—Te he dejado sin palabras, qué gracioso. Thalia Elie Bennet se ha quedado sin palabras.
—Liam —susurra Thalia, intentando retroceder y correr hacia la puerta principal.
—¡Ja! No tan rápido, mi Thalia, aún no hemos terminado —grita Liam, chasqueando la muñeca mientras todas las cerraduras del edificio se cierran de golpe.
Con una sonrisa sádica, camina alrededor y salta sobre el mostrador, sentándose con las piernas cruzadas para quedar frente a Thalia.
—No escaparás tan fácilmente.
Thalia mira a su alrededor y ve a los clientes conversando como si nada estuviera pasando. Confundida, fija la mirada en Liam.
—¿Qué hiciste?
Liam frunce el ceño, echa un vistazo alrededor y forma una "O" con la boca antes de responder con calma:
—Oh, eso... solo un pequeño truco. No tienen idea de lo que está pasando, actuarán como si no nos vieran y olvidarán todo una vez que terminemos —mientras habla, mueve las manos, dejando caer un fino polvo negro entre sus dedos.
—¿Qué quieres? —exige Thalia, intentando mantenerse lo más tranquila posible. No puede dejar que Liam vea que teme por su vida; eso solo lo satisfacería aún más.
—¡Ugh! Ni siquiera un "Te extrañé, Liam" —se burla, haciendo comillas en el aire con los dedos—. ¿Por qué arruinas la diversión?
—¿Se supone que esto es divertido? —Thalia suelta una risa seca mientras intenta sacar su teléfono del bolsillo trasero. Presiona y mantiene el botón lateral, marcando automáticamente un número de emergencia: el de Carlisle.
Al otro lado, Carlisle contesta, confundido por el silencio de Thalia. Decide esperar, pensando que tal vez solo está pidiendo su café.
—¡Sí! Viejos amantes reuniéndose en una cafetería. Ya puedo ver el arco de Eros en camino —Liam se ríe, golpeándose repetidamente la rodilla.
Carlisle cuelga y corre hacia la cafetería, sin importarle si alguien lo ve moverse a velocidad inhumana. Lo único en su mente es alejar a Thalia de Liam.
—¿Por qué tienes que hacer esto aquí? —pregunta Thalia desesperada, escaneando la cafetería. Su mirada se posa en algunos niños con sus padres. Aprieta los labios y vuelve a mirar a Liam.
—Me gusta tener público —responde, sonriendo ampliamente mientras echa un vistazo detrás de ella—. Como tu rubio caballero de brillante armadura allá, ¿no es teatral?
Thalia se gira y ve a Carlisle intentando abrir la puerta con todas sus fuerzas. Es inútil. Intenta romper el vidrio, pero nada sucede.
—Solo está desperdiciando energía. No soy estúpido. Sabía que vendría a rescatar a su damisela, y por supuesto, no podemos olvidar al resto —dice Liam con fastidio, poniendo los ojos en blanco.
La mera idea de los llamados "Cullens", una familia de vampiros vegetarianos, estando con Thalia lo irrita profundamente.
Saltando del mostrador, camina hacia ella con pasos medidos, rodeándola como un depredador acechando a su presa.
La respiración de Thalia se vuelve irregular. No sabe qué hacer. Está perdida, aterrorizada. Enfrentar a su abusador del pasado está lejos de ser una escena de mariposas y arcoíris.
—Pensé que estabas con Queenie —dice, tragando saliva. Su palma está sudando. Le cuesta respirar y espera la respuesta de Liam.
—La maté en cuanto me dejaste. Solo fue una pérdida de tiempo. Sabes que te amo, Thalia.
Su sangre se hiela. En ese instante, Thalia se da cuenta de que está hablando con el responsable de los asesinatos que han sacudido Manhattan.
—¡Me amas!? —su voz se quiebra, la indignación ardiendo en su mirada—. ¿O amas la forma en que me abusaste?
—Nunca quise hacerte daño, Thalia —susurra Liam suavemente, deteniéndose frente a ella. Le aparta un mechón de su cabello castaño detrás de la oreja, pero Thalia se estremece ante su toque.
Liam toma su mano, y cuando Thalia intenta apartarse, su agarre se vuelve más fuerte. Intenta retroceder, pero Liam la mantiene inmóvil. Paralizada por el terror. No puede moverse.
—No dañas a la persona que amas.
—¡Y lo siento! Nunca debí hacerlo. ¡Dame una segunda oportunidad! —grita Liam. Thalia se estremece por su tono y mira a Carlisle, que sigue golpeando el vidrio, diciéndole que no lo haga.
—Los abusadores no merecen segundas oportunidades.
—No soy un abusador —declara Liam, sacudiendo la cabeza con una expresión irritada.
—Lo dice el manipulador —Thalia exhala con fuerza cuando Liam coloca una mano en su cintura. Sus lágrimas la traicionan.
Aparta la mirada, pero Liam le agarra el rostro, obligándola a mirarlo.
—No llores. No voy a hacerte daño. Bueno, si esto hubiera pasado hace unas semanas, te habría matado —admite Liam con tranquilidad mientras la mira fijamente, colocando un pulgar debajo de su ojo y limpiando sus lágrimas caídas—. No tienes de qué preocuparte. Mi amor superó mi odio por ti.
Thalia aparta su mano de su rostro y da un paso atrás. Mira detrás de ella y ve a Carlisle intentando romper todas las posibles entradas del café. Lo mira directamente a los ojos y pregunta:
—¿No te consume la conciencia? Después de matar a todas esas mujeres.
—¡Ni un poco! —responde Liam sin dudar, con una carcajada malvada escapando de sus labios.
—Pero solo lo hice porque me rompiste el corazón, Thalia. Te amo, y me dejaste —hace un puchero, colocando ambas manos sobre su pecho con una mirada fingida de corazón roto.
—No me amas. Solo no quieres estar solo.
—¡Tal vez! ¡Tal vez no! Al final, siempre estaremos juntos.

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EUNOIA ? carlisle cullen
FanfictionThalia Elie Bennet, una profesora de 26 a?os y, ocasionalmente, la banshee de su vecindario. Perder a sus padres a una edad temprana hizo que despertara su naturaleza de banshee demasiado joven. Con la ayuda de su abuela Celia, aprendió a controlar...