Hace a?os que la mirada de Chaeyoung se volvió fría como el hielo por culpa de las pesadillas, los malos sue?os y los recuerdos espantosos que se cuelan en su mente y no le permiten apenas respirar.
Hace a?os que Mina echó a un lado lo que más amaba...
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Le agradezco mucho que no haya querido ir más allá en cuanto al tema del piano. No es algo fácil de contar porque es uno de los motivos por los que casi nadie me habla en el instituto y, a día de hoy, prefiero que siga así. Las cosas eran mucho peores antes.
Chaeyoung me ayuda a terminar de preparar la cena ―pizzas caseras individuales para las tres― mientras Sakura se dedica a robar galletas cuando cree que no la veo y realmente solo estoy ignorándola un poco. Cuando está todo listo, cenamos en la mesa de la cocina jugando con un tablero de parchís que encontré en el trastero esta mañana; un juego para que mi hermana no se aburra y pueda jugar con nosotras también.
Cuando la más pequeña se queda dormida en el sofá, cerca de las doce de la noche y después de que hayamos hablado por video-llamada con mi madre para asegurarle que estamos bien, Chaeyoung y yo nos quedamos hablando en voz baja para no despertarla. No suele tener el sueño demasiado ligero, pero no quiero arriesgarme a que se despierte y luego no pueda dormirse de nuevo. Con lo nerviosa y charlatana que es, no nos dejaría descansar a nosotras tampoco.
―Si no fuera porque comparten los mismos rasgos físicos ―me comenta sonriendo y mostrando un lindo hoyuelo mientras observa a Sakura, cuya cabeza reposa en mi regazo―, nadie diría que son hermanas.
―¿Por qué piensas eso?
―Porque ella es mucho más habladora que tú. Tal vez sea porque es una niña y todavía no tiene conciencia de lo que dice o cómo lo dice, pero está claro que ella tiene una personalidad más abierta y tú eres más introvertida.
Agacho la cabeza y miro a mi hermana como si buscara las similitudes que todo el mundo ve. Es cierto que físicamente nos parecemos mucho y a veces incluso ambas nos comportamos con la misma timidez, pero también es innegable que Sakura tiene una personalidad más viva y activa que yo. No tiene filtro y lo dice todo con tanta dulzura y una voz tan infantil e inocente que no puedes evitar sonreír. Hace tiempo que yo dejé de ser así.
Supongo que mis experiencias me han hecho retraerme más y refugiarme en mí misma. Espero que a ella no le ocurra lo mismo ni nada parecido.
―Voy a llevarla a su cuarto ―susurro antes de levantarme con mi hermana entre mis brazos y me dirijo a la escalera con pasos lentos y cuidadosos para no despertarla.
Una vez que la he metido en su cama y me he asegurado de que tiene sus muñecos cerca (algo a lo que se acostumbró hace unos meses), cierro la puerta de su habitación y recorro de nuevo los escalones hasta encontrarme en el salón con Chaeyoung. Cuando entro, la veo de pie junto al piano, observando su forma, su color, la silueta fina y delicada además de la manera en la que brilla sin más…