—¡Ahhh, eso estuvo increíble! —exclamó, girando sobre sí misma con emoción—. ¿No te sientes renovada, Natsume?
—Supongo... —murmuré, sin querer darle demasiada razón, aunque en el fondo tenía que admitir que realmente me sentía mejor.
Mientras bajábamos, una figura apareció a la distancia, caminando en dirección contraria. Un chico de cabello rojo oscuro y una gran cicatriz en la frente. Sus ojos eran amables, pero también tenían determinación.
Mitsuri se quedó quieta un segundo y, de repente, sus ojos se iluminaron de emoción.
—¡Tanjiro-kun!
Antes de poder reaccionar, Mitsuri salió corriendo escaleras abajo con una velocidad impresionante. El pobre chico apenas tuvo tiempo de abrir la boca antes de que la Pilar del Amor se lanzara hacia él como un torbellino de energía.
—¡Mitsuri-san! —exclamó Tanjiro con sorpresa.
Y entonces, mientras intentaba asimilar lo que ocurría, soltó en voz alta, con una mezcla de pánico y torpeza:
—¡Mitsuri-san, se le van a salir los pechos!
Me quedé en silencio por un segundo. Luego, sin poder evitarlo, solté una carcajada. La expresión de Mitsuri pasó de la emoción al desconcierto en cuestión de segundos, y Tanjiro se puso completamente rojo, dándose cuenta de lo que acababa de decir.
—¡Ehhh! ¡Eso no es algo que se diga en voz alta, Tanjiro-kun! —protestó Mitsuri, cubriéndose el escote con los brazos mientras su rostro también se teñía de rojo.
Tanjiro agitó las manos, desesperado por aclarar la situación.
—¡Lo siento, no quise decirlo de forma grosera! ¡Es solo que...!
No pude contener más la risa. La escena era simplemente demasiado graciosa. Mitsuri, normalmente segura y despreocupada, ahora estaba avergonzada, mientras que Tanjiro parecía estar al borde del colapso por la vergüenza.
—Pobre chico... —murmuré entre risas, sin poder evitar disfrutar del momento.
Mitsuri se giró hacia mí con un puchero.
—¡Natsume, no te burles!
—¡Lo siento, lo siento! —dije, tratando de recuperar la compostura, aunque aún con una sonrisa en los labios—. Pero admito que no me esperaba algo así.
Tanjiro, aún rojo como un tomate, bajó la cabeza en una reverencia rápida.
—¡De verdad lo siento mucho, Mitsuri-san!
Mitsuri suspiró antes de soltar una risita, recuperando su buen humor.
—Está bien, está bien. Solo... no lo digas en voz alta la próxima vez, ¿sí?
Tanjiro asintió enérgicamente, aún avergonzado.
Yo simplemente me crucé de brazos, con una sonrisa divertida en el rostro. Sin duda, este chico era interesante.
Mitsuri se giró hacia mí con una gran sonrisa después de hablar con Tanjiro, sus ojos brillaban con emoción.
—¡Natsume, vamos a comer con Tanjiro-kun!
Yo parpadeé por un momento antes de encogerme de hombros. No me molestaba la idea, y después de un buen baño en las aguas termales, la idea de comer sonaba aún mejor.
—Está bien, tengo hambre de todas formas.
Mitsuri aplaudió emocionada antes de girarse de nuevo a Tanjiro.
—¡Vamos, vamos!
Tanjiro asintió con una sonrisa, aunque parecía un poco sorprendido por su entusiasmo. Conocía a Mitsuri desde antes, pero parecía que aún no terminaba de acostumbrarse a su energía inagotable.
Caminamos juntos hasta un establecimiento de comida dentro de la aldea. El aroma de los platillos recién preparados flotaba en el aire, haciéndome salivar antes incluso de sentarnos. Los meseros nos atendieron con rapidez, dejando frente a nosotros platos llenos de arroz, sopa y una gran variedad de acompañamientos.
Tan pronto como la comida estuvo servida, Mitsuri y yo tomamos los palillos y comenzamos a comer sin dudar.
Tanjiro, que apenas había agarrado los suyos, se quedó mirando con los ojos abiertos mientras nos veía devorar la comida con una velocidad impresionante.
—E-están comiendo muy rápido...
Mitsuri, con la boca llena, asintió sin dejar de mover los palillos.
—¡Es que está delicioso!
Yo, sin dejar de comer, levanté la vista hacia Tanjiro con una sonrisa divertida.
—Si no te apresuras, no quedará nada para ti.
Tanjiro parpadeó varias veces antes de apresurarse a tomar su primer bocado.
—No sabía que Natsume-san también tenía tanto apetito...
Mitsuri rió con alegría mientras terminaba su tercer tazón de arroz.
—¡Claro que sí! Por eso nos llevamos tan bien, a las dos nos encanta la comida.
Yo asentí con orgullo antes de seguir comiendo.
—Comer bien es esencial para mantener la fuerza.
Tanjiro nos observó por un momento antes de soltar una leve risa.
—Definitivamente no me esperaba esto...
A medida que avanzábamos en la comida, el ambiente se volvió aún más ameno. Mitsuri y yo no solo devorábamos cada plato que llegaba, sino que también compartíamos algunas anécdotas entre bocados. Mitsuri hablaba con entusiasmo sobre la deliciosa comida que había probado en otras partes, mientras yo asentía y agregaba mis propias experiencias.
Tanjiro, aunque aún sorprendido, comenzó a relajarse y a disfrutar la comida a su propio ritmo.
Cuando terminamos, Mitsuri y yo dejamos los palillos sobre la mesa con una expresión satisfecha.
—¡Estoy llena! —exclamó Mitsuri, reclinándose ligeramente en su asiento mientras acariciaba su estómago con una sonrisa de felicidad.
—Yo también... —dije con una sonrisa—. No hay nada mejor que una buena comida después de un baño en aguas termales.
Tanjiro, quien había terminado a un ritmo más normal, suspiró con diversión.
—Fue una buena comida, sí... Pero sigo sorprendido.
Mitsuri rió con dulzura, sus mejillas ligeramente sonrosadas por la emoción.
—¡Comer bien es importante para ser fuerte!
Yo asentí, completamente de acuerdo.
—Si tienes hambre, no puedes pelear bien. Además, ¿qué sentido tiene la vida si no disfrutas una buena comida?
Tanjiro nos miró con una mezcla de sorpresa y diversión antes de soltar una risa ligera.
—Definitivamente ustedes dos hacen una buena combinación...
Mitsuri y yo nos miramos antes de sonreír al mismo tiempo. Sí, definitivamente éramos un buen equipo cuando se trataba de comida.
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La maldición de quererte | ????? ??????
FanfictionEn un mundo asolado por demonios, Natsume lucha por la justicia sin saber que el destino la unirá a Obanai Iguro. Entre batallas, sacrificios y sentimientos ocultos, ambos descubrirán que algunas promesas trascienden el tiempo. ?FICCI?N?
Capítulo 14
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