N/A: Capítulo un poco más corto pero con esa dosis extra de drama que me gusta a mí, ya lo sabéis xD
Cap dedicado a NeverBackToDreamland ♡♡
Hoy os recomiendo 'never knew a heart could break itself' de Zach Hood, perfecta para la ocasión.
[...]
Azfarshk los recibió a la mañana siguiente con los brazos abiertos, aún si TaeHyung no tenía energía ni fuerzas para devolverle el abrazo. Tras haber pasado prácticamente toda la noche en vela, sumido en un llanto silencioso y teniendo que soportar el nudo tan desagradable en la boca del estómago, el pelirosa se encontró a sí mismo queriendo correr de vuelta a casa.
Quizás estaba siendo irracional, egoísta, o muy probablemente las dos juntas, lo sabía. Pero no importaba. Estaba dolido, le dolía pensar que, a pesar de todo, Jungkook se terminaría yendo incluso si no había nada que le atase allí.
¿De verdad era cierto lo que decía? ¿En serio le quería tanto si no era capaz de considerarlo siquiera? ¿Cómo podía serlo? Por más que quisiera creer en su palabra, el dolor se lo impedía.
Tal vez Jungkook no lo quería tanto que decía o como el propio TaeHyung pensaba. O tal vez sí, pero había algo que se le escapaba y por lo que entender la situación se le dificultaba tanto. En cualquier caso, incluso si lo deseaba más que nada aún el mundo, no podía ser racional. Estaba molesto, dolido. Celoso, tal vez.
Tanto, que ni su tan esperada parada, ni la gran cantidad de puestecitos rodeándole en la gran plaza, pudieron aliviar su enfado.
"¿A dónde estamos yendo?" Tras él, la voz de un sumamente confundido Jungkook sonó.
"A la herrería más cercana, la señora Park dijo que encontraríamos el siguiente ingrediente allí. La azulena sólo puede manejarla un profesional, así que necesitamos uno."
El azabache entrecerró los ojos. "Ya, sí, lo sé, pero creí que antes querrías pasar por los puestecillos. Es lo que siempre hacemos cuando llegamos a una nueva región... Además, esta es tu favorita, con más razón."
"Sí, bueno..." Aclarándose la garganta, ni siquiera le miró a los ojos cuando fue a responder. "Tal vez en otro momento."
Aquello confundió aún más a Jungkook. TaeHyung no paraba de actuar extraño, distante. Él era consciente y recordaba a la perfección que la noche anterior no había acabado en los mejores términos para ambos, pero creía que sería algo pasajero, sólo el calor del momento.
"¿Por qué?"
"Por nada, simplemente en otra ocasión será."
Un suspiro sonó. Jungkook se detuvo en seco. "¿Pasa algo, TaeHyung? ¿Estás bien?"
"Muy bien, claro, ¿por qué lo dices?" Encogiéndose de hombros respondió, todavía sin dignarse a devolverle la mirada. Mentiroso, le regañó la voz inaudible en su cabeza. Él tan sólo suspiró de nuevo, ignorándola.
"Porque no lo pareces, mosquito... Estás distante, pareces otra persona desde anoche. ¿Es por lo que hablamos? ¿O es que te arrepientes de lo que sucedió?"
Tan pronto como Jungkook dijo aquello, un nudo se instaló en su garganta, apresurándose a negar.
"No, no me arrepiento de nada. Y estoy bien, no tienes que preocuparte."
"Claro que me preocupo, TaeHyung, si actúas así..." Lo señaló, junto a un pequeño suspiro que salió de sus labios. "¿Cómo no voy a hacerlo?"
El silencio reinó momentáneamente entre ambos, pero Jungkook no podía dejarlo ahí. Sin respuestas, sin saber qué ocurría y si él mismo tenía la culpa de algo. No podía ignorar que algo iba mal con TaeHyung. Nada que involucrase al mosquito rosa, en general.
Colocó ambas manos en su rostro repentinamente, acunándolo y obligándole a mirarle a los ojos.
"¿He hecho algo mal? ¿Estás molesto por algo que hice o dije? Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad?" Sus ojos brillantes le observaron. TaeHyung no podía aguantar la mirada por mucho más tiempo. "Sea lo que sea puedo arreglarlo, y si no tiene nada que ver conmigo, lo solucionaremos juntos. Como siempre."
Tragando saliva, TaeHyung apartó la mirada, sintiéndose débil ante aquella mirada dulce, llena de preocupación y angustia. Odiaba que Jungkook se sintiera así y aún más que él fuera la razón, pero ni siquiera podía controlar cómo él mismo se sentía al respecto.
Así mismo, y detestando aún más a su escudo protector por no permitirle ser racional, lo ignoró, arrepintiéndose al instante.
"No es nada, en serio. Estoy bien, puedes tranquilizarte. Sigamos buscando esa herrería." Murmuró, para poco después salir del agarre sin ser demasiado brusco. Le dolía el corazón más que nunca.
Jungkook se sintió rechazado por él. Era la segunda vez que sucedía desde que se conocieron y no pudo evitar que la decepción lo consumiera.
"TaeHyung..."
"Debe estar cerca."
Viéndole alejarse y avanzar, el azabache apretó los labios, vaciando sus pulmones. No tardó en ir tras él, resignado.
Llegaron a la herrería que TaeHyung había mencionado poco después, tras verla a lo lejos y que el pelirosa prácticamente huyera hacia ella sin mirar atrás. Jungkook ni siquiera fue capaz de alcanzarlo cuando él ya estaba adentrándose en busca del herrero, la tensión entre ambos volviéndose cada vez más y más filosa. Podrían cortarla con un cuchillo si tuvieran uno cerca.
"Buenos días." Escuchó cómo TaeHyung saludaba al herrero, un hombre joven, de cabello rojizo y sonrisa amplia. No debía ser mucho más mayor que ellos, asumía.
"Buenos días, bienvenidos, ¿en qué puedo ayudarles?"
"Estamos buscando un mineral llamado azulena, nos dijeron que es bastante complicado de encontrar y sólo un herrero puede manejarlo." Explicó, evitando los ojos del azabache sobre él todo el tiempo.
El herrero asintió, sin borrar su sonrisa. "Sí, de hecho sí, es un mineral muy tedioso no sólo de conseguir, sino también de manejar. Se encuentra en un punto muy alto de la ciudad, prácticamente llegando a la frontera hacia Psayd, por lo que necesito un material bastante específico para poder recolectarlo... Aún no cuento con él, están por traérmelo. ¿Lo necesitan de forma urgente?"
TaeHyung torció el gesto.
"Pues..."
"No." Pronunció Jungkook en su lugar, sólo de esa forma consiguiendo que el pelirosa le devolviera la mirada. "Podemos esperar."
"Perfecto, en ese caso, denme unos cuantos días más y lo tendré listo."
"¿Cuántos días exactamente...? No tenemos mucho tiempo, en realidad. Deberíamos salir de aquí hacia Psayd lo más pronto posible." Mascullaba TaeHyung, logrando que el hueco en el pecho de Jungkook se volviera más grande, doloroso.
El herrero meneó la cabeza de un lado a otro. "Máximo tres, no se preocupe." Le dijo, sacando algo del mostrador y tendiéndoselo. "Tome, esta es mi tarjeta. Tiene un pequeño chip incorporado que se iluminará en cuanto yo dé el aviso, así sabrán cuándo deben venir a recoger vuestro pedido."
Tomando aquel trozo de plástico entre sus manos, TaeHyung le echó un rápido vistazo. «Jung Hoseok, herrería El Cainedel», pudo leer en él, mientras meneaba la cabeza en señal de asentimiento.
"De acuerdo, muchas gracias." Dedicándole una sonrisa, le dijo. Este se la devolvió.
"A ustedes."
Tan sólo unos minutos más tarde y asegurándole al herrero Jung que volverían tan pronto como el chip en aquella tarjeta los avisara, TaeHyung fue el primero en salir de aquella herrería, siendo seguido por un Jungkook que se había mantenido en silencio durante casi toda la conversación.
Jungkook no sabía qué hacer ni decir, tampoco cómo actuar cuando la situación era tan simple como compleja. TaeHyung no lo ignoraba de una forma tan directa ni mucho menos cruel, pero sí evitaba girarse en su dirección, devolverle la mirada e incluso hablarle con algo más que monosílabos. Estaba empezando a sentirse solo, apartado. Pero, cuando su único acompañante y la persona que le hacía sentir seguro en un lugar desconocido, estaba dejándole a un lado, ¿cómo se supone que debería sentirse?
Él se detuvo sin avisar, dejando que TaeHyung avanzara y lo dejara atrás por unos pasos de diferencia.
"Pensé que no te importaba quedarte más tiempo aquí." Dijo en voz alta, logrando que este frenara en seco con el inconfundible sonido de su voz. Se dio la vuelta, observándole sin entender.
"¿Cómo?"
"Que pensaba que no era un problema para ti si debíamos quedarnos más tiempo." Repitió. "Te dejé muy claro que no tenía prisa en volver, pero resulta que eres tú quien la tiene."
TaeHyung se le acercó, tragando saliva. "No tengo prisa."
"Pues lo parecía hace un rato, cuando le pediste al herrero que no tardara demasiado con nuestra orden porque debíamos marcharnos cuanto antes." Él dio un paso en su dirección. No podía ocultar lo mucho que le molestaba toda esa situación, lo mal que le hacía sentir. "¿Qué se supone que pasa, TaeHyung? ¿Quieres que me vaya, es eso? ¿No quieres tenerme aquí más tiempo? ¿Te has cansado de mí?"
Lentamente, este meneó su cabeza. "No, claro que no..." Respondía en voz baja.
Los ojos del azabache se encontraban llenos de lágrimas cuando se atrevió a mirarlos, consiguiendo que su propio corazón quisiera lanzarse al suelo.
"¿Entonces? ¿De qué va todo esto?" Su mirada se suavizó. "¿Por qué me ignoras? ¿Por qué dices que no pasa nada cuando claramente sí que pasa, TaeHyung? Creí que habíamos dejado atrás la ley de hielo hace tiempo..."
Él volvió a negar. "No te ignoro, no pasa nada... Estoy bien, ya te lo he dicho."
"No me mientas."
"Tampoco lo estoy haciendo." Señaló, dando un paso atrás. "No tengo prisa porque te vayas, sabes que eso es lo último que querría, Jungkook. Yo sólo... No sé, supongo que quiero volver a casa, a mi taller. Con mi familia, los chicos... Todo eso, ya sabes."
Algo dentro de Jungkook murió, viéndose obligado a mantenerse en un profundo silencio.
Tal vez sería así a partir de ahora. Quizás ya no volverían a ser ellos dos, inseparables, nunca más. TaeHyung se habría cansado de la sensación tan desoladora que lo abrumaba cada vez que pensaba en Jungkook yéndose de vuelta a su propio mundo. Y estaba bien, lo entendía; pero dolía más que caer desde el mismísimo abismo.
"Deberíamos buscar un hostal en el que quedarnos estos días, la señora Park me recomendó uno muy bueno." Oyó a TaeHyung decir, su voz sonando lejana debido a sus propios pensamientos que le carcomían.
Él asintió, tragando el enorme nudo atascado en la garganta.
"Claro, sí. Imagino que querrás habitaciones separadas, ¿no?"
Aquella pregunta tomó desprevenido al pelirosa, cuyo ceño se frunció, apenas dejando escapar una risita. "¿Qué? ¿Por qué dices eso?"
"Porque sé que es lo que harás, TaeHyung. Me estás evitando, no soy imbécil. Esto no sólo trata de ti queriendo volver a Ae-Dexian-Thee con tus seres queridos, sino de ti no queriendo estar conmigo aquí." En cuanto la primera lágrima lo traicionó, miró hacia otro lado.
El silencio reinó por parte de TaeHyung, por lo que rio sin ningún tipo de gracia, aceptando su falta de palabras como una respuesta afirmativa. La más dolorosa de todas, probablemente.
"Estoy en lo cierto, ¿verdad? No quieres seguir aquí conmigo."
TaeHyung tragó saliva, llenándose los pulmones de aire sólo para soltar un suspiro tembloroso. "No, de hecho sí que quiero, Jungkook." Le hizo saber, permitiendo sus lágrimas salir. "Me encantaría quedarme contigo aquí, en Ae-Dexian-Thee, en cualquier parte. No me importa dónde." Bruscamente eliminó las lágrimas, pasándose la lengua por los labios. "Eres tú el que quiere irse para siempre."
Jungkook se quedó sin respiración por unos segundos, con el corazón demasiado apretado, reducido a un puño absurdo de bebé donde ni siquiera circulaba la sangre.
"TaeHyung..." Murmuró, negando. "No es así, no lo entiendes, yo..."
"¿El qué no entiendo exactamente, Jungkook?"
"Nada... No entiendes nada."
"Entonces tú tampoco lo entiendes." Lo señaló. "No entiendes que irte no sólo te implica a ti marchándote para siempre, sino a mí quedándome atrás con todos los recuerdos. Con tus recuerdos." Su dedo índice le golpeó el pecho sutilmente. "Y yo empiezo a no entender si para ti significan lo mismo que para mí, ¿sabes? Porque si después de todo lo que hicimos y vivimos juntos y si de verdad lo que me dijiste durante este tiempo es cierto, ¿cómo puedes irte...?"
Él jadeó, boquiabierto. No tardó en sostener su rostro. "¿Cómo puedes decir eso?"
TaeHyung sorbió por la nariz.
"Claro que significan lo mismo para mí, todos ellos son parte de algo que viví con la persona que más he querido en toda mi vida. Y sí, por supuesto que lo que dije es cierto, pero eso no cambia nada. Volver a casa es lo que debo hacer, TaeHyung."
Sollozando y con el corazón hecho pedazos, TaeHyung sólo pudo sentirse decepcionado, decepcionado al obtener una respuesta que no buscaba.
Tal vez estaba siendo un egoísta caprichoso, alguien ambicioso e irracional que no podía aceptar una realidad que no se asemejaba a la suya, a la que deseaba tener, por primera vez en la vida. Y lo odiaba. Se odiaba por sentir decepción, porque Jungkook fuese su mayor fuente. Pero tampoco podía evitarlo aún si lo intentaba. No quería perderlo.
Tomó las muñecas de Jungkook, zafándose del agarre con suavidad. Este le observó con ojos llorosos, llenos de tristeza. "TaeHyung, por favor..."
"Tienes razón, no puedo entenderlo."
"Mosquito..."
"Tal vez debería haber dejado que alguien más te acompañara en mi lugar... Sólo de esa forma hubiera podido evitar que mis sentimientos por ti crecieran hasta el punto de sentirme ridículo por creer que de verdad sería lo suficientemente importante como para que te quedaras."
El corazón del azabache volvió a empuñarse, mirando a TaeHyung como si no pudiera creer que de verdad había dicho lo que había dicho.
Su risita sonó, llena de dolor y tristeza. "Claramente no lo soy."
"No, así no funcionan las cosas, TaeHyung... No se trata de eso."
"¿No?"
"No, por supuesto que no." Negó, volviéndole a tomarle del rostro para poder mirarle a los ojos. "Aunque te quiero y créeme que lo hago muchísimo, no puedo quedarme aquí."
"Ya, por supuesto que no puedes..."
El sarcasmo en su voz hizo que Jungkook se sintiera enfermo. "TaeHyung..."
TaeHyung se zafó del agarre una vez más, casi con desprecio.
"Déjalo, ¿está bien? No te molestes en explicarme algo que jamás entenderé." Pidió, dando un par de pasos hacia atrás. "Ya no puedo dar marcha atrás, así que estamos atrapados juntos en este viaje. Terminémoslo."
"Bien..."
"Pero una vez volvamos a Ae-Dexian-Thee, nos separaremos."
Otro jadeo abandonó los labios del azabache, creyendo haber escuchado mal incluso si sabía que sus oídos no le habían traicionado. Se quedó helado en su lugar, mirándole a los ojos como si no fuera capaz de reconocerlo siquiera.
No podía creer que después de todo lo que habían pasado juntos, TaeHyung quisiera alejarse de él como si nada, como si no se sintiera pesado en absoluto.
"¿En serio?" Pronunció, con una daga atravesándole el pecho. "¿Me lo estás diciendo en serio?"
Él asintió. "Totalmente en serio, sí."
"¿Después de todo lo que hemos vivido, TaeHyung? ¿En serio quieres alejarte de esta forma?"
Para su sorpresa, TaeHyung se encogió de hombros, su frialdad dejándole perplejo. Tanto, que ni siquiera alcanzó a ver como sus ojos carecían de brillo, apagados, tristes, únicamente llenos de gruesas lágrimas que prefería enjaular en las esquinas.
"¿Qué es lo que te sorprende tanto, Jungkook? Después de todo lo que hemos vivido juntos vas a volver a tu mundo para siempre. No nos veremos jamás, no sabremos nada del otro y llegará un punto en el que olvidaremos nuestras voces, nuestras caras y todo lo que hicimos como si nunca hubieran significado nada para nosotros." Le recordó. "¿Por qué si quiero adelantar los acontecimientos para proteger mi corazón te parece mal, pero si lo haces tú porque es lo que debes hacer no?"
Jungkook se tragó sus propias lágrimas. "Porque yo no tengo otra opción."
"¿Y crees que yo sí?" Se señaló a sí mismo, sonando tan molesto como se sentía.
"TaeHyung..."
"No la tengo, Jungkook." Su voz sonó un tono más alta. "Ya me he enamorado de ti y ahora me queda el paso más difícil: tener que olvidarte porque tú ya has decidido dejarme e irte a un lugar donde ni siquiera sabes si te están esperando."
Tragando también el nudo en su garganta, la expresión en el rostro del azabache fue similar al de un cordero a punto de ser degollado. Incrédulo por las palabras de TaeHyung, dolido debido a estas mismas y repentinamente molesto. Dio un par de pasos hacia atrás, meneando la cabeza, conforme por los ojos de TaeHyung pasaba el atisbo del arrepentimiento, manteniéndose allí.
"Eres un egoísta." Pronunció.
El pelirosa tembló, haciendo el amago de abrir la boca para decir algo. Tal vez disculparse, o quizás soltar un sollozo que llevaba tiempo conteniendo. De todas formas, nada salió de él, quedándose callado mientras encaraba la mirada fulminante y herida de Jungkook, quien no tardó demasiado en desaparecer de su vista, dejándolo allí, solo, con la única compañía de dos cerdos que ni siquiera sabían lo que estaba pasando. En un lugar desconocido, al que únicamente había acudido sólo con la intención de ayudarle y que así pudiera volver a casa.
Sin ser consciente, había ayudado a crear el hoyo en su corazón. Ahora empezaba a verse a sí mismo como un verdadero masoquista. Quizás porque lo era.