抖阴社区

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La alarma sonó fuerte en toda la sala, rompiendo la paz de la madrugada con su sonido insistente. Uno a uno, los chicos comenzaron a removerse entre las cobijas desordenadas, cubiertos con mantas y almohadas mal puestas por la pijamada. Algunos soltaron quejidos bajos, otros simplemente se taparon más la cara para evitar la luz que comenzaba a colarse por las ventanas.

Entre todos, un pequeño sollozo rompió el ambiente.

Jisung se había despertado con los ojos hinchados, el rostro oculto entre sus manos temblorosas. La noche no había sido buena para él. Aunque había estado abrazado por su alfa, el malestar, el embarazo y la pesadilla que lo acompañó en sueños no le dejaron descansar como necesitaba.

Minho, que aún estaba medio dormido, abrió los ojos al sentir que el cuerpo de su Omega temblaba. Se incorporó rápido, preocupado, y lo abrazó con fuerza, sentándolo en su regazo sin pensarlo dos veces.

—Ey, Sungie... ¿qué pasa, mi amor? —susurró con dulzura, acunando su cuerpo más pequeño.

El Omega no respondió con palabras, solo se aferró al cuello del Alfa, escondiendo su rostro en su pecho mientras las lágrimas le mojaban la camiseta. Minho apoyó su barbilla sobre su cabeza, cerrando los ojos un segundo mientras pasaba los dedos por el cabello rubio revuelto de su Omega, peinándolo con cuidado y calma.

—Tuviste una mala noche, ¿verdad?... Ya pasó, estoy aquí —murmuró, besando su coronilla.

El grupo que ya se estaba levantando observó la escena, y no pudieron evitar reír suavemente por la ternura que irradiaba la escena. Changbin frotó sus ojos aún con sueño.

—Parece un bebé con su papá —dijo medio en broma, y los demás rieron, dirigiéndose a la cocina para comenzar a preparar el desayuno.

Jisung, aún con el rostro enrojecido, se acurrucó aún más en el regazo del Alfa. Poco a poco, los sollozos se convirtieron en respiraciones lentas y regulares. Minho lo sintió relajarse y bajar el peso de su cuerpo, y al mirar hacia abajo, confirmó que el Omega se había vuelto a dormir.

—Sungie… —susurró con ternura, acariciando sus muslos, que estaban visiblemente más carnositos debido al embarazo, y luego su vientre redondito—. Ya estás creciendo, pequeño... —murmuró, sonriendo solo para él.

Intentó moverse un poco para levantarse, pero en cuanto se separó unos centímetros, el Omega soltó un quejido bajito y se aferró con fuerza al suéter de Minho, arrugándolo entre sus puñitos. El Alfa soltó una risa bajita, resignado y encantado.

—Está bien, está bien… no me muevo, te lo prometo.

Pasaron varios minutos así. La cocina olía a pan tostado, chocolate caliente, frutas frescas y un poco de caos. Jeongin llamó desde la cocina con voz alegre:

—¡El desayuno está listo!

Minho lo escuchó y suspiró. Se incorporó lentamente y, con extremo cuidado, cargó de nuevo a su Omega dormido en brazos. Caminó hacia el comedor, donde ya todos estaban sentados.

—Traigo a mi bebé dormido —dijo con tono juguetón, y todos soltaron una carcajada suave.

Lo sentó con cuidado en la silla a su lado, colocándole una mantita sobre las piernas descubiertas. Jisung apenas abrió un ojo, apoyó la mano sobre la mesa… y se volvió a dormir con la cabecita inclinada.

—No puede ser… —se rio Seungmin—. Este sí que está rendido.

Minho lo miró, con una sonrisa paciente. Luego, con movimientos suaves, lo levantó un poquito y volvió a sentarlo en su regazo, como antes. Tomó una cuchara, sirvió un poco del puré suave que Jeongin había preparado para él, y lo acercó a los labios de su Omega.

?˙???? ?? ???? ????? ?????? ??í?˙ ?°???????°?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora