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Es difícil pensar que mientras yo tomaba la decisión de decirle a Olivia que no venga conmigo, que es lo mismo que terminarle, ella me estaba organizando una de las mejores fiestas de mi vida con mi familia.
Sé que ella estaba rara después de todo lo que pasó, fue un viernes bastante movido para los dos pero más para ella por las cosas que había hecho y las consecuencias que trajo, que fueron mensajes bardeandola y demás, que terminó ignorando porque ninguno decía nada interesante. Y la cereza del postre que yo mismo puse fue decirle que deberíamos considerar la posibilidad de que alguno de los dos sea infértil o algo parecido, porque no era la primera vez que se olvidaba las pastillas y por alguna extraña razón o mucha coincidencia, no quedaba embarazada.
Había un montón de gente, pero era la gente cercana a mí y eso me gustaba, estaban los chicos del plantel, Marcelo, mí familia, todos, literalmente todos.
Capaz que no me habla tanto porque estaba ocupada terminando de organizar, ¿no? Nosotros ya hablamos bien las cosas e hicimos el acuerdo de que si ella se arrepentía, iba a volverse de Europa, entonces no creo que le haya afectado tanto, porque siempre es muy de hablar conmigo sobre cómo se siente y no me dijo nada, así que supongo que está bien.
Ahora tengo que concentrarme en disfrutar y demostrarle a mí familia que estoy muy agradecido y feliz con lo que me prepararon, así que no me voy a bajonear pensando en eso.
No sé qué tenga Facundo con joder a Valen, pero es un cago de risa.
Un momento nomás me di vuelta y cuando me volví a girar los vi bailando juntitos, pegados. Valen estaba completamente rojo de la vergüenza y Facundo estaba borracho, con esa sonrisa divertida que tenía él y su típico aire bromista.
Lucila estaba hablando con una de mis primas, en una esquina y se las veía bastante entretenidas juntas.
Mí papá estaba con mis tíos y mis primos, hablando de sus cosas de pesca y todo lo demás.
Pero yo estaba algo aburrido, no sabía qué hacer con tanta gente disfrutando porque estaba acostumbrado a las multitudes, a diferencia de Oli que seguro estaba por ahí, lo disfrutaba pero no tanto como quisiera, porque todavía seguía ahí la espina de lo que pasó la noche pasada.
Lo vi a Santi solo, sentado en un sillón con una lata en su mano y miraba a todos disfrutar. No sé qué pasará por su cabeza pero a mí me da más lástima de la que me gusta admitir, me da pena verlo así de solo y se que eso en parte es por las cosas que pasaron con Olivia hace un tiempo. Yo sigo enojado, un poco, pero sigo, aunque eso no va a hacer que lo excluya.
Me senté al lado suyo y pase un brazo por encima de sus hombros, viendo cómo me sonreía algo decaído.
—¿Todo bien, amigo? —le pregunté algo preocupado por su ánimo.
—Si, si, gracias por invitarme... Disculpa por todo lo que pasó hace unos meses, estuve re boludo mal y hace poco me di cuenta de todo lo que hice —cuando él hablaba, yo me daba cuenta de que hablaba con sinceridad y con algo de tristeza—. Olivia no me va a perdonar nunca, ¿no?
Es fácil darte cuenta de que ella no lo iba a perdonar, ella pasó por muchas cosas pero no sé si todo eso justifica que sea así de rencorosa, aunque la entiendo, la entiendo mucho y seguramente no la entiendo completamente porque como no fui yo el que fue besado sin consentimiento por Santiago y todas las cosas que pasaron, no puedo ver las cosas desde su punto de vista.
—Ya sabía... —dijo con una sonrisa falsa, riéndose por lo bajo.
—Ella te invitó, ¿eso sabías?
Pude ver un poco de esperanza en sus ojos, y esa pequeña sonrisa ahora um poco más sincera me hizo sentir algo mejor.
—No, no, pensé que fuiste vos.
—Ella organizó parte de los invitados, y te invitó...
—Pero lo hizo por vos, no porque las cosas estén bien —siguió tirándose la esperanza abajo, evitando mirarme a los ojos—. Está bien igual, la re entiendo, boludo.
—¿Querés que hable con ella?
—¿Para qué? Ella tiene sus tiempos desalineados a los nuestros, ¿entendés? No la tenés que forzar...
Esas palabras necesité para entender que la decisión de dejarla acá era de los dos, porque yo me concentré mucho en lo que yo pensaba que iba a pasar y no en lo que de verdad iba a suceder, no sabía cómo veía las cosas ella, porque sé perfectamente que sus palabras no dicen todo lo que verdaderamente piensa y también sé que no sé qué tanto le va a costar soltar a su familia.
No lo quería dejar solo a Santi, pero mi novia es prioridad.
—Bancame, amigo, ya vengo...
Me levanté y lo primero que hice fue buscar a Olivia por todas partes, le pregunté a Lu, a mi papá, a Facu, a Valen, a todos, pero ninguno sabía en dónde estaba ella, hasta que me di cuenta que las dos personas que se hicieron más cercanas últimamente eran las únicas que faltaban, mamá y Oli.
Mamá me avisó que iba a hacer llamada con una de mis tías, así que supuse que iba a estar afuera.
Subí las escaleras para salir al balcón y efectivamente ahí estaban, mirando hacia el horizonte mientras hablaban de Dios sabe qué. Se me ocurrió asustarlas, así que con una sonrisa algo malévola me acerqué en silencio, tratando de hacer el menor ruido posible y escondiéndome atrás de una columna.
—¿Vos de verdad pensas que soy suficiente para Fran? —la escuché decir a Oli.
No sé por qué lo preguntaba, pero me quedé ahí para escuchar lo que decían.
