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- T/n : Dime una cosa. _ Su voz era grave, cargada de una mezcla de frustración y desesperación _. ¿Cuál era tu propósito? ¿Por qué decidiste traerme de vuelta?

Singed dejó de lado el vial que sostenía y se giró lentamente hacia T/n, estudiándolo con la misma intensidad fría que siempre lo caracterizaba. Por un momento, no respondió, como si estuviera decidiendo cuánto compartir.

- Singed : Porque eras un experimento interesante _ respondió finalmente, con una calma que solo avivó la ira de T/n._

- T/n : ¿Eso es todo? _ espetó T/n, dando un paso hacia él _. ¿Solo querías ver qué pasaba? ¿No pensaste en lo que significaría para mí?

Singed entrecerró los ojos, su expresión inmutable.

- Singed : ¿Y qué significa para ti, T/n? Estabas muerto. Lo que te di fue una segunda oportunidad. Una oportunidad para ser algo más que un cadáver olvidado en Zaun. Ahora eres una herramienta, una creación que trasciende las limitaciones humanas.

- T/n : ¡Pero no te importó lo que quería!

gritó T/n, su voz llena de dolor. Golpeó la mesa frente a Singed, haciendo que algunos instrumentos tintinearan

- T/n : No pedí esto. No pedí ser un monstruo ni vivir sabiendo que no llegaré a viejo. Entonces dime ¿cuál es el propósito de seguir viviendo así?

El científico lo miró con una calma inquietante, como si su arrebato no fuera más que el sonido de fondo de su interminable trabajo. Finalmente, habló, su voz baja pero firme.

- Singed : El propósito, T/n, es algo que tú debes encontrar. No es algo que yo pueda darte, ni algo que pueda surgir de mis experimentos. Te devolví la vida porque vi en ti un potencial. Algo que el mundo podría aprovechar, algo que podría cambiar el curso de lo que conocemos. Si eso te hace un monstruo, entonces es decisión tuya cómo usar esa monstruosidad.

T/n se quedó en silencio, sus manos todavía temblando sobre la mesa. Las palabras de Singed lo golpearon con fuerza, pero no como una verdad que aceptaba, sino como un recordatorio del vacío que sentía.

- T/n : ¿Y si no quiero ser eso? ¿Y si solo quiero vivir una vida normal, lejos de esto? _ confesó en voz baja _

Singed esbozó una leve sonrisa, aunque no era amable; era la sonrisa de un hombre que había renunciado hace mucho a ideales simples.

- Singed : Entonces habrás desperdiciado el regalo que te di. Pero esa es tu elección, T/n. Yo no te traje de vuelta para decidir por ti. Te traje de vuelta porque creí que este mundo necesitaba algo más... algo que tú podrías ser.

El silencio que siguió fue ensordecedor. T/n respiró hondo, tratando de procesar las palabras de Singed. Por más cruel que sonaran, había un destello de verdad en ellas, una verdad que no podía ignorar, por mucho que quisiera.

T/n seguía arrodillado en el suelo, la respiración entrecortada, con lágrimas que le corrían por el rostro.

Cada palabra de Singed era como un golpe directo a su pecho, pero incluso en medio de su furia y dolor, algo en él buscaba desesperadamente esperanza, una mínima posibilidad de escapar a esa condena.

Singed permaneció de pie frente a él, su rostro impasible, aunque sus ojos parecían analizar cada reacción de T/n con una precisión quirúrgica. Después de un momento de silencio, el científico suspiró profundamente.

- Singed : Hay algo que podría hacer por ti _ dijo finalmente, su tono casi... comprensivo, aunque frío como siempre_

T/n levantó la mirada con esfuerzo, el brillo de sus ojos mezclando rabia y un atisbo de esperanza.