Edward se encontraba apoyado contra la fría pared de piedra del cuartel de la orden, con una ligera sonrisa en el rostro mientras giraba un vaso de jugo en su mano.
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Observaba el líquido moverse con tranquilidad, como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo.
La puerta crujió al abrirse y Leonardo entró con su porte relajado, como siempre. Se sacudió el polvo del abrigo antes de detenerse a su lado.
- Leonardo : Ya le informé a T/n y Altair. El territorio de Zaun pronto será nuestro por completo, —dijo con calma, como si estuviera comentando sobre el clima.
Edward soltó una pequeña risa antes de dar un sorbo a su jugo.
- Edward : Fue divertido ver los rostros de los Quimio varones, —comentó con diversión—. Parecían niños a punto de mearse encima.
Leonardo soltó una carcajada.
- Leonardo : Algunos casi lo hicieron, —dijo con una sonrisa burlona—. Margot lo aceptó a regañadientes, Chroos se rindió rápido… Pero Smeech, bueno, digamos que no todos saben cuándo retirarse.
Edward dejó el vaso sobre una mesa cercana y se cruzó de brazos.
- Edward : T/n no lo dejará pasar, —dijo, su tono tornándose más serio—. Si ese mutante quiere jugar a ser un rebelde, no tardará en encontrarse con la hoja de uno de los nuestros.
Leonardo asintió lentamente, con una expresión pensativa.
- Leonardo : Es cuestión de tiempo, —dijo.— Mientras tanto, nosotros tenemos que asegurarnos de que este nuevo orden funcione.
Edward sonrió de lado.
- Edward : ¿Nuevo orden? —repitió—. Me gusta cómo suena eso.
Leonardo le dio una palmada en el hombro antes de girarse hacia la salida.
- Leonardo : Entonces más vale que nos aseguremos de que nadie lo arruine.
Edward observó cómo Leonardo se marchaba, su mente ya maquinando los siguientes movimientos que harían.
Se llevó el vaso de jugo a los labios nuevamente, disfrutando del momento antes de la tormenta que, sin duda, estaba por venir.
Edward se apartó de la pared, estirándose con pereza mientras observaba su vaso vacío. Luego, giró la mirada hacia Leonardo con una sonrisa ladeada.
- Edward : Creo que saldré a dar un paseo por los carriles, —dijo con tranquilidad. Hace tiempo que no veo cómo están las cosas por ahí.
Leonardo, que estaba organizando unos planos sobre la mesa, ni siquiera levantó la vista.
- Leonardo : Está bien, —respondió con su tono relajado. Pero no hagas tonterías. No queremos llamar la atención más de lo necesario.
