EUNOIA ? carlisle cullen

THALIA DESPIERTA con un jadeo escapando de sus labios carnosos, respirando con dificultad, su pecho subiendo y bajando rápidamente.

Una vez que se calma, observa a su alrededor y frunce el ceño, confundida por la extrañeza del lugar. Cambiando su incómoda posición, se sienta y abraza sus rodillas.

Frente a ella se extiende un paisaje digno de una pintura. Contempla el océano, las olas bañando suavemente la arena.

Oh, cómo desearía Thalia poder quedarse aquí para siempre. Los pájaros vuelan entre las nubes, su canto es relajante y reconfortante.

—Elie —dice una voz a sus espaldas.

Sobresaltada, se gira frenéticamente para ver quién es la persona desconocida, pero una sensación de familiaridad la inunda. Se pone de pie rápidamente y corre hacia la figura.

—Mamá —susurra, abrazando a la mujer con fuerza, temerosa de soltarla. Luego, se separa suavemente para examinar su rostro. Lilith Cohen-Bennet luce exactamente igual que la última vez que Thalia la vio, hace casi catorce años.

—¿C-Cómo...? ¿Cómo es esto posible? ¿Dónde estoy? —Thalia la bombardea con preguntas, pero Lilith la silencia colocando su suave mano en su mejilla.

—Has crecido, Thalia —dice con ternura, examinando cada rincón del rostro de su hija. Una sombra de tristeza cruza sus facciones—. Me perdí de todo esto.

—Mamá, está bien. No fue tu culpa ni la de papá... Hablando de papá... —murmura, interrumpiéndose a sí misma mientras mira a su alrededor. Entonces, escucha una voz masculina tras ella.

—No me perdería la oportunidad de ver a mi hermosa hija otra vez —Karl ríe.

Oh, cuánto extrañaba Thalia esa risa fuerte y contagiosa.

—Papá —susurra antes de correr hacia él y abrazarlo. Karl la levanta en el aire, girándola antes de besar su frente.

—Mi niña... ya no tan niña, veo —comenta con una sonrisa mientras la observa de arriba abajo—. Te extrañé, Elie.

Lilith sonríe y se acerca a ellos, uniéndose al abrazo. Es una escena hermosa. Thalia, sin embargo, se separa con el ceño fruncido y pregunta:

—¿C-Cómo es esto posible? ¿Estoy muerta? ¿Liam me mató?

Lilith y Karl intercambian miradas, presionando los labios con preocupación. Finalmente, Karl asiente y Lilith suspira, rodando los ojos.

Karl nunca ha sido bueno con estas conversaciones. Acaricia la mejilla de su hija con una mirada triste antes de decir:

—Lo hizo, pero eso no significa que estés muerta del todo —comienza Lilith.

Los ojos de Thalia se abren con sorpresa, pero Karl la interrumpe antes de que pueda hablar.

—Deja que tu madre explique primero —dice.

Thalia asiente, siguiendo a Lilith hacia la orilla, con Karl tras ellas.

—Liam te disparó con una bala de oro, Thalia. Es lo único que puede causar la muerte permanente a una Banshee —explica Lilith, suspirando mientras toma la mano de su hija—. Este lugar... —dice, señalando a su alrededor—. Este es el sitio al que van las Banshees cuando mueren.

—Entonces, sí estoy muerta —murmura Thalia, confundida. Su ceño se frunce al pensar en lo que Carlisle debe estar sintiendo en ese momento. Su corazón se rompe ante la idea.

—Técnicamente —interviene Karl con una risa ligera.

Lilith rueda los ojos y mira a Thalia con seriedad.