Dexian ? KookV.

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Él ni siquiera tenía valor para negarlo. No cuando ella se veía tan segura e inexplicablemente tranquila al respecto.

"¿Qué?" Apenas susurró, pálido como si todo rastro de melanina en su cuerpo se hubiera esfumado de repente. "¿C-Cómo sabe usted...?"

"Soy una mujer observadora y tú un poquito descuidado, cabe destacar, pero tranquilízate, chiquillo, no pasa nada." Le dijo, frotando su antebrazo. "Todo está bien. Cálmate, ¿quieres? No eres el primer dexian falso que me cruzo por ahí y estoy segura de que no serás el último, aunque sí el único cuyas alas no parecen estar hechas de plástico..."

Jungkook tragó saliva. Una vez más, gracias, TaeHyung.

"En cualquier caso, tu secreto está a salvo conmigo, no hay nada de lo que debas preocuparte."

"De acuerdo, señora Dong... Gracias..." Murmuró, haciendo un sobreesfuerzo por entregarle su mejor sonrisa, incluso si estaba convencidísimo de que en cualquier momento terminaría desmayándose.

Ella le devolvió la sonrisa.

Jungkook respiró hondo, buscando el modo de tranquilizarse y que todos los colores volvieran a su cuerpo normalmente. No quería entrar en pánico, pero una parte de sí mismo no sólo temía que su verdadera identidad (especie, en realidad) saliendo a la luz le perjudicase a él, sino también a TaeHyung.

Había sido víctima de las famosas "consecuencias" durante toda su vida —no por nada estaba ahí, midiendo quince centímetros, usando alas falsas y habiendo pasado la noche en un ferribús para mosquitos—, pero por nada del mundo querría que TaeHyung las experimentase.

"Aunque sí que tengo un poco de curiosidad... ¿Cuál es tu especie?"

Habiendo escuchado su voz lejana, este se vio obligado a levantar la vista para observar a la mujer.

"¿Disculpe?"

"Tu especie, ¿cuál es?" Lo señaló. "¿Duende? ¿Elfo? ¿Elfo zacvary...?"

"Oh, eso... Soy un raekhyem."

"Raekhyem..." Repitió, viéndose pensativa poco después. Luego, miró a Jungkook con el ceño fruncido, señalándolo como si no pudiese creerlo. "¿Eres un gigante?"

Inevitablemente, este dejó escapar una risita. "No somos gigantes, sino descendientes de ellos. Algunos siglos atrás, los cércopes fueron invadidos por los gigantes en medio de una guerra, luego desterrados y, bueno... Digamos que se formó nuestra especie."

La señora Dong parecía perpleja. "Increíble..." Dijo, sin poder apartar la vista de él. "¿Y cómo es que eres así de... en fin, eso... pequeño?"

Jungkook torció los labios.

"Esa es una historia bastante larga, en realidad."

Ella se encogió de hombros. "Estamos en medio del océano sin nada mejor que hacer y aún faltan un par de horas para llegar al desierto. Si no te incomoda y te apetece, soy toda oídos."

"No, no me incomoda, pero..."

Comprendiendo su inseguridad a pesar de que ni siquiera había alcanzado a verbalizarla siquiera, la mujer apretó su mano por tercera vez, dedicándole una sonrisa dulce.

"He visto de todo en esta vida, chiquillo, no voy a juzgarte."

Y él, sabiendo que decía la verdad, asintió, sonriéndole con evidente alivio. Estaba cansado de ser juzgado.

"Llegué a Idexium casi por arte de magia, en realidad. Mi vida en Suraek Dee Bhadam, de donde provengo, no estaba precisamente llena de situaciones fortuitas y ese hecho se volvió evidente cuando me topé con alguien muy malo que me hizo algo aún peor." Comenzó con una explicación que, esperaba, resultara breve. La señora Dong apretó los labios. "Esa persona me lanzó de cabeza al abismo, donde permanecí en un limbo constante por dos años seguidos. Sin consciencia ni recuerdos."