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T/n abrió lentamente los ojos.

El calor del sueño con Jinx se desvanecía como el humo de una vela en la tormenta. La realidad lo golpeó de nuevo... dura, cruda, y fría. Estaba tendido en el suelo, el cuerpo temblando, la respiración entrecortada.

Se incorporó con dificultad, jadeando.

Su mano rozó su abdomen y notó que la herida... había cerrado. La regeneración había funcionado. Pero no se sentía como antes.
Cada músculo dolía. Su cuerpo temblaba. Sentía los huesos pesados, el alma... vacía.

Miró a su alrededor, notando las paredes irregulares y oscuras.
Estaba en el fondo de una fosa. Rocas húmedas, raíces secas colgando desde los bordes, y la tenue luz del mundo exterior muy, muy arriba.
Un gran pozo.

El pozo sin esperanza...

Las palabras de The Fallen aún resonaban en su mente:

"La esperanza nunca llega... y menos cuando te lo arrebataron todo."

T/n tragó saliva. Apoyó la espalda contra una piedra y cerró los ojos un momento, tratando de organizar sus pensamientos.
La desesperación era un veneno lento... y ya estaba dentro de él.

Pero también lo estaba ese sueño. Esa imagen de Jinx... de su risa, su voz, su toque.
Y esa sensación.
De hogar.

T/n apretó los dientes.
Tenía que salir.
Por Jinx. Por Isha. Por Altair. Por todos los que aún creían en él.

Aunque no tuviera fuerzas. Aunque estuviera solo.

Tenía que levantarse.

( ... )

T/n respiró hondo y se apoyó contra la fría roca. A medida que su vista se acostumbraba a la penumbra, comenzó a notar algo inquietante.

Las paredes... no eran solo piedra.

Había símbolos grabados en cada rincón. Runas antiguas, de un rojo oscuro apenas visible, como si hubieran sido talladas con sangre y selladas con maldiciones.
Las observó con detenimiento.
Sentía su energía. Un peso invisible oprimiendo su pecho, drenando cada chispa de su poder.
Premonición, reflejos, su regeneración... todo era más lento, más doloroso.

- T/n : Así que esto... esto es lo que me mantiene débil... -pensó, apretando los puños.

Aquella fosa estaba diseñada para anularlo. Para convertirlo en nada.

Pero entonces las vio.
Algunas piedras sobresalían, dispuestas de forma irregular por la pared. Una suerte de improvisada escalera natural, apenas perceptible.
Cada una a una distancia traicionera, cubierta de musgo y humedad.

Era casi imposible...
Casi.

T/n se arrastró hasta la primera. Apoyó sus dedos, luego la palma entera. Tiró de sí mismo hacia arriba. La sangre le palpitaba en las sienes, su cuerpo temblaba.
Se impulsó.

Pero apenas alzó el cuerpo, un vértigo punzante lo atravesó.

- T/n : ¡Tch...! -cayó de nuevo, el costado golpeando el suelo con un golpe sordo.

Quedó ahí tirado unos segundos. Respirando.
Sangrando por dentro.
Pensando en rendirse.

Pero entonces recordó algo.
La voz de Jinx en su sueño.
Esa sonrisa que lo hacía sentir vivo.
Y la mirada de Altair... justo antes de lanzarse a una pelea imposible por él.

T/n abrió los ojos, y en ellos ya no había desesperación. Solo determinación.

Se arrastró otra vez.
- T/n : Voy a salir de esta maldita fosa... así me cueste la última gota de sangre.