Me sorprendió que nuestro primer y único contacto fuera por videollamada. Durante los primeros treinta minutos, hizo galas de su supuesto "encanto" y me preguntó acerca de mis primeras semanas en la compañía, de mis impresiones y de mi opinión profesional acerca de los cambios que podíamos liderar juntos dentro de Diseño. Cada vez que él hablaba, internamente yo ponía los ojos en blanco. Ya había conocido tipos como él: soberbios, carroñeros, el tipo de persona que se cuelga de los éxitos ajenos. Si el equipo aún estaba en pie, era gracias a Elise.

—Te diré algo, Nessa– ¿Puedo llamarte Nessa? —No esperó a que responda—. Creo que tu mirada podrá aportar mucha frescura al equipo. Necesitamos ser más innovadores y hoy en día el liderazgo operativo que existe dentro del equipo necesita aggiornarse.

Casi se me cae la mandíbula al escucharlo decir eso. Qué fácil era criticar sin dar la cara.

—Qué bueno es escucharte decir eso, Marcus; y estoy de acuerdo contigo. Incluso he tenido varias reuniones con Elise y me ha propuesto cosas muy interesantes. —Le seguí el juego—. No te imaginas la cantidad de veces que he visto directores y gerentes de áreas no comprometerse con estos procesos que son tan importantes. Y estoy muy entusiasmada de trabajar contigo. Entonces, ¿te parece que agende el primer desayuno contigo y el equipo?

La distancia entre nosotras ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora