?SINOPSIS? (+21)
Hay algo en Aemma O'Hara, la enigmática y carismática fundadora de la agencia O'Hara, que la hace difícil de resistir: Es poderosa, segura de sí misma, seductora nata y una amante fenomenal. Tiene dinero, fama, éxito... Sin embargo...
Creo que existe el primer amor y el gran amor. El primer amor es ese que te hace sentir cosas únicas por primera vez, como el nuestro. Y luego está el gran amor, ese que consigues con la madurez.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La noche sucedió a la tarde y Karen caminaba de un lado a otro, asemejando a una fiera enjaulada. Tantas veces se burló de su pima por parecerlo y ahora, ella misma lo parecía. Y miraba de vez en cuando hacia la puerta esperando que Aemma llegara como si nada hubiera pasado. No solo ella, también esperaba ver a sus sobrinos, los de sangre y los políticos. Y a Danielle, a quien ella contrato sin imaginarse que era la misma persona por la que su prima no hacía más que suspirar. Todavía recordaba su sorpresa al descubrir que Danielle Larson era Danys.
El ir y venir de los oficiales de policía por toda la casa de Aemma, la gran casa que compró para la crianza de sus hijos y que en unos días iban a abandonar para mudarse a su nuevo hogar junto a Danielle, irritaba demasiado a Karen.
—Señorita... —le llamó un oficial—. Tenemos información.
Karen alejó sus pensamientos para acudir hacia el policía que la miraba preocupado.
—Dígame, oficial.
—Tenemos noticias sobre su prima.
—¿Sucedió algo con Aemma? —preguntó con inquietud. Y el rostro serio del policía no ayudaba a calmar sus nervios.
—Hallaron su vehículo en uno de los caminos de la zona residencial en Staten Island.
¿Staten Island? Pero esa zona... ¿Qué haría Aemma en esa parte de New York?
—Disculpe, oficial, pero debe de haber un error... —dijo Karen.
—Encontraron el auto perteneciente a Aemma Scarlett O'Hara Groves junto a su móvil y sus documentos. No hay ningún error.
—¿Y ella...?
El oficial negó con cierta lástima.
—¿Qué me está diciendo? —preguntó Karen al borde de perder los nervios— ¿Qué está muerta?
—No, señorita, sin embargo, no hallaron rastros de ella. El auto estaba abandonado junto a sus pertenencias.
—¡Tiene que haber una explicación! Aemma es... ella no dejaría sus cosas. Es ordenada y cuidadosa.
El oficial asintió.
—Una de las teorías es que sufrió un accidente y que alguien la ayudó —le explicó el hombre, causando horror en Karen—. Esto es debido a marcas de frenada en el pavimento.
—Le repito, Aemma no se iría sin sus pertenencias. Si alguien se la llevó, fue a la fuerza. Conozco a mi prima desde que nací, sé cómo es...
Karen fue interrumpida por el sonido de llamada de su teléfono móvil. Se apresuró a responder con la esperanza de que fuera Aemma, sin embargo, no lo era.