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El trayecto a casa después de parque fue tranquilo...subieron al auto y siguieron su camino.

Todo iba bien...hasta que Jisung comenzó a agitarse en su asiento.

-¿Estás bien? -preguntó Minho, girando ligeramente desde el asiento del conductor.

El Omega hizo una mueca.

-Me... me siento raro -dijo, poniéndose una mano en el pecho-. Mareado... y tengo hipo.

-¿Quieres una funda, por si acaso? -ofreció Minho, estirando una delgada bolsita del asiento trasero.

-¡No! -gruñó el Omega- Solo... necesito aire... aire fresco...

Minho bajó un poco la ventana del auto, y por suerte llegaron a casa sin ningún desastre estomacal. Jisung respiró profundo apenas bajó, y suspiró con alivio.

-Sobreviví...

Mientras tanto, el resto del grupo decidió pasar por una tienda para comprar dulces, snacks, cartas, linternas y lo que encontraran útil para entretenerse mientras la luz seguía cortada. Incluso Minho fue con ellos, no sin antes dejar a su Omega al cuidado de Hyunjin.

-Solo un rato -dijo el Alfa, entregando unas llaves-. No deberíamos tardar. Si Jisung quiere algo, avísame. No le dejes abrir la puerta.

-Sí, sí, tranquilo -respondió Hyunjin con una sonrisa despreocupada-. ¿Qué tan difícil puede ser cuidar de un Omega adorable?

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15 minutos después

Jisung estaba en el sillón. Incómodo. Molesto. Las piernas le dolían, los pies ardían, y por alguna razón todo le molestaba. Se removía, giraba, se sentaba, se acostaba, se ponía de lado... nada le servía.

-Estoy incómodo -gimoteó, entre gruñidos.

Hyunjin observaba desde la cocina, sacando una botella de agua.

-¿Quieres un poco?

-No... ¡Tengo hambre! -chilló el Omega, con los ojos aguados.

-Pero no hay mucho. Minho fue a comprar... aguanta un poco -intentó calmarlo Hyunjin.

-¡No quiero aguantar! Quiero comer ahora. ¡Quiero pepinillos con mermelada!

-¿Qué? ¡No tenemos pepinillos! -Hyunjin comenzó a reír sin querer y torció los ojos.

Error fatal.

Jisung se quedó en silencio. Los ojos brillosos se llenaron de furia. Sus pequeñas manos temblaban. Sus orejas estaban rojas.

Y luego... empezó la guerra.

-¡NO TE RÍAS DE MÍ! -gritó el Omega, lanzando un cojín directo a la cara de Hyunjin.

-¡Oye! ¡Jisung, calma...!

¡PUM! Otro cojín. ¡PUM! Otro más. Hyunjin los esquivaba como podía, pero luego una silla pequeña voló directo hacia él. Se lanzó al suelo para evitarla.

-¡¿QUE MIERDA?! ¡MINHOOOO! -gritó desde el suelo, cubriéndose la cabeza.

_____

Por otro lado...justo cuando regresaban de la tienda, riendo por una broma que había hecho Changbin, abrieron la puerta de casa... y se encontraron con una escena que los dejó congelados.

Cojines por el suelo, una silla volcada, Hyunjin acorralado detrás del sofá con una expresión de puro pánico... y al centro del caos, Jisung.

El Omega estaba rojo, furioso, con las mejillas húmedas por el llanto. Sus ojos brillaban con una mezcla de rabia e indignación, y su pequeño cuerpo temblaba mientras se lanzaba directo hacia Hyunjin con una expresión que parecía de guerra.