La pijamada transcurría entre risas y bromas internas. Las cobijas estaban repartidas por el suelo de la sala, el proyector lanzaba imágenes coloridas en la pared mientras una película de comedia pasaba de fondo. Jisung seguía acurrucado sobre el pecho de Minho, adormilado, mientras los demás se reían por cualquier tontería.
—¿Te acuerdas cuando Félix se cayó de cara en el ensayo? —rió Jeongin, señalándolo con el dedo mientras se atragantaba con una palomita.
—¡No fue mi culpa! La tarima estaba suelta —protestó el menor, y todos estallaron otra vez.
—Y tú, Hyunjin, que dijiste “confianzudo” en vez de “confiado” cuando hablaste con el director —agregó Seungmin entre carcajadas.
Los minutos pasaban. El aire era cálido, lleno de ese aroma a mantequilla y bebida dulce. Minho sonreía, acariciando suavemente la espalda del Omega dormido. Incluso él estaba relajado, por primera vez en semanas.
La noche avanzó, y poco a poco las conversaciones se apagaron. Uno a uno fueron cayendo en el sueño. Para la 1 de la madrugada, la sala era un campo de batalla de cuerpos desparramados entre mantas y cojines. Los ronquidos de Changbin eran los únicos sonidos que llenaban el ambiente.
Todo estaba en calma… hasta que Jisung se despertó.
Un dolor punzante, intenso, lo azotó en la cabeza. Sentía como si el mundo girara a su alrededor sin detenerse. La náusea lo golpeó de nuevo, tan violenta que tuvo que taparse la boca con una mano, tratando de no soltar un sonido.
"No molestes... no molestes, no molestes…" se repetía mentalmente.
Se levantó con torpeza, con las piernas temblorosas. Llevaba solo la camisa grande de Minho y su ropa interior; el resto de su cuerpo estaba expuesto al frío de la madrugada. Sintió la piel erizarse. Caminó casi corriendo por el pasillo hacia el baño, respirando agitadamente.
Al llegar, se arrodilló frente al inodoro, aferrándose con ambas manos al borde. El suelo de baldosa estaba helado, haciendo que su cuerpo entero se estremeciera. Su respiración era entrecortada, y las arcadas comenzaron.
Secas al inicio.
Silenciosas.
Solo eran temblores agónicos, una lucha contra lo inevitable.
Hasta que finalmente, con un sonido desgarrador, expulsó todo lo que había comido en el parque de atracciones. Primero el dulce sabor del algodón de azúcar, luego restos de comida… y finalmente bilis.
Su cuerpo se arqueaba una y otra vez. Cada vez que intentaba inhalar, el vómito regresaba con más fuerza, impidiéndole respirar. Tosía, jadeaba, su rostro rojo como una alarma encendida. Sus oídos comenzaron a zumbar, una presión horrible llenándole la cabeza. Estaba temblando, asfixiado, vulnerable.
En la sala, Bangchan abrió los ojos.
Un sonido leve, algo húmedo y entrecortado, lo sacó del sueño. Aguantó la respiración para intentar identificar qué estaba ocurriendo, pero los ronquidos de Changbin eran ensordecedores.
—¿Qué demonios...? —murmuró con el ceño fruncido.
Se incorporó, miró alrededor… y entonces lo notó.
Jisung no estaba.
El corazón le dio un vuelco. Se puso de pie y encendió la luz principal, haciendo que algunos de los presentes se movieran con quejas por la luz repentina.
—¿Minho? —llamó Bangchan, con tono serio.
El Alfa se despertó de golpe, su pecho ya vacío. La camisa que debía cubrir al Omega estaba arrugada, y sus brazos buscaban a ciegas.

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FanfictionHan Jisung, de 16 a?os, es un Omega autista con un corazón tierno y sensible. Su olor es dulce y relajante, y aunque no habla mucho durante su celo, busca constantemente cari?o y mimos. Lee Minho, un Alfa de 17 a?os, es rudo y directo, pero su cora...